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La piqueta y los temporales se ciernen sobre la Colonia Babilonia de la playa de Guardamar del Segura

El Supremo avala la demolición de un centenar de viviendas pegadas a la orilla y ampara la decisión de Costas de no prorrogar la concesión de dominio público marítimo terrestre

Rafa Burgos
Las construcciones de la playa de Babilonia en Guardamar del Segura en una imagen tomada el pasado jueves.
Las construcciones de la playa de Babilonia en Guardamar del Segura en una imagen tomada el pasado jueves.Joaquín de Haro

En la playa de Babilonia de Guardamar del Segura (Alicante, 16.158 habitantes), la definición de la primera línea de costa se queda corta. El aumento del nivel del mar y la regresión de la arena causados por los cada vez más frecuentes temporales marítimos han desembocado en que el oleaje golpee las fachadas de parte de las cien casas que forman la Colonia Babilonia, creada en 1934 por el Gobierno de la República. El servicio provincial de Costas, amparado en un informe del Centro de Estudios de Experimentación de Obras Públicas (Cedex), instó a su demolición en 2018, una decisión que inició una serie de litigios interpuestos por los vecinos que, esta semana, llegó hasta la resolución del Tribunal Supremo. En una nota previa a la sentencia, los magistrados de la sala de lo Contencioso-Administrativo avanzaron que deniegan la prórroga de la concesión de dominio público marítimo terrestre a las viviendas guardamarencas. Manuel López, secretario de la AVV Guardamar Playa, avisa de que los concesionarios recurrirán el fallo del Supremo.

La resolución de Costas, alentada también por la Audiencia Nacional, se apoya en “informes medioambientales desfavorables”, asegura el Supremo en su comunicado. El litoral de esta turística localidad del sur de Alicante, junto a la desembocadura del río Segura, ha conservado un singular sistema de dunas y pinadas. Según el informe de Cedex, las viviendas de Babilonia “ocupan una parte importante de la playa seca y su proximidad a la línea de la orilla determina los daños que sufren en los temporales”, por lo que, concluye, “sería adecuado permitir la evolución de la playa hasta que esta alcance el equilibrio”. Es decir, aconseja el derribo de todas las edificaciones. En 2016, Costas solicitó la incoación de los expedientes de ruina, ya que los inmuebles, construidos “sobre la propia playa y sin cimentación” presentan “estructuras que pueden estar muy dañadas”. Finalmente, un informe municipal de 2017 añade que “los temporales socavaron el terreno bajo el vial, provocando el hundimiento de acera y parte de la calzada” que separaba las casas del mar.

Una de las casas de la Colonia Babilonia.
Una de las casas de la Colonia Babilonia.Joaquín de Haro

López, sin embargo, sostiene que “no existe ni un solo informe ambiental en contra de las casas”. Afirma que el informe de Cedex “da la razón” a los vecinos en un 99%, “salvo en que, al final, recomendaba la demolición por impacto ambiental y paisajístico y por suponer un peligro para las personas”, lo cual se contradice, a su juicio, por el hecho de que parte de los vecinos tiene en Babilonia su primera residencia. Señala también que “todas las viviendas han superado un informe del estado de su edificación” y que, en su opinión, lo que intenta Costas es “ocultar su responsabilidad patrimonial sobre la regresión de las playas, que se debe a la falta de aporte de sedimentos de los ríos”. Los afectados continuarán su lucha en los juzgados. “Estamos impacientes por conocer la sentencia, ya que la decisión no responde a la realidad”, manifiesta. “Una vez lo conozcamos, recurriremos, pediremos amparo al Constitucional y, si procede, apelaremos al tribunal de Derechos Humanos de la UE, porque estamos hablando de viviendas de personas”.

La concesión “la promueve la República en 1934, para embellecer el litoral, fijar la arena, proteger la pinada y dar trabajo”, recuerda López, mediante un concurso “público, abierto y libre”. La colonia, cuyos planos firmó el ingeniero Francisco Mira, está formada por “casas de planta baja, con un ancho estándar de 6 metros y un fondo de unos 15 metros”. Los concesionarios pagan “un canon anual a Costas que oscila entre los 800 y los 3.000 euros”, detalla López. “Es un pequeño microcosmos, hay de todo, desde personas mayores a parejas jóvenes o familias con hijos, con diferentes poderes adquisitivos”. La permanencia de las viviendas, que tras la resolución de Costas se conjuga en futuro imperfecto, ha obligado a algunos de los vecinos a marcharse.

El ayuntamiento de Guardamar se mantiene atento a los fallos judiciales y confía en que ratifiquen la demolición, indica el alcalde, José Luis Sáez (PSOE): “Necesitamos unas condiciones óptimas en nuestra costa, ya que Guardamar vive del turismo y el conjunto queda afectado por el caos de esa zona”. El consistorio ya derribó “la vivienda que estaba situada más al extremo de la playa” y recuperó 120 metros de arenal, “en el que se han habilitado dos pasarelas de madera para el paseo”. Si Babilonia cae, pasarán a dominio público “600 metros más de línea de costa” que se sumarán a los 11 kilómetros de litoral “sin tropiezos, sin calas ni roca, salvo en la desembocadura del Segura” y donde “no se podrá construir un paseo urbanizado, tan solo pasarelas integradas en el entorno”, sentencia Sáez.

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Isaack vuelve a azotar la costa valenciana

Los vecinos de Babilonia “no tenemos temor por nuestras casas”, dice López, “ya que, por suerte, un juzgado nos permitió hacer una protección, una escollera hecha a mano” que las defiende frente al oleaje, asevera, “salvo en casos como el de la borrasca Gloria o similares”. Ese temporal produjo en enero de 2020 considerables destrozos en la costa valenciana, que acababa de sufrir también los efectos de la Dana de diciembre de 2019, con especial incidencia en Orihuela y Guardamar. Tal como señaló el director del Laboratorio de Climatología de la Universidad de Alicante, Jorge Olcina, en este periódico, el cambio climático está haciendo que los temporales de Levante aumenten de frecuencia, una situación que obliga a “revisar la ley de Costas y las concesiones urbanísticas para viviendas en primera línea”, argumentaba. Precisamente, el ministerio para la Transición Ecológica estudiará los puntos de la costa de la Comunidad Valenciana que se inundan en cada temporal para acotar nuevos deslindes, según avanza el Levante EMV.

El último ejemplo se ha producido esta semana con la borrasca Isaack, que entre el martes y el miércoles dejó “olas de más de cuatro metros y mar gruesa, según la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), y obligó a activar los avisos naranja por temporal marítimo. Ha habido nuevas inundaciones y desperfectos en playas, algunas casas y paseos en diversos puntos de la costa. Uno de los principales afectados fue el Puerto de Sagunto (Valencia), en el que cayeron dos tramos de pantalán, en desuso desde hace años, que se sumaron a otros tres desaparecidos tras la DANA y Gloria.

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