Siete claves para que Feijóo digiera con humildad su éxito y a Vox
Los populares sustituyen sus pactos anteriores con Ciudadanos por una ultraderecha crecida
Ante la espectacular crecida del tsunami del PP de Alberto Núñez Feijóo, y su primer gran éxito electoral a nivel nacional, apenas 13 meses después de haber recogido el liderazgo de un partido descompuesto y en deflagración interna, casi cabe recomendarle al dirigente gallego la lectura de alguna de las obras de autoayuda de Clay Newman, el pseudónimo que se inventó el escritor Borja Vilaseca para resaltar las virtudes de la humildad como “un valor opuesto a la soberbia” y conectada con la aceptación de sus defectos, debilidades y limitaciones. En el PP claman porque el cambio de ciclo de su marea es imparable y avanzan que en la práctica ya llegó, pero Feijóo puede barajar algunas claves:
1. El PP ha ganado muy de calle las elecciones locales en toda España, por mucho margen, casi 750.000 votos y nueve puntos de diferencia, pero que no llegan al millón y medio que le sacó el PSOE hace cuatro años en esos mismos comicios.
2. El PP gobernará en más autonomías y alcaldías que en 2019, pero tendrá que sustituir en muchas de esas comunidades y municipios sus pactos entonces con Ciudadanos ahora por Vox, una formación de ultraderecha que hasta ahora quería ignorar. Su líder, Santiago Abascal, ya avisó en la noche electoral que ahora quiere ser “decisivo” y la llave de esas instituciones, no un comparsa. Vox no solo no pinchó este 28-M, sino que duplicó su representación del 3,5% al 7,1% y crece casi 780.000 votos.
3. Feijóo se enfrenta con Vox a un buen dilema: delegar la negociación en las estructuras del PP regional en los territorios en que sea necesario, como si no fuera un asunto nacional. O, asumir ese diálogo espinoso, para darle alguna coherencia y freno, y pagar el coste de ligarse con una formación ultra a cinco meses de unas elecciones generales. Un sapo que se traga mejor siempre con el buen digestivo de unos resultados muy amplios y beneficiosos para el PP, que le permiten más margen.
4. Madrid no es solo un territorio Ayuso, es un síntoma. La presidenta popular asciende su mayoría absoluta a 71 escaños, succiona todo Ciudadanos y logra que Vox, en alza en casi toda España, baje en la Comunidad de 13 a 10 actas y que Rocío Monasterio pierda 140.000 papeletas por sus enfrentamientos. De nada le ha servido a Más Madrid y al PSOE de Juan Lobato sus ligeros incrementos en esa región. Ayuso, anoche, salió esta vez ella sola primero al balcón de Génova 13, la sede central del PP, y luego ya dejó entrar al alcalde de la capital, que también tuvo un muy buen resultado, y al presidente nacional, Alberto Núñez Feijóo, sin los contratiempos y enfados que causó esa pretensión de Miguel Ángel Rodríguez en el equipo de Pablo Casado hace solo dos años.
5. El fulgor de Ayuso aún no deja brillar a Juan Manuel Moreno Bonilla, que también ha sembrado y recogido buena cosecha en Andalucía y disfruta de mejor conexión con Feijóo que la líder madrileña. Moreno ganó con mayoría absoluta hace apenas un año en Andalucía, un remanente que aún no ha explotado del todo, y ahora ha puesto a disposición de su partido todas las capitales andaluzas y la más simbólica, Sevilla, la autodenominada catedral de los socialistas, y con un candidato nada carismático. Moreno es más transversal y menos conflictivo en gran parte de España que Ayuso.
6. Cataluña, Euskadi y Navarra siguen siendo un agujero negro muy oscuro para el PP de Feijóo, y no son tres comunidades cualquiera. Esa asignatura pendiente hace lustros ofrece síntomas de enquistamiento. En Euskadi, esas campañas multiETA del PP más duro y sus medios más afines, ha situado a Bildu en los mejores récord de su historia en sus municipios. De los 2.661 concejales en disputa en el País Vasco, Bildu concentra 1.044 (113 más) y el PP pasa de 55 ediles a 71. Vox ninguno. En Navarra, tras la ruptura con UPN, el PP suma 36 concejales de los 1.810 repartidos. En Cataluña, de los 9.147 que se distribuían, los populares recogieron 188 (122 más) y Vox pasó de 3 a 125.
7. El PP gallego de Feijóo y ahora de Alfonso Rueda mejora, pero en el mundo rural. De las siete grandes ciudades gallegas, el PP solo recupera la mayoría absoluta y el gobierno en Ferrol. En las demás habrá gobierno y alcaldes progresistas, la mayoría del PSdG, excepto en Santiago, en donde esa alianza de izquierdas con los nacionalistas puede intercambiar el poder en ese caso para el BNG. ¿Cómo habrá sido la hecatombe para el PSOE que hasta el mítico regidor de Vigo, el socialista Abel Caballero, ha perdido un concejal de los 20 que tenía?: la mayoría está allí en 14 escaños y el PP se quedó en cinco.
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