Susana Pareja, leyenda del balonmano y otra rescatadora más en Sedaví: “Le decía a mi amiga ‘aguanta’ y trataba de bromear con ella”
“Vanesa sacó la mitad del cuerpo por la ventana y yo tiré de ella”, recuerda la deportista
Además de una pesadilla de barro y destrozos, la peor dana de España deja muchas historias tristes que compartirán para siempre quienes viven para contarlas. Susana Pareja, campeona de balonmano español y vecina de Sedaví, es ahora una de esas personas que limpia calles junto a quienes pasó una noche, la del 29 de octubre, aguantando la riada que arrasó con su pueblo. Así se lo contaba a la periodista de EL PAÍS Patricia Ortega Dolz en este reportaje que retrata cómo sobrevivieron a la fatídica noche los habitantes de una misma manzana.
“Venía lluvia y había un hilillo de agua por la avenida de Valencia, el bulevar que cruza el pueblo”, cuenta Pareja del momento en el que salió de casa para mover el coche de su padre. De regreso a casa, el agua ya le llegaba por la rodilla. Entonces vio a su vecina y amiga Vanessa, que ya no podía salir de su coche porque la puerta no se abría: “Sacó la mitad del cuerpo por la ventana y yo tiré de ella”, cuenta Pareja. En esos minutos, el nivel del agua llegó a sus cinturas y se vieron incapaces de cruzar hasta el portal.
Pasaron seis horas agarradas a un bolardo y luego enganchadas a la verja de una ventana a la que pudieron subir. Sus vecinos, asomados a los balcones, les llamaban a gritos y ellas trataban de responderles que estaban bien. “No tuve miedo, tuve mucho frío, el agua estaba helada, solo pensaba en aguantar, aguantar, aguantar”, recuerda.
Así pasó finalmente la noche en la que las dos amigas sobrevivieron juntas. “Yo le decía a Vanesa: ‘aguanta’, y trataba de bromear con ella: la siguiente será ir a Supervivientes”. “Teníamos que rebajar la tensión y ayudarnos mutuamente a base de ánimo”, recuerda Pareja en el reportaje de Patricia Ortega Dolz, que recoge también las historias de una familia que logró salvar a uno de los vecinos con la técnica de anudar sábanas y de un hombre que se quedó agarrado a la valla de la residencia de ancianos y acabó ayudando a subir a los mayores a la segunda planta del edificio. [Sigue aquí la última hora de la dana y sus consecuencias]
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