El PP duda de la salida de la responsable de Emergencias: “Si cae la consejera, el siguiente es Mazón”

La Generalitat valenciana ha puesto en la picota, desde el jueves, a la consejera de Interior, Salomé Pradas, que, pese a tener las competencias en la gestión de las Emergencias, había permanecido callada ante la peor catástrofe vivida en la Comunidad Valenciana. El jueves apareció ante una cámara de la televisión pública con una declaración en la que decía que no sabía que existía un sistema de envío de alertas a los móviles para avisar a la población. La petición de responsabilidad se cierne desde entonces no solo sobre el presidente de la Generalitat, Carlos Mazón, sino también sobre ella, pero fuentes del PP aseguran que no parece estar en la cabeza del jefe del Ejecutivo valenciano exigirle que dimita, puesto que eso sería reconocer que ha habido errores.

“Si cae la consejera, el siguiente es él”, señalan fuentes del partido. “Si se admite que ha habido errores, él también sería responsable”, añaden. “Se queda sin escudo”, sentencian. Otras fuentes sostienen que “lo más probable” es que, tarde o temprano, caigan el secretario autonómico de Emergencias, Emilio Argüeso, o el director general del ramo, Alberto Javier Martín”, pero ninguno de los dos ha tenido mucha visibilidad en la gestión de la crisis. A cambio, han dejado en manos de una técnica, la directora general de Prevención de Incendios, la capitana de la Guardia Civil Rosa Tourís la comunicación de la actualización de la información después de cada reunión del órgano de coordinación, Cecopi. “Otra cosa es que dentro de tres meses plantee una remodelación del Gobierno y prescinda de todos ellos”, apuntan.

“La casa está revuelta, pero aguantará y le saldrá bien”, asegura un cargo del Gobierno que considera que, pese a los “posibles” errores, hubiera sido mucho peor si Vox hubiera seguido al frente de la cartera que tenía que gestionar la catástrofe. “El Consell está más cerca de él que nunca”, aseguran y recuerdan que en el Gobierno de Mazón fue él quien eligió uno a uno a sus miembros y a él se lo deben.

Si la dimisión de la consejera está prácticamente descartada entre las fuentes consultadas, mucho más lejana está la de Mazón. Pese a que en el partido, más allá de la Comunidad Valenciana, se admite la existencia de errores, tanto en la gestión de la crisis como en la cuestión mediática, la tónica generalizada es que aguante, dirija el operativo para aplacar las consecuencias de la dana y, más adelante, ya llegará el momento de analizar su situación política. “Tiene que aguantar”, mantienen fuentes del partido. “Además —inciden— si dimitiera él tendría que dimitir Pedro Sánchez, que también tiene responsabilidad”.

Catalá no aparece con Mazón

Además, aun en el caso de que el PP presionara para que Carlos Mazón abandone la presidencia de la Generalitat existe otro obstáculo. Para dirigir el Gobierno valenciano es necesario ser diputado. Ninguno de los miembros del Consell lo es ya porque abandonaron el escaño una vez fueron elegidos para ocupar una cartera. Entre el resto de diputados, apenas hay dirigentes con carisma y peso político para encabezar un gobierno autonómico sin demasiada contestación interna, a excepción de la alcaldesa de Valencia, María José Catalá. Pese a que varias pedanías de la ciudad de Valencia se han visto afectadas por la dana, Catalá no ha aparecido ni una sola vez con Mazón. Ni este ha visitado estos municipios, pegados a la ciudad. No hay ni una sola foto juntos. Ni siquiera durante la celebración de los minutos de silencio. “No se va a comer este marrón”, aseguran quienes la conocen.

En cualquier caso, la mayoría admite que Carlos Mazón está tocado y que, aunque se salve de esta, “ha caído en desgracia”. “Nunca habían amortizado tan rápido a un presidente”, apuntan, “ni a Francisco Camps”, recuerdan, que dimitió poco después de ser imputado por la trama Gürtel. Camps fue absuelto por un jurado, pero nunca volvió a ocupar un cargo. Probablemente, el presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, tampoco olvida que el valenciano tardó 48 horas en anunciar un acuerdo con Vox para gobernar la Generalitat, antes de que se celebraran las elecciones generales, tal y como hicieron otros barones del PP en sus territorios.