Una mujer se estrena en el diseño de la falla municipal de Valencia con un gran corazón
La ilustradora Marina Puche, tercera generación de una saga de artistas, y Manolo García Lleonart plantan en la plaza del Ayuntamiento un símbolo del renacer de la fiesta tras los años de pandemia
Sin restricción alguna, tras los oscuros años de pandemia, el corazón fallero volverá a latir en la falla municipal de 2023, con la obra de los artistas Marina Puche y Manolo García Lleonart. “Simboliza el renacer: un corazón que ha estado parado y que bombea de nuevo”, describe la ilustradora valenciana, de 40 años, que se ha convertido en la primera mujer que firma la falla del Ayuntamiento, el monumento que representa a toda la ciudad y que está fuera de concurso. Oficialmente, las fallas empiezan el 15 de marzo y acaban el 19, pero las calles respiran el ambiente festivo y se disparan mascletàs desde el día día 1.
Con un estilo claro y sencillo, y mucho humor, Puche ha elegido este órgano vital como metáfora del momento: la fiesta recupera por fin la normalidad, sin las restricciones de años pasados, y además en su familia han vivido no hace mucho una cardioversión, un procedimiento médico en el que se utilizan choques rápidos y de baja energía para restablecer el ritmo cardíaco normal a una persona. Y el resultado es Cardioversió valenciana, “una gran falla que pretender transmitir al público las emociones y experiencias que hacen que se nos encienda el corazón”, desea la autora.
Hija y nieta de artistas falleros, Puche ha vivido desde pequeña rodeada de ninots y pintando los retratos que tanto le gustan en el taller familiar. “En mi casa se comía y se cenaba con falla. Las figuras estaban en el pasillo y mi abuela las vestía; lo vivíamos un montón”, rememora. Ella es la tercera generación de una estirpe de artistas falleros que comenzó con su abuelo Julián, siguió con su padre, Pepe Puche, y ahora con ella. Ambos han sido artistas laureados con premios en la sección de especial, la que reúne a los monumentos más grandes y de más presupuesto.
De su padre, empleado de la firma de porcelanas Lladró, aprendió que el taller era un lugar de mucho trabajo pero también de disfrute. “Las piezas salían de la nave perfectas, con un trabajo delicado y realizado con mucho cariño”, hace hincapié. Se refiere a su padre, orgullosa, como un maestro del modelado de las piezas: “Es un gran escultor, yo soy más dibujante. Lo veo todo más en plano, en gráfico. La ilustración, el dibujo es lo mío”, reconoce. Su vida transcurre ahora mismo entre pintar cuadros, sacar adelante con su hermana de socia la empresa Manitas de Plata y diseñar fallas, primero infantiles, y ahora grandes.
Estudió Bellas Artes en la universidad, donde coincidió con sus amigos Ceballos y Sanabria, y animados por su profesor de Anatomía artística, “hicimos nuestra primera fallita”. Hoy ella es autora del monumento municipal, y sus amigos, José Luis Ceballos y Francisco Sanabria, firman la falla infantil. Son el futuro de un oficio con muchas incógnitas. “La falla vive un momento complicado por el encarecimiento de los materiales y la imposibilidad de repercutirlo a las comisiones. Y como hay mucha competencia, el artista quiere además hacer el mejor trabajo posible. Es muy complicado”, reconoce, a la par que defiende que lo ideal sería “ponernos todos los artistas de acuerdo y rebajar el tamaño porque la falla puede tener la misma gracia, el mismo arte, con un tamaño menor. Los falleros tienen que entender la posición de los artistas”, defiende. Y lo dice, haciendo un ejercicio de autocrítica, a sabiendas de que el monumento municipal que hace este año es gigantesco. “Las fallas son este año altísimas y aunque pueda parecer que se pagan mejor que hace siete u ocho años, no es así. El único camino es poner más ingenio y reducir la monumentalidad, como se hacía antes. Veo las fallas que hacía mi abuelo y no hace falta que sean tan enormes ni poner siete contrarremates”.
Con su Cardioversió valenciana a punto de erigirse a pie de plaza, Puche admite que se emociona conforme cobra volumen. “Manolo [García LLeonart, el constructor del monumento] hace las fallas en madera y yo quería un diseño con el que se sintiera cómodo”. Está contenta de ser la primera mujer que hace la falla municipal pero tampoco se le ha subido a la cabeza. “Es raro que no hubiese pasado antes”, asegura, al tiempo que constata que hay pocas todavía y las que son se dedican, sobre todo, a las infantiles. “Queda mucho para igualar la balanza”, apostilla.
Para Puche, su padre es su gran aliado: “Sin él no me hubiese atrevido a hacer ni la mitad de las cosas que he hecho. Es un seguro de vida para mí”. Satisfecha con el resultado, la artista cuenta desde hace unos días en el Centre del Carme con una exposición de sus trabajos. En su exposición relata el amor a primera vista que tuvo por las Fallas y ese flechazo que mantiene por la cotidianidad y los detalles que endulzan los días.
Ocupación en niveles prepandémicos
Valencia y el mundo fallero recobran este año la normalidad. La fiesta se prevé multitudinaria porque sus días grandes coinciden con el fin de semana. La Fundación Visit Valencia, responsable del turismo local, y los hoteleros pronostican unas cifras excelentes. La ocupación hotelera prevista superará la de los últimos cinco años y se situará en niveles prepandémicos, según la vicealcaldesa y concejala de Desarrollo Urbano, Sandra Gómez, quien ha dado a conocer los datos del sondeo elaborado por Visit València, según los cuales las noches del 17 y 18 de marzo la ocupación alcanzará el 86,5 %, por encima del 83% de 2022; pero también por encima de los valores de antes de la pandemia: el 71% en 2019; el 86% en 2018; y el 79% en 2017.
Gómez ha felicitado al sector hotelero por “el gran trabajo que lleva a cabo día a día para que el nombre de Valencia se asocie a garantía de calidad y sea un destino turístico de primera”. La ocupación total de la semana del 13 al 19 de marzo alcanzará el 72,9%; y la ocupación de las principales noches de la semana fallera, las del 17 y 18, se situará en el 86,5%. Hay que tener en cuenta que el 20 de marzo es festivo en la Comunidad de Madrid, lo que ha influido también en que la noche del 19 al 20 tenga un porcentaje de ocupación superior al 74%.
Uno de los datos más destacados del sondeo de Visit Valencia es que la ocupación hotelera prevista se reparte entre todas las zonas de la ciudad. Por ejemplo, la ocupación de la noche del 18 de marzo es del 88% en el centro de la ciudad, y se eleva hasta el 91% en la zona de la playa y el Puerto y al 92% en la zona de Ciutat de les Arts i les Ciències.
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