“Lo que quiero es un Govern que se preocupe de la cultura”

Las gaviotas no dan tregua en el Puerto, en Barcelona, frente al Maremàgnum poco antes de que Joan Tous, de 40 años, vaya a sus clases de cuarto de árabe en la Escuela Oficial de Idiomas. Fotógrafo de profesión, Joan ha leído la entrevista que le hizo este diario hace 18 años y se reafirma en el titular que defendía que siempre hay que ir a votar —”Lo sigo diciendo a todo el mundo”— y añade que no le sorprende el desenlace de Jordi Pujol y su confesión de fraude fiscal. “Vi que era uno más que se aprovechó y metió la mano en el bote”, afirma.

Muy politizado en 2003, Joan decía que simpatizaba con ERC para que presionara a CiU y forzara un cambio en Cataluña como sucedió después. Los años no han cambiado esencialmente sus ideas porque volverá a votar a un partido de izquierdas y como entonces sigue siendo independentista. Pero ve más matices y grises. Y desliza que sus prioridades, y más ahora, han cambiado. “Lo que quiero es un govern que se preocupe, que dedique más recursos a la cultura. Con ella uno se vuelve más reflexivo con la realidad que le envuelve”, afirma. La pandemia se ha llevado por delante, dice, a muchas productoras. El mismo Joan lo ha pasado mal. Comparte un estudio de creación audiovisual y animación y el trabajo cayó en picado. En 2019 fue encadenando pequeños contratos como operador o cámara y como le abonaban la seguridad social dejó de pagar autónomos. Por ello, no ha recibido de ayuda ni un euro.

Tras participar en alguna marcha de la Diada —no en todas, precisa: en muchas ocasiones estaba en Stromboli, su segunda casa—, Joan explica que ha visto en esta década como muchas personas de su entorno, que no lo eran, se han convertido en independentistas cuando en 2003 era algo residual. “Antes era una opción más de fuerza y ahora es muy común”, dice. Defendió a su colegio el 1-O y pide la libertad de los presos y el referéndum mientras lamenta la imagen de “patio de colegio” que ha dado el Govern con sus peleas. Pero insiste en que ahora le preocupan muchas otras cosas. Pone como ejemplo el horror de que unos neonazis quisieran ayer quemar a un sin techo en Barcelona: “Y eso pasa con o sin independencia”.

Joan acabó al final los estudios de fotografía, seguirá con los de filosofía cuando se jubile —”Seré más maduro para disfrutarlos”—y ahora hace sus primeras incursiones como director de fotografía en cortos y en videoclips. Vive de lo que quería. Confía en que la sociedad haya aprendido “algo” en este año y, al menos a él, la covid le ha dejado algo bueno: el confinamiento provocó que Gloria, una amiga siciliana, no pudiera volver a su país y al final se ha convertido en su pareja, Sigue, como entonces, enamorado de Italia, yendo en moto y con la cámara colgada al cuello. No está tan enchufado como entonces a la política, pero no se perdió el debate electoral de TV3: “Como estará la izquierda de mal que el candidato que mejor se expresó fue Alejandro Fernández, del PP. Y estoy en las antípodas de él”. Y como buen defensor de la participación en unas elecciones, acaba: “No podíamos estar más con un presidente que no hemos escogido. Eso no tiene sentido”.