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El PSC concreta una propuesta para aislar a Vox en el Parlament

Los socialistas plantean no firmar iniciativas conjuntas con los de Santiago Abascal y asegurar que no tengan un puesto en la Mesa

La diputada electa del PSC, Eva Granados, durante su intervención en la Diputación Permanente del Parlament.
La diputada electa del PSC, Eva Granados, durante su intervención en la Diputación Permanente del Parlament.David Zorrakino (Europa Press)

La irrupción de Vox en el Parlament ha sido uno de los temas de campaña en Cataluña y prácticamente todas las formaciones insistieron en la necesidad de un acuerdo transversal para lograr un cordón sanitario contra los de Santiago Abascal. Hasta el momento, al menos públicamente, esa preocupación no había pasado a ninguna propuesta específica de acción, hasta este miércoles. El PSC, tras reunirse con los comunes, ha publicado una estrategia de nueve puntos para intentar neutralizar a “la extrema derecha en el Parlament” y espera debatirla con el resto de formaciones.

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Los socialistas no se refieren directamente a Vox en su documento, donde las acciones se dividen en dos campos y no se menciona el supuesto del pleno de investidura: la elección de los cargos y responsabilidades dentro de la Cámara y el trabajo parlamentario. La formación de Abascal debuta en el Parlament con 11 diputados, siendo la cuarta fuerza (7,9% del voto). La voluntad del pacto que propone el PSC es“cerrar el paso a la extrema derecha en las posiciones institucionales del Parlament, siempre que sea posible” y comienza precisamente porque el resto de formaciones acuerden a priori la votación de los miembros de la Mesa, al menos en la votación de las cuatro secretarías, y así evitar que de alguna manera llegue Vox. Se haría algo similar con las mesas que moderan las distintas comisiones del Parlament, tanto legislativas como de estudio.

El texto recuerda que el aislamiento de Vox en las comisiones parlamentarias o grupos de trabajo que surjan solo se puede limitar a impedir que estén en los órganos moderadores y que por ley se tiene que permitir su participación, que si está determinada por su peso numérico en la Cámara. Los socialistas proponen que se acuerden mayorías para que no sean designados relatores de grupos de estudio o ponentes de leyes de otros grupos.

El cordón sanitario propuesto por el PSC incluye medidas que, si bien permiten que Vox vea respetados sus derechos a la iniciativa política, terminen por remarcar su soledad. Por ejemplo, que se pacte que no se firmen iniciativas conjuntas, como propuestas de resolución o incluso enmiendas. Cada grupo, sin embargo, sí puede apoyar en el Pleno propuestas presentadas del partido que lidera Santiago Abascal si lo considera correcto.

La campaña para el 14-F demostró que la agenda de Vox en Cataluña estará centrada en los ataques no solo al independentismo, que no tiene reparos en mezclar los temas de seguridad e inmigración y cargar contra el feminismo, entre otras cosas. La tribuna del Parlament durante los Plenos le darán mucha visibilidad y para intentar acotarla, los de Salvador Illa optan por no hacer muchas alusiones, evitando así que por el reglamento de la Cámara se les tenga que dar tiempo para la réplica. Este punto generará controversia entre los partidos que creen que hay que desarmar el discurso de los de Abascal o sencillamente ignorarlo.

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En Madrid, al comienzo de la actual legislatura, el PSOE y Unidas Podemos intentó también una estrategia conjunta de bloqueo a Vox, ajustada a las particularidades del funcionamiento del Congreso. El PP, de entrada, se opuso al concepto del cordón sanitario. El día que se votó la presidencia y los miembros de la mesa no había ningún acuerdo explícito. Los populares formularon a última hora una propuesta para evitar que Ignacio Gil Lázaro ocupara la vicepresidencia cuarta pero implicaba que los socialistas perdieran peso y por eso la rechazaron.



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