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Un gran corazón para la falla de todos y un bosque experimental con material rescatado del fuego

El Centre del Carme presenta una exposición sobre Marina Puche, artista encargada del monumento municipal, y el IVAM reúne la obra del pionero Alfredo Ruiz en una muestra

El País
Marina Puche en la exposición en el Centre del Carme sobre la falla municipal de València 2023.
Marina Puche en la exposición en el Centre del Carme sobre la falla municipal de València 2023.JUAN R. PEIRÓ - CCCC (JUAN R. PEIRÓ - CCCC)

Las fallas también están presentes en los centros de cultura y en los museos, no solo en las calles. Es una manera de reivindicar el trabajo más artístico de las fiestas y también su parte más experimental. Este jueves el Centre del Carme y el IVAM han presentado las exposiciones Amor a primera tinta, de Marina Puche, y Alfredo Ruiz: caminos hacia la modernidad en las fallas, respectivamente, con las fallas como denominador común, pero cada una con sus especificidades.

Nieta e hija de los artistas falleros Julián y Pepe Puche, Marina es la responsable del diseño de la próxima falla municipal de 2023. En su exposición relata el amor a primera vista que tuvo por las Fallas y ese flechazo que mantiene por la cotidianidad y los detalles que endulzan los días. Así lo ha afirmado esta artista, conocida por su faceta de ilustradora en Manitas de Plata, durante la presentación de la exposición Amor a primera tinta, que podrá verse hasta el 28 de mayo en la Sala Zero y el claustro gótico del Centre del Carme. La muestra comienza con un recorrido por la alegría de los viernes, a través de los pequeños dibujos espontáneos que Puche publica cada viernes desde hace cinco años, y sigue con una retrospectiva de las fallas infantiles realizadas por la artista, así como de las colaboraciones en el diseño de las fallas grandes. La exposición dedica también un espacio destacado al diseño de la falla municipal de València en 2023, para la que Puche se presentó junto a Manolo García y su taller, resultando ganadores con la propuesta Cardio versió Valenciana, que explora las emociones que hacen que se nos encienda el corazón.

Así, el claustro gótico del Centre del Carme muestra un gran corazón contento, florido de naranjas y azahar, rodeado de los diferentes tipos de corazones y latidos. También se incluye un pequeño recorrido, de la mano de la artista, sobre la pandemia, el confinamiento y cómo nuestra realidad cambió, al obligarnos a parar y adaptarnos a la nueva normalidad, todo ello plasmado en pequeños dibujos espontáneos que reflejan amor en una primera tinta. Amor a primera tinta con piezas producidas ex profeso para la exposición, además de con una selección de “ninots”, dibujos, bocetos, murales y recortables en los que se fusionan ilustración y Fallas. Incluye también piezas realizadas por la artista en porcelana.

El director del Consorci de Museus, José Luis Pérez Pont, ha destacado que desde su incorporación ha desarrollado “una línea expositiva que vincula las Fallas con la creación contemporánea y visibiliza la renovación de los lenguajes visuales” de esta fiesta, declarada patrimonio inmaterial de la humanidad.

Algunas de las obra de la exposición del IVAM.
Algunas de las obra de la exposición del IVAM.

Artista pionero

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El Institut Valencià d’Art Modern (IVAM), por su parte, da la bienvenida a las Fallas con la inauguración de una muestra que revisa la obra de Alfredo Ruiz como uno de los “pioneros” de los monumentos experimentales y “recoge su trayectoria en las calles de la ciudad”. La muestra ofrece algunas de las maquetas que se han salvado del fuego, material de archivo inédito y hasta su última creación fallera, Bosc geomètric, creada para plantarla en el museo valenciano.

La exposición Alfredo Ruiz: caminos hacia la modernidad en las fallas, que permanecerá expuesta en el LAB2 hasta el 23 de abril, ha sido presentada este jueves por la directora del IVAM, Nuria Enguita, el propio artista y los responsables del proyecto, Ricardo Ruiz y Daniel Escobedo.

“Siempre he pensado que mis fallas estarían en el IVAM alguna vez y se ha cumplido”, ha comenzado diciendo Alfredo Ruiz, quien inició su camino como artista fallero con tan solo trece años y plantó su primera falla infantil en 1968 y en 1970 su primera falla grande. Una trayectoria que revisa el IVAM a través de la muestra y que le consagró como uno de los pioneros en el campo de los monumentos experimentales.

Tal y como ha explicado Escobedo, el recorrido expositivo ofrece dos lecturas sobre la obra de este artista fallero nacido en Valencia en 1944. La primera lectura es la que plantea la propia sala, con un repaso por la evolución estilística y temática de sus obras, a través de maquetas rescatadas del archivo del propio artista, que van desde 1990 hasta su última falla en 2013.

Así, la segunda lectura de la muestra se encuentra en unos libros creados para la exposición, que el visitante encontrará en la sala, que recogen su trayectoria de Alfredo Ruiz desde 1958 y explican el proceso de creación de las fallas, desde los bocetos hasta su quema.

Además, en el centro de la sala se encuentra la última falla del artista, ‘Bosc geomètric’, creada específicamente para la exposición, una obra que representa un colorido bosque y que, según ha explicado Ruiz, nace de un dibujo realizado en 2002. “Cuando lo vieron los comisarios les propuse hacerla para el centro de la sala”, ha explicado a los asistentes, en declaraciones recogidas por Europa Press.

Pese a que empezó con un estilo barroco y grotesco heredado de sus mentores, Ruiz comenzó pronto a innovar en el diseño de los monumentos falleros a través de la expresión de sus inquietudes, que dieron forma a partir de 1982 a fallas que trataban sobre el capitalismo, la desigualdad, el racismo o el papel activo de la mujer en la sociedad.

En palabras del comisario Ruiz, el artista se acabó creando un estilo “ligado a su forma de entender las cosas y a sus ideas”, con la elección de temáticas pioneras sociales, que culminó en 2002 como un estilo “completamente abstracto”. “Va buscándose a sí mismo en las fallas”, ha relatado el comisario, quien ha remarcado cómo su trayectoria “bebe de las vanguardias internacionales o incluso del pensamiento de filósofos, como Nietszche” y de artistas y teóricos como Malévich.

“La falla me ha construido a mí”, ha asegurado el autor, quien ha explicado que han sido las propias fallas las que le han “documentado y enriquecido”. “Por eso he querido enriquecer a la gente en la calle”, ha señalado en relación a los temas que elegía para sus monumentos, algunos comprometidos para la época, como fue la pena de muerte, el ecologismo o el papel del arte en la educación.


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