Valencia reconvertirá parte del circuito de F1 en un corredor biosaludable

El circuito de Fórmula 1 de Valencia, donde se corrieron varias ediciones del Gran Premio de Europa, será finalmente un corredor biosaludable, según la vicealcaldesa y responsable de Urbanismo, Sandra Gómez. Los 5,4 kilómetros de longitud del l circuito de velocidad, vandalizado y donde incluso se ha establecido un poblado de chabolas, atraviesa amplias zonas del distrito marítimo de Valencia como la lujosa Marina, el gigantesco puerto de Valencia o el inconcluso plan urbanístico del Grao, donde en otro tiempo se proyectaron decenas de rascacielos y un gran delta verde que nunca llegó a materializarse.

La última carrera del Gran Premio de Europa de F1 se celebró en la capital en 2012 pero la Generalitat valenciana no finiquitó definitivamente el compromiso con los organizadores de la carrera hasta 2016. Desde entonces, buena parte de los viales permanecen abandonados. Cuando se construyó, el entonces presidente de la Generalitat, Francisco Camps, aseguró que la infraestructura -que costó en total unos 100 millones de euros- no recaería sobre el presupuesto público porque se encargarían de financiarlo las empresas promotoras que se desarrollasen el plan del Grao. Seis años después, el Ayuntamiento consigue enderezar el futuro de una de las herencias más gravosas y pesadas que dejó el anterior gobierno del PP. “Es uno de los sectores más importantes de Valencia, que estaba condicionado por el circuito”, ha explicado Gómez.

Y la decisión de la Concejalía de Renovación Urbana es que los kilómetros de circuito de F1 que atraviesan esta amplia parcela de terreno se reconvertirá en un itinerario biosaludable. Sus responsables, que tienen todavía que concretar el diseño, se han inspirado en otros proyectos acometidos en China. Un equipo de arquitectos transformó allí una antigua pista de aterrizaje en un gran parque: el Xuhui Runway Park, en Sanghái. Este espacio donde operó durante 80 años una aeropuerto civil se reaprovechó desde su cierre en 2011 y ahora la pista es una gran calle, rodeada a ambos lados de jardines. El equipo de gobierno local pretende hacer algo parecido con el circuito de velocidad.

“El objetivo es que el nuevo plan urbanístico del Grao esté redactado y a ser posible aprobado a final de este mandato”, ha concretado la vicealcaldesa. La conversión del circuito en un espacio de esparcimiento peatonal, unido a la renuncia de la prolongación del Paseo de la Alameda, una artería de la capital con mucho tráfico, hasta el Grao, alumbran una zona donde predominarán las zonas verdes.

El plan propone además crear una pasarela peatonal elevada y no para vehículos sobre las vías del tren que se reclama soterrar; unificar y aproximar las torres de edificios previstas, generar vivienda dotacional, y aumentar el terciario y para “repartirlo por el barrio” para generar comercios de proximidad y atraer empresas.

“Son los nuevos criterios”, ha precisado la vicealcaldesa, que confía en que la redacción del plan urbanístico esté lista a final de este mandato. Según Gómez, la intención es desarrollar el entorno del Grao atendiendo al modelo de ciudad que defiende el actual equipo de gobierno municipal —Compromís y PSPV—, con perspectiva de género y barrios de 15 minutos, policéntricos y renaturalizados.

“El diseño, el desarrollo y el planeamiento de los barrios dependen del Ayuntamiento”, ha resaltado la también portavoz socialista en el Consistorio, que ha asegurado que el alcalde, Joan Ribó (Compromís) conoce todas estas propuestas y se ha hablado también con los propietarios de suelo en esta zona.

El rediseño del PAI se ha dado a conocer tras el acuerdo alcanzado recientemente con los dueños de terrenos respecto a la deuda generada en este sector. El coste del circuito que atraviesa este espacio asciende a 42 millones de euros, de los que 32 serán sufragados por los promotores y de los 10 millones restantes se hará cargo la Generalitat.