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Cómo retratarse junto al belén de 20 metros de altura de Alicante, el más grande del mundo

El nacimiento gigante, al que se han unido los tres Reyes Magos, se convierte en el gran dinamizador turístico de la ciudad en estas fechas navideñas

Rafa Burgos
Vista general del belén más grande del mundo, certificado por el libro Guiness de los records, en Alicante.
Vista general del belén más grande del mundo, certificado por el libro Guiness de los records, en Alicante.MORELL (EFE)

No es fácil hacerse un selfi junto al belén gigante de Alicante. Con cerca de 20 metros de altura y seis figuras que representan la adoración de los Reyes Magos, las fotos tomadas con móvil exigen perspectiva, distancia y contrapicado. Un contrapicado de récord Guinness. Pese al complicado encuadre, la fotografía con el monumental nacimiento se repite varias veces por minuto. “Es que es impactante”, asegura Guillermo Albert, el guía de un grupo de turistas del Imserso alojados en Benidorm que van posando, uno a uno o en parejas, frente al nuevo atractivo turístico alicantino, en una breve parada de su excursión de medio día. “Generalmente, suelo mostrar una panorámica rápida de la ciudad”, explica Albert, “pero en Navidad, tenemos que venir aquí”. Otra pareja le brinda el móvil para que los retrate junto al belén más grande del mundo, según certificación del libro Guinness.

El gulliveresco belén se inauguró en la plaza del Ayuntamiento en 2020, con la intención de dinamizar “sin hora concreta” el consumo justo en el momento en que las vacunas contra el covid comenzaban a funcionar. El segundo objetivo era ayudar al sector de las Hogueras, las principales fiestas de la ciudad, que habían tenido que frenar su actividad a causa de la pandemia. Uno de los artistas de este gremio, José Manuel García Puchi, elaboró las tres figuras de la Sagrada Familia. San José alcanza los 18 metros de altura, a los que su cayado suma un metro más. La Virgen, arrodillada, llega a los 10,5 metros. Jesús, acunado en su pesebre, tiene un tamaño levemente superior a los tres metros. En las navidades pasadas, el nacimiento se trasladó a la intersección entre la Rambla y la Explanada, uno de los paseos más transitados por los turistas, donde la Sagrada Familia da la espalda al puerto, situado a apenas unos metros de distancia. A apenas unos centenares de metros, a la izquierda de los personajes bíblicos, se encuentra la playa de El Postiguet. Junto con el Casco Antiguo y el castillo de Santa Bárbara, el punto que recomiendan desde siempre todas las guías turísticas.

Este año, la apuesta ha crecido aún más. Tres colosales figuras de los Reyes Magos se han unido al conjunto, firmadas por el mismo autor. Melchor mide 11 metros, Gaspar, 15. Baltasar cierra el trío con 16 metros de altura. Cada uno de ellos ha costado 35.000 euros, con lo que el presupuesto global del monumento es de 245.000 euros. Como adorno, las excepcionales medidas precisan que las figuras se asienten sobre gravilla blanca y que las pequeñas ramitas que decoran un nacimiento normal sean sustituidas por tocones de árboles de buen tamaño. “Asusta un poco cuando lo ves por primera vez”, cuentan María, Irene y Laura, de 13, 11 y 6 años, respectivamente, “pero está muy bien, es muy bonito”. Les acompaña su abuelo, Fernando Martínez, para quien el belén es “demasiado grande”. De la misma opinión es Diana, una colombiana recién llegada a la ciudad que contempla el nacimiento de camino hacia la playa. Y Linda, una holandesa que ha venido desde la localidad cercana de El Campello y que sostiene que el conjunto escultórico “es enorme, me pregunto para qué”.

La respuesta la da la fijación navideña del Ayuntamiento, gobernado por el alcalde, Luis Barcala (PP), con el apoyo de su concejal de Fiestas, Manuel Jiménez. Además de la faraónica natividad, han diseminado seis ángeles de ocho metros y 12.000 euros de presupuesto por rincones estratégicos de la ciudad. Y bolas de adorno gigantes y visitables por dentro, con iluminación y espectáculo incluidos. Irene y Marina, dos profesoras de Infantil alicantinas, ya han hecho el recorrido junto a sus hijos, que van de los 11 meses a los 4 años. “Hemos visto la bola de noche”, la más grande, situada en el otro extremo de la Explanada. “También hemos visitado la casa de San Nicolás”, el Santa Claus alicantino que reparte los regalos entre los niños holandeses. Y ahora, han vuelto al belén, que visitaron durante la inauguración y que les gusta “mucho”, aunque habrían “espaciado un poco más las figuras” en su nuevo emplazamiento.

Los comerciantes del entorno, principalmente restaurantes y puestos artesanales, están encantados. “Nos ha venido de perlas”, reconoce Leven Levenov, un búlgaro que vende bolsos y carteras de piel. “Desde que está aquí, calculo que vendrá un 40% más de gente”, sostiene. “Vienen más familias”, ratifica Sam García desde su puesto, aunque la afluencia de curiosos no se refleja en igual medida en las ventas. “Han subido, pero poco”, declara la artesana, “sobre todo en pequeñas ventas”. Conforme el negocio se aleja del coloso, el ánimo decae. “Sí hay gente de paso, pero gastan menos de lo normal”, afirma John Muenala, otro vendedor del mercadillo. “Tenemos la esperanza de que en Reyes la gente consuma un poco más”. En las terrazas hosteleras, la sensación es la misma. “Lo que más clientes nos está trayendo es el sol y el buen tiempo”, indica Ángel Gracia, empleado de la taberna El Mos. Cerca de allí, en el restaurante Terre, Cristóbal García cree que “los sitios con café y refrescos lo han notado más”.

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