Un aparato contra el cáncer donado a Valencia por Amancio Ortega lleva un año parado por la licencia de obras

El Hospital Clínico de Valencia tiene parado más de un año un aparato de última generación donado por la fundación del empresario Amancio Ortega por la falta de la licencia municipal de obras. Así lo ha denunciado el PP en el Ayuntamiento de Valencia, que ha presentado una moción al pleno para que se tramite de urgencia la licencia que permita poner en funcionamiento un equipo de radiocirugía para tratar el cáncer, valorado en más de 3,5 millones de euros. La concejalía de Urbanismo achaca el retraso a que debían de modificar el proyecto “porque no estaba bien presentado” y añade, no obstante, que ha ordenado que se agilice el trámite.

El PP pide que se depuren “las responsabilidades políticas por esta situación, ya que no puede estar año y medio pendiente de resolverse un expediente tan importante como este ya que se podrían haber salvado muchas vidas. Es inaceptable este atasco de licencias que lleva el Ayuntamiento de Valencia cuando llevan ya seis años gobernando”, explicó la portavoz del PP, María José Catalá, de una polémica que ha adelantado Las Provincias.

En agosto de 2020 se publicó en la plataforma de contratación la licitación de las obras de adaptación de espacios para la implantación del equipo en el Servicio de Radioterapia del Clínico, por un importe de 478.536,02 euros y una duración de cuatro meses. Estas obras debían consistir en la reforma y reconstrucción de espacios existentes en el sótano del edificio, donde se ubicará el nuevo equipo de tratamiento.

Según el PP, fue la Consejería de Sanidad la que explicó en diciembre de 2019 la llegada del Leksell Gamma Knife, “uno de los equipos más potentes en radiocirugía intracraneal, de mayor precisión y seguridad a nivel mundial”. La Generalitat Valenciana anunció entonces que la máquina iba a ser la primera instalada en un hospital público de España.

Sus beneficios, según subrayó entonces Sanidad y ahora recuerda el PP en un comunicado, suponía para los pacientes de la Comunidad Valenciana una mejora de su calidad de vida, y una mayor supervivencia en el tratamiento de determinadas enfermedades. El equipo permite tratar entre 500 y 1.000 pacientes al año.

La Comunidad Valenciana se convertía en pionera a nivel nacional en cuanto a radiocirugía y se situaba a la vanguardia de la alta tecnología en cuanto al tratamiento del cáncer, ya que únicamente hay 350 unidades de Gamma Knife instaladas en diferentes países del mundo, como EE UU, Europa y Asia, dijo entonces la Generalitat. El equipamiento se caracteriza por una mejora considerable de la precisión (0,4 mm), que permite abordar solo el objetivo de la intervención sin afectar el tejido sano cerebral.

El grupo municipal del PP ha criticado con dureza la gestión del Gobierno local, que forman desde 2019 Compromís y el PSPV. “Es una muestra más del atasco de licencias de obras y de actividad, más de 8.000 expedientes pendientes de resolver, y comienza a tener consecuencias para la salud de los valencianos”, afirma Catalá.

El PP ha reclamado al Gobierno que preside el alcalde Joan Ribó que “se acelere los trámites para poder disponer de la licencia el hospital Clínico y poner en marcha la nueva máquina que servirá para mejorar la salud de los vecinos de la ciudad. Una herramienta que lleva parada y almacenada más de un año a la espera de resolver la costosa burocracia municipal”.

El Ayuntamiento de Valencia, a través de la concejalía de Urbanismo, ya se ha puesto en contacto con la Consejería de Sanidad para agilizar el trámite y que puedan comenzar las obras cuanto antes. Y ha replicado al PP que el número de licencias en trámite es de 3.366, un 67% menos de las que había en 2015, después de 24 años de gobiernos del PP (cuando se encontraban en trámite 10.150 expedientes).

La Concejalía de Urbanismo, que dirige la vicealcaldesa Sandra Gómez, ha asegurado que, si toda la documentación es correcta, la licencia de obras puede obtenerse en seis meses, aunque en este caso la demora obedece a que debían de modificar el proyecto porque no estaba bien presentado.

A finales de 2019, la fundación de Amancio Ortega firmó un convenio con la Generalitat valenciana por el cual donaba a la sanidad pública valenciana equipos de última generación por valor de 30 millones de euros. El resto, según fuentes municipales, están en funcionamiento.