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La Guardia Civil cuestiona la versión del presunto asesino de Marta Calvo: “Es imposible limpiar todo tras un descuartizamiento”

El acusado, Jorge Ignacio Palma, aseguró haber desmembrado el cuerpo aunque nunca admitió el crimen

Caso Marta Calvo
El acusado del asesinato de Marta Calvo, Jorge Ignacio Palma, en el juicio por la muerte de la joven.Rober Solsona (Europa Press)

Los especialistas en escenas de crimen de la Guardia Civil que inspeccionaron la casa de la localidad de Manuel (Valencia) en la que desapareció la joven Marta Calvo han asegurado este miércoles, en el juicio contra el sospechoso del asesinato, Jorge Ignacio Palma, que “es imposible limpiar todo tras un descuartizamiento”, poniendo en duda así la versión del procesado.

“En los últimos años, he estado en cinco escenas de desmembramientos, siempre queda algún resto, es imposible limpiarlo todo, hay fluidos que no se pueden quitar, y aunque los limpies a la vista, el olor hubiese sido captado por el perro”, ha explicado uno de los especialistas del instituto armado. “En la conocida como Operación Puzzle yo encontré restos de descuartizamiento hasta cinco años después en una vivienda de alquiler, por la que pasó más gente”, ha agregado.

En la vista que se ha celebrado este miércoles ante el Tribunal del Jurado que juzga a Jorge Ignacio Palma por la desaparición del cuerpo de Marta Calvo y como supuesto asesino de otras dos mujeres, han declarado únicamente agentes de la Guardia Civil que participaron tanto en la inspección de la vivienda de Manuel, como en la de los vehículos del sospechoso y en la búsqueda de los restos de Marta Calvo en el vertedero de Dos Aguas, a partir de la declaración que hizo Palma sobre la desaparición de la joven.

“Se removieron unas 16.800 metros cúbicos de basura (35 x 80 metros y seis de altura) desde diciembre (2019) a agosto (2020) en una operación en la que participaron diariamente hasta unos 22 agentes de la Guardia Civil”, han explicado los agentes. A partir del 14 de marzo de 2020, con la declaración del estado de alarma, se redujo el personal y se quedaron en la escombrera unos 10 empleados contratados por el vertedero, más un agente de la Guardia Civil.

Durante todos estos meses, se rompieron a mano las balas prensadas de basura y se rastrillaron los restos. Se hallaron un total de 25 vestigios sospechosos que se fotografiaron con un testigo métrico y se remitieron al Instituto de Medicina Legal (IML). “22 de ellos fueron descartados al instante por tratarse de restos de animales, los tres restantes fueron llevados al IML, donde los especialistas también los descartaron por tratarse de fauna”, han aclarado los agentes.

Durante la jornada del martes, el jefe de Homicidios que dirigió la investigación explicó que cuando Palma se entregó el 4 de diciembre de 2019, declaró a los agentes que contrató a Marta Calvo, que se fueron a su casa en Manuel, tomaron bebidas alcohólicas, consumieron cocaína y mantuvieron relaciones sexuales. Se durmieron luego y, cuando se despertó al día siguiente, la encontró muerta y se horrorizó. No avisó, dijo entonces, ni pidió algún otro tipo de ayuda porque se asustó.

Según la versión de Palma, decidió deshacerse del cuerpo de la joven y la desmembró en nueve partes en el plato de la ducha de la casa de Manuel. Luego, distribuyó las partes en bolsas de basura corrientes que tiró al día siguiente en contenedores de las localidades de Alzira y Silla. La búsqueda fue infructuosa.

La Guardia Civil vio verosímil al principio la tesis del descuartizamiento del cuerpo de Marta Calvo porque pudo acreditar que el autor confeso de su desaparición compró sierras, bolsas y productos de limpieza, pero la ausencia de perfiles genéticos en el supuesto escenario y la búsqueda en los vertederos han llevado a los investigadores a dudar de esta teoría de la que también duda Marisol Burón, la madre de Marta Calvo.

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