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Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Mi experiencia con el aborto como doctora

Increíblemente, hay quien considera la marcha atrás como su cinturón de seguridad, hasta que vienen con un retraso en su menstruación

Cientos de mujeres levantan sus pañuelos verdes durante una movilización a favor del aborto, en Buenos Aires (Argentina), en una imagen de archivo.
Cientos de mujeres levantan sus pañuelos verdes durante una movilización a favor del aborto, en Buenos Aires (Argentina), en una imagen de archivo.RONALDO SCHEMIDT (AFP)

Paradojas de la vida, el Día Mundial de la Anticoncepción llegaron a mi consulta cuatro solicitudes de Interrupción de embarazo. Más allá de discursos desde escaños o púlpitos, hablaré de mi quehacer diario, una trinchera desconocida para la mayoría.

No entraré en dilemas morales ni religiosos, hablaré de realidades.

Cuando una mujer acude a mí, porque no desea continuar con su embarazo, abrimos en la intimidad de la consulta, la puerta a su universo de circunstancias, donde puedo encontrarme con dramas que salpican de sangre mi normalidad, embarazadas sin desearlo, porque su pareja las utiliza como objetos sin sentimiento o, simplemente, porque la ignorancia las convierte en dianas.

Aunque la estadística de mujeres violadas es pavorosa, tras valorar un posible maltrato, no resulta la causa más frecuente de solicitar un aborto en nuestra Unidad.

A una minoría de mujeres les falla el método anticonceptivo por diarreas, interacciones medicamentosas u olvidos, que despiertan a los ovarios de su letargo y provocan el disgusto.

Mucha gente conoce a una mujer que le falló el diu, y en los 11 años que llevo aquí, sólo 1 caso donde en la ecografía se veían el dispositivo de cobre y el embarazo,1 de cada 100 y le tocó a ella; otro cantar serían, los dius expulsados sin darse cuenta o los de cobre descendidos.

Con los dius hormonales aún no he visto sorpresas.

Infalible no hay nada, si no consideramos las relaciones a distancia o la castidad, pero ésas, no vienen a consultarme.

Increíblemente, hay quien considera la marcha atrás como su cinturón de seguridad, hasta que vienen con un retraso en su menstruación.

En la mayoría de interrupciones que tramito no se usaba más método que la suerte; ni control natural, ni condón, y cuando llueve, si no llevas paraguas, te mojas.

Muchas dicen haber salido con chubasquero, pero se choparon, a pesar de toda la información disponible.

Me resulta curioso que solo una minoría solicite la valoración por la psicóloga.

No hay un límite de abortos para tramitar en la misma mujer, así que, sólo nos queda avisarles de los riesgos, e intentar mejorar en nuestro asesoramiento para evitar que regresen por lo mismo.

Por suerte, los casos que repiten son una minoría, aunque en mi zona destaquen sobre otras (el volumen de usuarias puede ser un factor decisivo).

El implante del brazo está considerado el método más seguro, aunque no está exento de secundarismos como cualquiera de los otros, superando en eficacia a la vasectomía, solicitada últimamente por más hombres, quizás armados de valor gracias a la Marvel, aunque sigue siendo una minoría, comparado con las peticiones de ligadura de trompas (intervención más complicada que requiere ingreso).

No me cuadra el ambiente testosterónico que se respira con la cobardía frente a una cirugía local, que suele durar menos que un almuerzo.

Aquí en la Comunidad Valenciana están financiadas gran parte de las píldoras, el inyectable y los anillos vaginales, resultando gratuitos los dius y los implantes.

Aunque es poco habitual, hay quien me pregunta por métodos naturales, pero la mayoría de madres, padres, tías o abuelas que me traen a sus adolescentes, esperan con ansia viva, que salgan de allí con “algo” para que sus niñas no queden embarazadas, asumiendo, que no vayan a utilizar condón en sus relaciones con sus parejas “estables” de un mes.

Entre la falsa seguridad frente a otras ITS [Infecciones de Transmisión Sexual] de la vacuna del papiloma y la ausencia de educación sexual, da miedo comprobar cómo tenemos el patio, y no se trata sólo de adolescentes descarriadas cuyas parejas tienen alergia mental al preservativo, las 4 interrupciones que recibí pasaban de los 20 con holgura, así que no culpemos a la juventud.

Nuestras Unidades son un referente para la Salud sexual y reproductiva de este país, escaparate de tantas y tan diferentes vidas, garantías de derechos impensables en otros lugares.

Vivimos tiempos de irresponsabilidad, dejadez e ignorancia, en una sexualidad mal entendida, centrada en el coito y la falta de empoderamiento de demasiadas, y aún así, seguiremos trabajando por un mundo, donde todas las mujeres disfruten sin encontrarse piedras en el camino.

La doctora Mónica Molner trabaja en la Unidad de Salud Sexual y Reproductiva Malvarrosa, Valencia.

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