El polémico Antonio Cañizares, referente del ala más conservadora de la Iglesia española, deja de ser arzobispo de Valencia

El papa Francisco ha nombrado al obispo de Tortosa desde 2013, Enrique Benavent Vidal, arzobispo de Valencia, en sustitución de Antonio Cañizares, que ha ejercido ocho años el cargo y se ha significado como uno de los representantes del ala más conservadora del episcopado español. El también cardenal presentó su renuncia en 2020 al cumplir 75 años, como es preceptivo al alcanzar esa edad de jubilación en la curia. Ahora, el Papa la ha aceptado. Cañizares ha asegurado esta mañana que se ha sentido “respaldo en todo momento” por el Pontífice y ha anunciado que continuará como administrador apostólico de la archidiócesis hasta el 10 de diciembre, cuando Benavent tome posesión efectiva de su nuevo destino.

La Nunciatura Apostólica a la Conferencia Episcopal Española ha hecho público este mediodía oficialmente el relevo del arzobispo, que está a punto de cumplir 77 años y hasta los 80 puede participar en el cónclave para elegir papa como cardenal, condición que no pierde. Ahora, pasa a ser obispo emérito.

Cañizares ha copado numerosos titulares de los medios de comunicación por sus polémicas opiniones. En 2015 se preguntó en una conferencia si en “esta invasión de inmigrantes” y refugiados que a su juicio registraba Europa “es todo trigo limpio” y añadió: “¿Cómo quedará Europa dentro de unos años, con la que viene ahora? No se puede jugar con la historia ni con la identidad de los pueblos”. En una homilía, un año más tarde, atacó la “escalada” contra la “familia cristiana” de “dirigentes políticos, el ‘imperio gay’ y ciertas ideologías feministas”. En una misa del Corpus de 2016, llamó a desobedecer las leyes “injustas” basadas a su juicio en “la ideología más insidiosa y destructora de la humanidad de toda la historia, que es la ideología de género”. En 2020, en plena afección del coronavirus, el arzobispo nacido en Utiel tuvo que salir a matizar sus declaraciones recogidas en un vídeo en las que decía que “el demonio existe en plena pandemia, intentando llevar a cabo investigaciones para vacunas”, y que “una de las vacunas se fabrica a base de células de fetos abortados”.

En la mañana de este lunes, tras recibir un caluroso aplauso de la curia y de sus colaboradores en el palacio arzobispal de Valencia al dar cuenta del anuncio oficial de su relevo, Cañizares ha afirmado: “Yo he querido siempre decir la verdad, a veces no les ha gustado, pero siempre la verdad, a tiempo y a destiempo”. Preguntado si la Iglesia española ha hecho lo suficiente para esclarecer las denuncias de abusos sexuales cometidos en su seno, ha respondido a los periodistas: “Más que nadie. La Iglesia española es un ejemplo de lo que se debe hacer para evitar los abusos tremendos, cosa que no ha hecho el Gobierno, que de la manera que lo está haciendo no evitará los abusos”. Ha puesto de referente la comisión y el departamento abiertos en Valencia para abordar esas denuncias. También ha indicado que el Papa está “muy bien y está ejerciendo un pontificado que necesitamos en este momento de renovación”.

Por último, se ha referido a la importancia del acto que ha convocado para el próximo viernes en Valencia, un “rosario a favor de la Vida” en contra del aborto, la eutanasia, “la violencia (ocasionada por la guerra, el terrorismo, los homicidios y suicidios), por la vida frente al hambre y las enfermedades que serían curables con nuestra ayuda y no son atendidas, y por la formación en la defensa de la vida, en la clase de religión y moral católica”, según indica una nota del arzobispado.

Venta del patrimonio

Entre los defensores de la acción del vicepresidente de la Conferencia Episcopal Española en dos etapas, (2005-08 y 2017-20) se recuerda su capacidad para poner en marcha iniciativas sociales destinadas a paliar la pobreza, como la venta del patrimonio del arzobispado. También su apoyo a la extensión de la Universidad Católica de Valencia, que no ha dejado de crecer durante su mandato, y su intento de pacificar las relaciones de esta con la Universidad CEU Cardenal Herrera.

Por su parte, Enrique Benavent, de 63 años, nacido en la localidad valenciana de Quatretonda, a 15 kilómetros de Xàtiva, se ha expresado en valenciano en sus primeras palabras como nuevo arzobispo, un gesto insólito en la más alta instancia de la curia valenciana. En una carta escrita en la lengua autóctona y en castellano y leída por un obispo esta mañana en el acto del palacio arzobispal, Benavent ha manifestado que asume una “responsabilidad que nunca hubiera imaginado” al volver a una diócesis donde sirvió 22 años como sacerdote y cerca de ocho años y medio como obispo auxiliar. En ella, indica su deseo de hacer de la Iglesia una “auténtica familia” y señala que si la fe y el amor a la Iglesia son “auténticos”, las “diferencias que puede haber” entre sus miembros “no se convertirán en divisiones”. También ha ponderado la “dedicación admirable” de Cañizares.

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Antonio Cañizares: "El gobierno no evitará los abusos. La iglesia sí que lo ha hecho"

Doctor en Teología (1993) por la Pontificia Universidad Gregoriana de Roma, recibió la ordenación sacerdotal en Valencia de manos de Juan Pablo II el 8 de noviembre de 1982 y ocupó varios de responsabilidad en la facultad de Teología de Valencia. Fue nombrado obispo titular de Rotdon y auxiliar de Valencia el 8 de noviembre de 2004. Se le considera una persona conservadora, pero moderada, con una amplia formación teológica. En la Conferencia Episcopal Española preside la Comisión Episcopal para la Doctrina de la Fe desde 2017. Además, es miembro de su comisión permanente.