Ley del silencio en tensa espera hasta el 19-F en el PP de Feijóo
Los populares hablan más del futuro del líder nacional que de Galicia o de Rueda ante las elecciones del domingo
El dilema parece simple y en su reducción se puede formular así: si el PP de Galicia revalida el 18-F su mayoría absoluta, aunque sea por la mínima, Alfonso Rueda gobernará la Xunta y al liderazgo de Alberto Núñez Feijóo no le pasará aparentemente nada. Pero si eso no sucede, se abren en canal todos los escenarios para otra imprevisible crisis en el partido que ganó las últimas elecciones en España. En el PP no se ha decretado una omertá, o ley del silencio, pero sí hay bastantes dirigentes y algunos sectores del partido en tensión a la espera de conocer el resultado de una errática estrategia de campaña electoral que ni entienden ni comparten. En muchos corrillos off the record del PP se especula más sobre el futuro de Feijóo que sobre el de Rueda o el de Galicia, que se supone que es lo que estaba en juego.
Las últimas encuestas y los más recientes rastreos diarios que manejan en el PP sitúan su nivel de diputados en Galicia tras el 18-F en 38 escaños, el límite para confirmar su actual mayoría absoluta. En lo que va de campaña, ese PP a la baja habría perdido cuatro actas. Uno de los dirigentes populares con más poder en los últimos años confiesa que hace unas semanas el porcentaje que se concedían para no sacar esa mayoría era del 30% y este jueves lo elevaba hasta casi el 50%. En ese contexto, casi nadie entiende en el PP el tipo de campaña a la defensiva del candidato Rueda, invadida tanto por los intereses y mensajes en clave política nacional de Feijóo, su mentor, que han terminado por sepultarle en el miedo a perderlo todo. Si la amnistía y Puigdemont eran un orvallo que apenas calaba, Pernardo Barrena, Bildu y ETA son extraterrestres en un territorio en estado de alerta ante las implicaciones de su envejecida despoblación.
“Hay canguelo”, resume un exdirigente nacional popular muy conectado con el aparato del PP. Otros no comprenden cómo se han podido cometer los mismos errores que tanto coste y frustración le supusieron a Feijóo en la campaña de las generales del 23-J: no acudir a los debates, mensajes contradictorios, mala coordinación a la hora de controlar lo que deben decir y hacer distintos dirigentes. “Le está pasando a Feijóo lo que él hacía cuando estaba en Galicia y bastante que estamos todos callados, esperando a la vuelta de la esquina”, resume un crítico que echa en falta en estos días algún pronunciamiento, por ejemplo, de Cayetana Álvarez de Toledo sobre las teorías de la presunta reconciliación a promover en Cataluña que se filtraron desde la actual cúpula popular a un grupo de 16 periodistas. “Los principios están de puta madre, pero a una semana de las elecciones se podrían haber esperado hasta el lunes 19 de febrero”, razona un relevante miembro del PP.
Feijóo, en los últimos días, se ha paseado mucho por toda Galicia, implicado al máximo, pero ha eludido los contactos directos con la prensa. Sabe lo que está en juego y lo que se juega. Si Rueda no logra gobernar, hay responsables en el PP del apagado sector crítico que aseguran que él mismo daría un paso atrás y se retiraría. Otros, como el presidente de Murcia, el barón Fernando López Miras, aún pronosticaba este jueves públicamente en varios medios que Feijóo continuará en cualquier escenario. Esa mera especulación era impensable hace un mes como consecuencia de unas elecciones en la Galicia eternamente popular.
En esa apuesta nacional del PP en Galicia aterrizó este jueves por Vigo con grandes expectativas la madrileña Isabel Díaz Ayuso. Y esa elección tiene su jugo. En Vigo, donde se disputan muchos votos y escaños, el PP vive en permanente estado de precariedad (cinco ediles frente a los 19 del socialista Abel Caballero), entre gestoras provisionales o estallidos de crisis, como ahora. La presidenta del PP local, Marta Fernández Tapias, concejala y vicepresidenta de la poderosa Diputación, anunció la renuncia a todos sus cargos por sorpresa y en medio de todo tipo de confusas interpretaciones en el partido justo el día de inicio de esta campaña. Explicó en X (antes Twitter) que abría así una nueva etapa en la que apostaba por su “vida personal” tras filtrarse desde el PSOE local su retirada. Llevaba apenas dos años en el cargo.
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