Los 10 días en que María Guardiola pasó de vetar a Vox a darle una consejería
La líder popular rechazó el día 20 incorporar a los de Abascal en su Ejecutivo por negar la violencia machista. Hoy ya son socios de gobierno
El viaje de María Guardiola desde el veto a Vox hasta incorporar a los ultras a un Gobierno de Extremadura presidido por ella ha durado exactamente 10 días. La líder del PP extremeño ha transitado un camino hacia la derecha, espoleada por determinados medios de comunicación, cuestionada por su propio partido y presionada por la formación que ganó las elecciones autonómicas, el PSOE, cuyo candidato y presidente en funciones, Guillermo Fernández Vara, se somete a un pleno de investidura el miércoles que viene. El tránsito de Guardiola comenzó el 20 de junio, cuando declaró que no podía dejar entrar en su gobierno a “aquellos que niegan la violencia machista, que gustan del trazo gordo, deshumanizan a los inmigrantes y despliegan una lona en al que tiran a una papelera la bandera LGTBI”. Un veto a Vox en toda regla. El día 27, ya manifestaba que en realidad la formación ultra “es un partido constitucional” y que quería un acuerdo con ellos. Ese pacto se ha firmado este viernes y el PP se ha apresurado a aclarar que el acuerdo “incluye de manera expresa la violencia machista como un problema real que hay que erradicar en la sociedad extremeña”, pero que “no implican cesiones ideológicas”. El giro final de esta mañana también tiene explicación para Guardiola: “Mi palabra no es tan importante como el futuro de los extremeños. Entiendo y asumo que hay mucha gente decepcionada”, ha manifestado la presidenta in pectore de la Junta Extremadura.