Las pruebas de 3.600 casos judiciales, en peligro por la ruptura de la cadena de custodia debido a la dana
La justicia admite que cerca de 15.000 piezas de convicción han quedado inutilizadas, aunque aún no se ha evaluado cómo afectará a las causas
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“La cadena de custodia de todas las piezas allí depositadas se ha visto comprometida, tanto por el tiempo que ha permanecido sin cerrar el almacén como por el continuo trasiego de personas pertenecientes a las contratas de limpieza que están actuando en dichos sótanos”. De esta manera resume un informe judicial el problema que la dana ha supuesto para decenas de miles de pruebas que diferentes juzgados tenían almacenadas en una nave de Riba-Roja, que se inundó el 29 de octubre.
Las pruebas dañadas pertenecen a 3.600 procedimientos, que son los que se han visto afectados, procedentes de 57 órganos judiciales diferentes de la provincia de Valencia. Según los informes realizados y recabados por el Servicio Común Procesal de Servicios Generales, que es el que tutela las labores de limpieza y triaje de las piezas, en total el agua ha acabado con 14.603 de las almacenadas de las cerca de 30.000 afectadas. De momento, se desconoce a qué casos afecta la desaparición o invalidación de estas aunque sí se sabe ya que, entre las inutilizadas, están las del incendio del edificio del barrio de Campanar, en el que murieron 10 personas. También se desconoce el grado de afección en las causas, si las piezas habían sido examinadas ya por los peritos o si su desaparición provocará peticiones de nulidad en algunos casos.
El problema no ha sido solo la ruptura de la cadena de custodia sino que los almacenes han sido objeto de pillaje. Otro informe que recoge incidencias sobre el plan elaborado para la recuperación de la nave y su contenido revela que, dado que uno de los muros del almacén se vino abajo, el acceso al mismo quedó completamente abierto. “Se han recibido dos correos que informan de que el vigilante de seguridad ha sorprendido, en varias ocasiones, a trabajadores de las contratas que están llevando a cabo los trabajos de limpieza, llevándose en sus mochilas efectos”, indica el documento. El mismo indica que según dijeron los trabajadores, los objetos distraídos “los habían cogido del contenedor donde se estaban echando las piezas que se iban a destruir”. Sin embargo, el mismo escrito sostiene que “en alguna ocasión se ha determinado que no eran de este grupo”. “La cadena de custodia se ha visto comprometida”, reitera.
En el almacén de pruebas había recopiladas cerca de 80.000 piezas de convicción, que son las pruebas que la investigación de los asuntos judiciales va recopilando para después presentarlas en un juicio o realizar informes periciales sobre estas. Estaban repartidas en 5.330 estantes distribuidos en 900 estanterías con seis niveles cada. El agua entró en la nave y la inundó. Las marcas atestiguan que superó un metro y cubrió las dos primeras baldas de las estanterías. Todas las pruebas que había en estas resultaron afectadas.
El agua y el barro afectaron en distinto grado a las piezas. Algunas de ellas han precisado solo de limpieza, pero otras han quedado inutilizadas, como las del caso del incendio de Campanar, cuya investigación aún está en curso.
El problema, además, es que muchas de las piezas que no han quedado inservibles sí han perdido su etiqueta identificativa.
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