La Generalitat encarga una auditoría ante las sospechas de que el virus de peste porcina escapara de un laboratorio público
Salvador Illa asegura que hay 13 infecciones confirmadas en jabalíes, sin afectación en ninguna granja
La Generalitat ha encargado una auditoría al Instituto de Investigación y Tecnología Agroalimentarias (IRTA, en sus siglas en catalán) para que analice si ha sido posible una fuga del virus de la peste porcina africana de una de sus instalaciones. En concreto, el informe se centrará en el propio laboratorio del Centro de Investigación en Sanidad Animal (CReSA) y en otro centro de la Universidad Autónoma de Barcelona que se encuentran en el epicentro del brote. También se auditará un laboratorio del Hospital Universitario Hermanos Trias y Pujol-Can Ruti de Badalona que estaba trabajando con el virus.
La decisión llega después de que este viernes el Ministerio de Agricultura comunicara que investiga al centro IRTA CReSA, dependiente de la Administración catalana, como posible origen de la infección. El president Salvador Illa ha anunciado que ha encargado al consejero de Agricultura, Òscar Ordeig —en calidad de presidente del IRTA— una auditoría de todas las instalaciones que han trabajado con ese patógeno, y una revisión de los protocolos activos. “El Govern no descarta ninguna opción, pero tampoco la confirma”, ha dicho.
Según Illa, son pocos los centros implicados en ese tipo de investigaciones en la zona de control. Pero la cautela es máxima: el jefe del Gobierno catalán no ha querido ni confirmar ni desmentir que el CReSA se encuentre detrás de la propagación del virus por el parque natural de Collserola. Illa ha dicho que espera tener esa auditoría “en el menor tiempo posible y con máximas garantías de solvencia y seguridad”. Se encargará a un grupo de trabajo formado por expertos y se pedirá la colaboración de la Comisión Europea y del Gobierno español. Mientras tanto, los cuerpos de los Mossos d’Esquadra y de la Guardia Civil trabajarán conjuntamente en el informe sobre el origen del foco de peste porcina africana.
“El Govern no pide responsabilidades al IRTA porque el Govern no descarta ninguna opción, pero tampoco confirma ninguna. Tenemos plena confianza en el IRTA, pero tenemos que ver qué ha pasado. Haremos una revisión exhaustiva en la zona donde se trabaja y sobre los protocolos que utiliza”, ha concluido Illa.
Se da la circunstancia de que la dirección del IRTA está presente en las reuniones de seguimiento que se efectúan diariamente en el Palau de la Generalitat. En el transcurso de estas reuniones, según constatan a EL PAÍS personas presentes en esos encuentros, los representantes del IRTA han manifestado haber actuado correctamente en todo momento y no ser los causantes de la fuga del virus. El Centro de Investigación en Sanidad Animal (CReSA) forma parte de la red de centros del IRTA, y es un laboratorio de referencia en la materia, ubicado dentro del campus de la Universidad Autónoma de Barcelona.
Experimentos con el virus
El IRTA-CReSA investiga con este virus, lo conoce bien. De hecho, fue este centro de investigación el primero que confirmó la presencia del patógeno en los dos jabalíes muertos a finales de noviembre, pues fue en sus dependencias donde se hicieron los primeros análisis virológicos que revelaron la enfermedad en los animales muertos. “Nuestro centro es una de las unidades europeas con más trayectoria científica en PPA, tanto en investigación básica como en investigación aplicada”, explicaba el propio centro en un comunicado.
Hace una semana, la institución reivindicaba su “experiencia internacional” en virología e inmunología de la PPA y su papel en el desarrollo y evaluación de vacunas, así como en la participación de estudios preclínicos relacionados con este virus. De hecho, hace poco más de un mes, un grupo de científicos de esta institución publicó los resultados de un experimento en el que se inoculó el virus a altas dosis a 20 cerdos. En concreto, explicaban, la investigación quería evaluar el impacto de la inoculación intranasal a dosis altas, moderadas y bajas “de la cepa altamente virulenta” Georgia 2007, para estudiar la dinámica de la infección en los animales.
Precisamente, en esa cepa, Georgia 2007, está la clave que ha motivado a Agricultura a empezar a investigar la hipótesis de la fuga de un laboratorio. Resulta que los virus circulantes en la actualidad en los países de la UE pertenecen a los grupos genéticos 2-28, mientras que el virus encontrado en España es, según el informe del laboratorio de referencia de la Unión Europea, el Centro de Investigación en Sanidad Animal (CISA-INIA), muy similar al grupo 1 que circuló en Georgia en 2007, una cepa con la que trabaja el IRTA-CRESA y que se usa con frecuencia a nivel experimental en instalaciones de confinamiento para realizar estudios del virus o para evaluar la eficacia de vacunas.
Según su página web, el IRSA-CRESA cuenta con laboratorios de nivel de bioseguridad 2 y 3. Esto es, unidades de investigación que cuentan con protocolos de seguridad y contención específicos para experimentar con patógenos de un riesgo moderado o potencialmente letal. El nivel más alto de bioseguridad es el 4, destinado para investigaciones con agentes biológicos peligrosos que pueden causar enfermedades letales y son difíciles de contener, como el ébola, por ejemplo.
En un estudio del propio centro sobre el riesgo de entrada de peste porcina africana en las granjas porcinas catalanas, los investigadores planteaban siete potenciales vías de entrada que había que monitorizar —desde la entrada de cerdos vivos de origen internacional, hasta la contaminación a partir de vehículos que transportan cerdos o el contacto con jabalíes—, pero en ningún momento se contemplaba como opción una fuga desde algún laboratorio que manipule este patógeno en contexto de investigación científica.
13 jabalíes infectados
En su intervención este sábado, el president Illa también ha confirmado que hay 13 casos confirmados de jabalíes infectados hasta el momento, sin que el virus haya alcanzado a ninguna de las granjas que hay dentro de la zona de seguridad de 20 kilómetros creada por la Generalitat para intentar frenar la extensión del brote.
Hasta este viernes solo le contabilizaban 39 granjas dentro del foco amplio de 20 kilómetros donde se ha detectado el virus. El jueves, la Comisión Europea amplió el perímetro teniendo en cuenta los términos municipales y afectando a 91 poblaciones. El Departamento de Agricultura aseguró que en un primer momento no afectaba a más granjas pero el viernes admitió que el radio afectaba a 16 nuevas explotaciones. En total, 55 granjas con 80.000 cerdos. El Govern de la Generalitat alcanzó un acuerdo con el sector para enviar a 40.000 de estos cerdos al matadero. El resto son cerdas de crianza. El intento es vaciar estas explotaciones, donde se han efectuado pruebas de diagnóstico a todo el ganado, que han dado negativo en peste porcina. Toda esa carne se destinará al consumo en España y Europa, no a exportaciones. “No hay ningún riesgo para el consumo humano”, ha reiterado Illa.
Asimismo, la Generalitat tiene intención de desplegar en los próximos días su programa de ayudas económicas al sector, que el president ha señalado que estará vinculado al mantenimiento del empleo.
Illa ha acudido al centro de mando avanzado de contención de la peste porcina ubicado en Santa Perpètua de la Mogoda en plena crisis. La pandemia animal ha obligado a desplegar a un millar de policías y efectivos de emergencias para blindar las zonas naturales donde se ha registrado el foco de la enfermedad y evitar que, en pleno puente festivo, nadie acceda a una extensión que abarca a 91 municipios.
El intendente de los Mossos d’Esquadra Francesc Parra ha destacado el “comportamiento ejemplar” de los ciudadanos y ha informado que no se ha impuesto ninguna multa por incumplir las normas de acceso. Con las medidas de contención se persigue evitar que el virus escampado por la zona de control pueda superar los límites del foco a través de las suelas del calzado, de ruedas de bicicleta y otros supuestos.
Hay implicados en el dispositivo mossos d’Esquadra (responsables de la coordinación), policías locales, bomberos y agentes de Protección Civil, que se han desplegado tanto en controles fijos como en guardias dinámicas que se extienden 20 kilómetros alrededor de la sierra de Collserola. Un primer cinturón de seguridad en los primeros seis kilómetros cuenta con medidas de vigilancia más intensas.
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