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La resurrección del hotel de Santa Pola que el narco Casper quiso convertir en el mayor prostíbulo de Europa

La empresa ilicitana Grupo ASA adquiere el Rocas Blancas, establecimiento situado a la entrada de la localidad alicantina, tras más de 10 años cerrado y víctima del vandalismo

Rafa Burgos
Aspecto del Hotel Rocas Blancas, de Santa Pola, que será reformado.
Aspecto del Hotel Rocas Blancas, de Santa Pola, que será reformado.JOAQUIN DE HARO RODRIGUEZ

El antiguo hotel Rocas Blancas de Santa Pola (Alicante, 36.174 habitantes) resiste en pie tras cerrar en 2010, después de que la crisis financiera lo enviara a la UCI. Su estructura, envejecida y salpicada de grafitis, se erige en un cerro desde el que domina el turístico municipio alicantino a un lado, al otro las salinas pobladas de flamencos y allá en su frente, la isla de Tabarca y el Mediterráneo. Su ubicación, pegado a la N-332 que lo conecta con el aeropuerto de Alicante-Elche Miguel Hernández, a solo 15 minutos en coche de distancia, fue al mismo tiempo su privilegio y su maldición, ya que complica la estancia de clientes que no dispongan de vehículo propio. Durante su clausura ha sido víctima de vandalismo, ha estado en venta en Wallapop y un célebre narcotraficante, Ángel Suárez Flores, Casper, trató de convertirlo en el mayor prostíbulo de Europa en una transacción en billetes pequeños y sin marcar. El pasado mes de junio, una firma inmobiliaria ilicitana, el Grupo ASA, compró el establecimiento, para el que sigue diseñando un proyecto en una ciudad de gran afluencia turística y escasa planta hotelera.

Cinco plantas, más de cien habitaciones. Vistas extraordinarias, un bar en la terraza y una zona anexa, el Palacio de Cristal, en la que se celebraban eventos familiares y de negocios. El Rocas Blancas fue durante décadas uno de los pocos hoteles de una ciudad eminentemente marinera y acostumbrada a que los turistas, principalmente nacionales, vuelvan en cada periodo vacacional a sus apartamentos, segundas residencias frente al mar. Con fácil acceso al faro, el puerto pesquero con lonja tradicional y el embarcadero que une el puerto con la isla de Tabarca, la única habitada de la Comunidad Valenciana, situada a 8 kilómetros, 5 millas náuticas, que son con las salinas y las playas, los focos turísticos principales. El complejo hotelero está situado justo en el acceso a Santa Pola, por lo que los visitantes más ilustres de sus playas, desde Santiago Bernabéu hasta José Luis Rodríguez Zapatero, de Eduardo de Gea al registrador de la propiedad con plaza Mariano Rajoy, pasaban frente a sus instalaciones sin posibilidad de evitarlas. Sus clientes, sin embargo, se tropezaban con el tramo de carretera en el que se abre su acceso, señalizado como peligroso, con la práctica imposibilidad de cruzar los dos carriles de la N-332 sin pasarela para peatones y con la orilla del Mediterráneo a dos kilómetros en línea recta. Un lastre con el que comenzó a languidecer con el cambio de milenio. Hasta la puntilla de la crisis de 2008. Y el cierre en 2010.

Durante más de diez años, el establecimiento santapolero tuvo que acostumbrarse a cambiar de sección periodística, de los negocios a los sucesos. Su vallado, su interior y su entorno están torpedeados por el vandalismo. Sus paredes, mal caligrafiadas con aerosol de trazo grueso. Aunque el remate vino con un auto judicial, firmado por el juez Eloy Velasco. En él, el magistrado detallaba los asuntos en los que andaba metido Casper, narcotraficante especializado en vuelcos, como se conoce en el argot al robo de sustancias pertenecientes a otras bandas criminales, en las torturas a sus rivales y en los robos de millonarios objetivos, como el de 19 cuadros sustraídos del domicilio de Esther Koplovitz. El juez Velasco señaló que el célebre delincuente, que falleció en 2021 a causa de un cáncer, había entregado una señal de 780.000 euros en billetes pequeños para hacerse con el Rocas Blancas y convertirlo en el mayor prostíbulo de Europa. Su detención paralizó la transacción. Poco después del fallecimiento de Casper, saltó la noticia de que el hotel se ofertaba en Wallapop por un precio de 4.247.857 millones de euros. Todo incluido.

Pleitos judiciales

Fuentes conocedoras de la última negociación, que prefieren no identificarse, afirman que, tras diferentes cambios de propietario y de nombre, el Rocas Blancas protagonizó varios pleitos judiciales que lo dejaron en manos, finalmente, del catálogo de activos inmobiliarios tóxicos de la Sareb. Esta entidad fue la que pactó la venta con los actuales propietarios, que intensifican su estrategia de manejar una importante línea hotelera, con aperturas recientes o construcciones en marcha en diferentes puntos de la provincia de Alicante. Fuentes del Grupo ASA declinan explicar los detalles de la adquisición. De momento, durante este verano han dejado entrar a las máquinas para “limpiar el terreno y reparar el vallado”. Su intención es “reactivar el hotel”, declaran, “pero aún no hay un proyecto bien definido ni fecha para su reapertura”.

El hotel Rocas Blancas visto desde las  lagunas de Santa Pola.
El hotel Rocas Blancas visto desde las lagunas de Santa Pola.JOAQUIN DE HARO RODRIGUEZ
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Para la alcaldesa, Loreto Serrano (PP), “una inversión de estas características” supone la “satisfacción de ver que hay gente que quiere apostar” por el municipio que preside y por “crear plazas hoteleras que, en este momento son escasas”, por lo que asegura que en su equipo de gobierno están “contentos”. En cuanto al impulso que el nuevo hotel pueda imprimir en la economía santapolera, Serrano opina que “cuantos más recursos” turísticos haya disponibles, “mucho mejor”. “El emplazamiento es emblemático, se trata de una ampliación importante de plazas y, para la estrategia turística”, continúa, “además de tener clientes fieles durante todo el año con las segundas residencias, tendremos un movimiento que va a ser lo que Santa Pola necesita”. Desde la oposición, liderada por la portavoz del Grupo Municipal Socialista, Yolanda Seva, tratan de conocer los términos en que se ha producido la venta y cuál va a ser su repercusión. “No hemos podido obtener del PP ningún tipo de información sobre el proyecto y cuál va a ser su incidencia en la economía de Santa Pola”, asevera. En su opinión, “un hotel así será un boom si cuenta con el proyecto adecuado”, con lo cual también se muestran “contentos de que el Rocas Blancas se pueda recuperar”.

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