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Candidato Rueda: la incierta apuesta del PP para unas elecciones gallegas más reñidas de lo esperado

El partido se la juega en su gran feudo agitando la amnistía, con la amenaza de división del electorado de la derecha y tras una sucesión de Feijóo improvisada en menos de dos años

El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, y el presidente de la Xunta, Alfonso Rueda, este domingo, en la reunión interparlamentaria de los populares en Ourense. Alberto Núñez Feijóo apela a los electores de PSOE y Vox y llama a concentrar el voto en Galicia y Pedro Sánchez llama a la participación y movilización
Feijóo y Rueda, el pasado domingo en Ourense, durante la jornada interparlamentaria del PP.BRAIS LORENZO (EFE)
Sonia Vizoso

El PP gallego, la maquinaria electoral mejor engrasada de la derecha española, se juega su poder en Galicia en un escenario que no imaginó. El 2 de marzo de 2022, Alberto Núñez Feijóo anunció lo que los populares gallegos llevaban años temiendo. Su líder cumplía ese sueño que nunca confesó públicamente: ocupar el principal despacho de la calle de Génova de Madrid para luego entrar triunfante en La Moncloa en las generales. Feijóo se llevó con él a todo el equipo que dirigió la Xunta y el PP gallego durante 13 años con mano firme y sin contrapesos. De improvisado sucesor, sin primarias mediante, dejó a su número dos, Alfonso Rueda, un político sin experiencia como cartel electoral y bajo conocimiento entre la población. En el partido, con todo, se instaló la confianza en que Feijóo seguiría cosechando mayorías absolutas en Galicia como presidente del Gobierno de España.

Pero el 23-J lo cambió todo y ahora las encuestas previas al 18-F reflejan un PP a la baja. La gran mayoría de los sondeos pronostican, eso sí, que Rueda resistirá y revalidará el gobierno. Solo el CIS recoge la posibilidad de que se quede por debajo de los 38 diputados que le garantizan la mayoría absoluta (ahora tiene 42). Pese a ese favorable viento de partida, entre los populares se respira inquietud. Nunca había afrontado la derecha gallega unos comicios autonómicos con un líder tan poco consolidado.

La figura política de Rueda no es la de Feijóo y mucho menos la de Manuel Fraga. Cuando el actual presidente nacional del PP sucedió al fundador del partido tras la derrota de 2005, dispuso de cuatro años de oposición al bipartito de PSOE y BNG para construirse como líder y candidato. Rueda ha tenido menos de dos. En este tiempo, tanto el PP como la televisión autonómica se han volcado en despojarlo de ese aire de funcionario gris y verbo titubeante con el que ha seguido siempre a Feijóo. Ha bailado en prime-time en TVG, ha protagonizado vídeos humorísticos y personales con cameos de Mariano Rajoy, ha recorrido Galicia invitando a cañas y ha enviado cartas anunciando nuevas ayudas sociales a personas con dependencia y padres y madres de familia. Hasta presidió una pedida de mano de un policía en medio de un acto oficial. La directora de la campaña y secretaria general del PP gallego, Paula Prado, destaca que su nivel de conocimiento ya supera el 80% en todas las encuestas y que su liderazgo “es fuerte e incuestionable, sin fisuras”.

Cambio de estrategia

El inesperado escenario que salió de las urnas el 23-J ha provocado un cambio de estrategia. El de Rueda ya no es el guion con el que Feijóo coronó cuatro mayorías absolutas desde 2009. Mientras Ciudadanos y Vox achicaban el espacio del PP en el resto de España, el sucesor de Fraga consiguió orillar en Galicia a estas formaciones centrando las campañas más en los asuntos propios de la comunidad que en los estatales. Siempre le funcionó. Los de Albert Rivera y Santiago Abascal jamás lograron entrar en el Parlamento gallego. Ahora Rueda no deja de proclamar que estos comicios son contra Pedro Sánchez.

“Sánchez se presenta en Galicia también, eso sí, camuflado a través de cuatro, cinco partidos”, sostiene Rueda. El adelanto electoral que él impulsó ha hecho coincidir la campaña con el debate de la ley de amnistía. “La amnistía la puso Sánchez en la agenda, no el PP”, defiende la número dos del candidato a la reelección. En esta campaña, añade Prado, la “agenda gallega son las reivindicaciones que tenemos que hacerle al Gobierno de Sánchez, que viene a Galicia y no habla de ellas”.

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La oposición se muestra convencida de que habrá cambio si logra movilizar al electorado de izquierdas que se suele quedar en casa en las autonómicas. Estos son los comicios que en Galicia registran más abstención, sobre todo en las ciudades y en comparación con las generales, en las que últimamente suma más la izquierda. Sin contar el voto emigrante, en las gallegas de 2020 participó un 59% del censo y la derecha superó al bloque progresista por algo más de tres puntos. El 23-J, sin embargo, votó el 73% y la ventaja en favor de la izquierda rondó los dos puntos.

Para el BNG, el hecho de que el PP “importe a Galicia el discurso madrileño es un síntoma de nerviosismo y debilidad, un intento de movilizar a sus votantes”. El equipo de Ana Pontón está convencido de que Rueda pretendía una campaña de baja intensidad, pero la crisis de los pellets le cambió el paso al erosionar de manera inesperada la imagen de la Xunta. “Por primera vez en muchos años aquí hay partido. Es la primera vez que un candidato de la oposición es mejor valorado que el presidente de la Xunta”, subrayan fuentes de la dirección nacionalista aludiendo al dato sobre Pontón registrado por el CIS.

Desde el PSdeG-PSOE también consideran “patente” la “debilidad” de Rueda y restan importancia al impacto electoral de la amnistía en Galicia. Fuentes del equipo de José Ramón Gómez Besteiro creen que la activa presencia del expresidente del Gobierno José Luis Rodríguez Zapatero, que visitará cinco veces la comunidad, actuará como “revulsivo” para movilizar el voto de izquierdas. Tras el 23-J, advierten, “la imagen de Feijóo ya no es lo que era”.

La incógnita de Jácome

Si hay un lugar en Galicia donde estos comicios son distintos, ese es Ourense. Son los primeros sin la familia Baltar, que convirtió la provincia en un granero de votos para el PP, con porcentajes de apoyo de más del 50%. Manuel Baltar, que heredó de su padre José Luis la presidencia de la Diputación y del PP provincial, dejó sus cargos por diversos escándalos tras las municipales. En esta circunscripción, se presenta, además, Democracia Ourensana (DO), la formación de derecha populista del alcalde de Ourense Gonzalo Pérez Jácome. DO irrumpe en las autonómicas en su mejor momento, después de no concurrir hace cuatro años tras un pacto con el PP. El pasado mayo tocó techo con más de 18.000 apoyos en la capital provincial y se convirtió en la fuerza más votada por sorpresa, sin que las encuestas reflejaran su ascenso. Su tirón el 18-F es una incógnita.

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Sobre la firma

Sonia Vizoso
Redactora de EL PAÍS en Galicia. Es licenciada en Periodismo por la Universidad de Santiago. Lleva 25 años ejerciendo el oficio en la prensa escrita y ha formado parte de las redacciones de los periódicos Faro de Vigo, La Voz de Galicia y La Opinión de A Coruña, entre otros. En 2006 se incorporó a El País Galicia.

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