Joan Romero: “La dana requiere un plan Marshall”

“La dana requiere un plan Marshall”. Joan Romero (Albacete, 1953), catedrático emérito de Geografía Humana de la Universitat de València, sostiene que la mayor catástrofe natural que ha asolado la Comunidad Valenciana, exige desempolvar conceptos como lealtad institucional o sentido de Estado. Pero antes de repescar esos principios de la alta política, enterrados por la fugacidad del clickbait o la impostura de las redes sociales, Romero, que fue consejero de Educación de la Generalitat con el socialista Joan Lerma (1982-1995), ve necesario para paliar los latigazos de la riada un esfuerzo inversor, como el que impulsó EE UU en 1948 para reconstruir con 13.000 millones de la época la devastada Europa post II Guerra Mundial.

“La dana producirá un impacto de 20.000 millones”, estima el catedrático a EL PAÍS tras concluir las jornadas “Cambio climático y territorio en el Mediterráneo Ibérico”, celebradas en la sede de La Nau de la Universitat de València y cuya dirección ha dirigido este profesor que pilotó el PSPV-PSOE entre 1997-1999, cuando un flamante Eduardo Zaplana recorría con paso fuerte una autonomía históricamente de izquierdas.

Sostiene el catedrático que el Gobierno deberá costear 16.000 millones de la reconstrucción post tragedia. “La Generalitat está endeudada y los gobiernos locales no pueden”, opina para augurar que la catástrofe ha arrasado un tercio del tejido productivo en Valencia y el 100% de los 89 municipios sentenciados.

Soflamas lanzadas por este hombre de verbo pausado como “la dana debería ser un punto de inflexión para subir unos escalones”, “los Gobiernos deberían parar y pensar”, o “hay mucha agua en la piscina”, auguran que no todo está perdido tras el infortunio.

Y que, pese al desencuentro, la lucha partidista o el uso como ariete de las ayudas de los afectados, hay esperanza. “El problema es que hay una distancia entre lo que es y lo que debería ser”, carga el catedrático, que critica el “desencuentro institucional y la competición entre administraciones”. Y, entre tanto, en el alero: medio millón de víctimas. “Hoy las palabras clave son derogar, des regular, liberar suelo...”, lamenta con la mirada fija.

Para superar el “trauma colectivo”, sostiene Romero, es preciso abandonar el “desencuentro institucional”. Y se hace necesario dar la talla en medio de la oscuridad. “El Estado autonómico ha perdido una oportunidad magnífica para demostrar que se comportaba como Estado”, resume.

Antes de la intervención del profesor y expolítico socialista, la última sesión de las jornadas de La Nau ha abordado la gobernanza, que es como se denomina al trámite de tomar decisiones en una organización, Estado o sociedad. Joan Subirats, catedrático de Ciencia Política de la Universidad Autónoma de Barcelona, ha defendido el papel de los ayuntamientos en el engranaje administrativo. “En lo local está la clave para enfrentarse a problemas complejos”. Su colega, el catedrático de Ordenación del Territorio de la UPV, Antonio Serrano, ha puesto un pero a esta circunstancia. “Tres cuartas partes de los municipios españoles no tienen capacidad de gestión, no hay técnicos”. Y ha sugerido como bálsamo para paliar los males que las entidades locales se adapten al pagador. “Con la política de la Unión Europea, yo te pongo el dinero y tú (Ayuntamiento), te adaptas a lo que yo quiero”.

Pese a tambalear los cimientos del sistema, la dana no ha podido con el tejido asociativo valenciano, según la profesora de Derecho Administrativo de la UV Reyes Marzal. “Bandas, casales, asociaciones de moros. Se han puesto a disposición infraestructuras”, ha expresado esta experta que pide incluir en la gobernanza a empresas privadas.

Andrés Boix, también profesor de Administrativo de la UV, ha cargado contra las iniciativas “grotescas” del poder, como dar ayudas por la dana para reconstruir viviendas en zonas inundables. “Cuando en nuestro país tenemos un problema, nos salta el resorte centralizador ligado a los militares”, ha ironizado en alusión al nombramiento del general (jubilado) Francisco José Gan Pampols, de 66 años, como vicepresidente segundo de la Generalitat.

Con una secuencia de la comedia “No mires arriba” (2021), María Dolores Pitarch, profesora de Geografía de la UV, ha tratado de transmitir el divorcio entre ciencia y política. El metraje proyectado muestra a dos expresivos científicos que explican a la presidenta de EE UU que un cometa se aproxima con puntería certera a la tierra. La seguridad de los expertos choca con la recelosa política en esta sátira contra el negacionismo del cambio climático. “Frente a la desinformación se hace necesaria la información clara y fiable”, ha defendido la profesora. En el horizonte de su discurso, la crítica a informarse por redes sociales -”mezclan ciencia y pseudociencia”- y la defensa de los medios de comunicación tradicionales. Todo un reto en la sociedad de la impostura y la lapidación digital.