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Juan Marín: “No hemos sabido rentabilizar la gestión en Andalucía”

El candidato a la Junta por Ciudadanos reconoce que los problemas de su formación en toda España han lastrado el trabajo hecho en la comunidad, al que no encuentra ningún fallo

Vídeo: V. MARTÍNEZ/ O. L. BUENO/ J. CASAL/ P. PUENTES

Juan Marín (Sanlúcar de Barrameda, Cádiz, 59 años) desbarató las encuestas en 2015: nadie pronosticaba ningún escaño para Ciudadanos y consiguió nueve. Ahora confía en que ocurra lo mismo en los comicios del 19-J. Todos los sondeos auguran un desplome de Cs y muchos ponen en duda que pueda arañar incluso un asiento, un resultado que determinaría su retirada de la política, tal y como asegura en esta entrevista. El vicepresidente de la Junta, que antes de entrar en política tenía una joyería, apura la campaña conjurando los malos pronósticos a base de torrijas y tratando de rentabilizar su gestión de gobierno para apelar al voto útil que evite la entrada de Vox en el Palacio de San Telmo. Atribuye su pérdida de apoyo en la región a los problemas nacionales de la marca Ciudadanos. Y afirma: “En Andalucía lo hemos hecho todo bien”.

Pregunta. En la campaña ha afirmado que en esta legislatura usted se ha dedicado a la gestión y Juan Manuel Moreno a la política. ¿Ha tardado demasiado Ciudadanos en empezar a reivindicar y diferenciar sus logros en el Gobierno de coalición?

Respuesta. Son dos estilos diferentes de entender la política. Yo no la entiendo de otra forma que no sea trabajando y hay otras formaciones que creen que es más interesante vender. El que vota a Cs no lo hace porque vaya siguiendo unas siglas; en otras formaciones, hagas lo que hagas y digas lo que digas, te van a votar.

En Andalucía lo hemos hecho todo bien”

P. Su presidenta, Inés Arrimadas, sí ha criticado que Moreno presuma de datos de PIB o empleo, que eran carteras de Cs. ¿Por qué usted no ha querido confrontar con él sobre esto en el debate?

R. No fui a hacer un debate contra nadie. Juanma tiene su visión de cómo hacer los debates, va a protegerse, a pasar de puntillas, a ver si pasa rápido.

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P. Pero igual el ciudadano no lo sabe. ¿No hubiera sido mejor recordarle a Moreno que esos logros son de ustedes?

R. Los andaluces deberían saber que la gestión en empleo, economía y turismo es de Cs. En esta campaña se intenta la confrontación entre los bloques de izquierdas y de derechas, y al centro nos están intentando sacar del tablero.

P. En esta legislatura, cuando necesitaban a Vox para aprobar presupuestos, usted ha dicho que no eran extrema derecha y que prefería pactar las cuentas con ellos que con el PSOE. ¿Por qué Vox sirve como socio parlamentario y no como socio de Gobierno?

R. No tengo una actitud beligerante contra Vox, tengo una actitud beligerante contra los que quieren mentir a los andaluces, hagan política de izquierda o de derecha.

Estoy de acuerdo con Vox en bajar la presión fiscal a los andaluces y en echar a Pedro Sánchez”

P. ¿Entonces no quiere pactar con ellos porque mienten o porque son extrema derecha?

R. No me voy a casar con ellos porque, aparte de que mienten, no comparto sus ideas.

P. Pero los presupuestos sí los han pactado juntos.

R. Ellos han metido una serie de enmiendas para mejorar los presupuestos. Claro que tenemos puntos de encuentro, con Vox y con el resto de fuerzas. Pero nos separa un concepto totalmente diferente de lo que es la igualdad de oportunidades, y tampoco creo en su visión territorial, que es centralizar todo.

Juan Marin, en la Calle Sierpes de Sevilla, el martes.
Juan Marin, en la Calle Sierpes de Sevilla, el martes.Alejandro Ruesga

P. ¿Qué puntos en común tiene con Vox?

R. Estoy de acuerdo en bajar la presión fiscal a los andaluces. Y en echar a Pedro Sánchez, porque se está cargando este país.

P. Si Cs en Andalucía no consigue representación parlamentaria, ¿implicaría el final del partido en España?

R. En absoluto. En Andalucía tenemos una estructura territorial que tendrá que seguir creciendo. Somos el objeto deseado del PP y PSOE, pero ellos creen solamente en el interés de los partidos que representan. A veces he sido políticamente incorrecto y he defendido el interés de los andaluces por encima de las ideas a las que represento y cuando he discrepado me ha costado mis problemas.

P. ¿En qué ha discrepado principalmente?

R. Con los Presupuestos Generales del Estado, no puedo apoyarlos cuando estamos hablando de una falta de inversiones en Andalucía brutal.

En mi partido no entendieron que nos presentáramos como un partido de centro andalucista”

P. En la presentación de su partido también hablaba de centro andalucista, pero luego ha parado esa estrategia. ¿Le dieron un toque desde la dirección nacional para que no siguiera con ese componente regionalista?

R. No lo entendieron. No estaba hablando del andalucismo en el sentido que se le da a los nacionalismos, sino de que en Andalucía hay un electorado que formó parte de partidos, como el Andalucista, que se ha quedado huérfano porque no hay nadie que defienda realmente Andalucía.

P. ¿Qué ha hecho mal Cs para pasar de aspirar a hacerle el sorpasso al PP a tratar de conseguir representación?

R. Lo que ha pasado a nivel nacional no nos ha ido bien y eso siempre repercute. Pero creo que en Andalucía no hemos hecho nada mal. Puede ser que no hayamos sabido comunicar lo que hacíamos.

Lo que ha pasado en Ciudadanos a nivel nacional no nos ha ido bien”

P. ¿Por qué los votantes de Cs deberían votarles cuando los propios miembros del partido se están yendo?

R. Yo no me he ido. A lo mejor, los que estaban es que no eran de Ciudadanos.

Si no obtenemos representación parlamentaria, me iré de la política”

P. Si usted no consigue representación parlamentaria, ¿abandonará la política? ¿Incluso si le ofrecen un puesto fuera del Gobierno, como el de Defensor del Pueblo?

R. Siempre cumplo lo que digo. Si no tenemos representación parlamentaria, me iré.

P. Arrimadas reconoció en este periódico que la “negociación de 2019 [con el PP tras las elecciones autonómicas] fue un error”. ¿Está de acuerdo con esa afirmación?

R. Creo que no, que se hizo una buena gestión a la hora de negociar. Otra cosa es que, internamente, no hayamos sabido rentabilizar esa gestión. Pero no se le puede echar la culpa de tus errores al rival. Creo que hicimos una buena distribución, pero no dimensionamos bien, en el caso de Andalucía, la magnitud de lo que significa una administración como esta.

El último de la aldea gala

NATALIA JUNQUERA

Juan Marín es la última aldea gala, el Astérix y Obélix de Ciudadanos. Su partido ha perdido ya los cogobiernos de Madrid, Murcia y Castilla y León, y las encuestas no pintan bien para el vicepresidente de la Junta de Andalucía, aunque su “amigo” Juan Manuel Moreno Bonilla está dispuesto a ofrecer cargos a Cs si no logra representación el domingo.

Inició Relaciones Laborales en la Escuela Monseñor Giraldo de Granada, pero el fallecimiento de su padre le obligó a dejar los estudios para encargarse del negocio familiar, una joyería. Antes de la política también fue jugador, entrenador y árbitro de voleibol. En Sanlúcar de Barrameda fue teniente de alcalde con su propio partido, que gobernaba con el PSOE hasta que se fusionó con Ciudadanos cuando Albert Rivera le fichó para ser el candidato a las elecciones andaluzas de 2015. Hoy aún le defiende, aunque, como casi todo lo que queda de Cs, admite que su antiguo líder “se equivocó”.

Se ha quejado a menudo del fuego amigo. La facción del partido en Andalucía ha sido un polvorín de intrigas constantes, tanto en su estructura orgánica como parlamentaria, y ni siquiera el poder institucional ha evitado la desbandada. Los diputados Sergio Romero, Raúl Fernández y Javier Pareja afearon en su momento que Marín atacara a Pablo Casado y más de uno ha pedido directamente el voto para el PP. En noviembre de 2021 llegó a filtrarse un audio de una reunión de junio a puerta cerrada del vicepresidente de la Junta con sus parlamentarios. En él, Marín aseguraba que aprobar los presupuestos regionales en año electoral era “una estupidez”, anteponiendo aparentemente los intereses del partido a los de la comunidad. El resultado del domingo puede ser el último clavo en el ataúd de Cs, la imagen definitiva del abrazo del oso del PP, o un respiro para el partido de Inés Arrimadas.

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