Condenado a 15 años de cárcel un hombre que intentó matar a su vecino, se atrincheró en una masía y disparó a los ‘mossos’: “Saldré en un ataúd”
La sentencia concluye que el acusado se obsesionó con sus nuevos vecinos cuando le cortaron el suministro eléctrico


La vida de Mustapha A. quedó a oscuras en enero de 2020. El hombre, que tenía entonces 53 años, vivía desde hacía mucho tiempo en una masía conocida como Les Lloberes de Baix, en Les Lloses (Girona), un pueblo tranquilo y alejado del mundanal ruido en el corazón de la Cataluña rural. Mustapha estaba en precario: vivía allí gracias a un contrato verbal y tenía electricidad porque su vecina de Les Lloberes de Dalt, a apenas 50 metros, le permitía conectarse al suministro eléctrico a cambio de que se encargara de algunas tareas de mantenimiento. Pero cuando una nueva pareja de vecinos se instaló en esa masía, le comunicaron que ya no iban a suministrarle más luz “por motivos de seguridad”.
La relación entre Mustapha y sus nuevos vecinos “empezó a degenerar progresivamente”, según la sentencia que, ahora, le ha condenado a 15 años de cárcel y a la que ha accedido EL PAÍS. A raíz del incidente con la luz, el hombre se obsesionó con la idea de que la pareja quería hacerle la vida imposible. Dijo que le habían denunciado a la Guardia Civil por su actividad con animales, que habían instalado cámaras de seguridad para espiarlo, que habían entrado en su casa sin permiso, que le habían robado enseres e incluso que habían envenenado el agua. Mustapha amenazó con matarles. Hasta que un día, la mañana del 14 de junio de 2023, estalló.
La víctima, Nil A., se dirigía al gallinero de su masía cuando apareció por sorpresa Mustapha armado con una escopeta de caza cargada de perdigones. Sin discutir ni dirigirle la palabra, el hombre le disparó hasta en 67 ocasiones: en la cara, la cabeza, el tórax, el abdomen, los hombros y el muslo. Nil, el vecino, pudo salir corriendo y refugiarse en Les Lloberes de Dalt. Se recuperó a las dos semanas, pero le ha quedado un severo estrés postraumático y daños estético por uno de los perdigonazos.
Alertados por la pareja, los Mossos se presentaron en Les Lloberes de Baix y hablaron con Mustapha, que también se había encerrado en casa. “¿He matado al vecino?“, preguntó el acusado. Los agentes le respondieron que no, pero que estaba grave. La respuesta no hacía augurar nada bueno: ”Pues a la mala puta de la mujer también la tenía que haber matado". Explicó, atropelladamente, que había atacado a Nil porque los vecinos le acosaban y le hacían la vida imposible. Los agentes trataron, en vano, de que depusiera su actitud y saliera de casa, pero no iban a lograrlo: “Yo sé muy bien lo que he hecho y saldré de aquí en un ataúd. Y si entráis también os dispararé”.
Los Mossos activaron a la unidad de secuestros (que intentó negociar con él, también en vano) y a los Grupos Especiales de Intervención (GEI), que finalmente entraron en la casa. Como había anunciado, Mustapha los recibió a tiros e hirió, de forma leve, a dos de ellos. Los policías abrieron fuego para reducirlo y el hombre fue trasladado, en estado grave, al hospital de la Vall d’Hebron.
Más de dos años después, la Audiencia de Girona ha condenado a Mustapha a 15 años de cárcel por el intento de asesinato de su vecino y por el ataque a los policías. La sentencia considera probado que el hombre tuvo intención de matar a Nil y le atribuye un delito de intento de asesinato, por el que le impone una pena de siete años y medio. Le aplica, sin embargo, una atenuante por alteración psíquica, debido a su personalidad y a la agitación en la que se encontraba en los últimos meses. Los magistrados le prohíben, además, acercarse a menos de 100 kilómetros de Nil durante 12 años.
Además del intento de asesinato, la sentencia considera a Mustapha culpable de dos delitos de atentado a agentes de la autoridad agravado por el uso de arma (siete años más de cárcel) y otro de tenencia ilícita de armas (seis meses).
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