Illa apuesta por el decrecimiento forestal en Cataluña en pleno debate sobre los incendios

El presidente catalán, Salvador Illa, ha querido reunir este viernes y sábado a sus consejeros y delegados territoriales en una jornada de trabajo, en Arnes (Tarragona), de cara a engrasar la máquina interna y preparar el nuevo curso político. Tras un verano marcado por fuertes incendios en el resto del Estado y la polémica competencial derivada por cómo se ha atendido la emergencia, el jefe del Govern ha querido también marcar perfil, abogando por un cambio de paradigma en la gestión forestal en Cataluña. Illa defiende apostar por el decrecimienton de las masas boscosas y ve necesario estimular la actividad económica en zonas boscosas. “En Cataluña hay demasiados bosques”, ha resumido.

“Los ciudadanos creen que hay pocos bosques en Cataluña. No. Es más, hay demasiados bosques en Cataluña”, ha defendido el president, tras recordar que casi dos terceras partes del territorio lo son. Illa, de alguna manera, confronta cierta visión citadina sobre la naturaleza, donde la apuesta por el decrecimiento se entiende casi como un arboricidio y se ignoran riesgos derivados, por ejemplo, de la acumulación de masa forestal.

La cifra de 65% de territorio cubierto de bosques dada por el jefe del Govern tiene matices. Illa se refería a lo que se denomina técnicamente como terreno forestal, que según el Idescat son 2,04 millones de hectáreas, frente a los 3,2 millones de hectáreas de extensión que tiene Cataluña. Dentro de esa categoría se cuentan los bosques, es decir, el terreno poblado por árboles (1,1 millones de hectáreas); las zonas cubiertas de maleza (maquias y matorrales, por ejemplo) que ascienden a 702.295 hectáreas y el resto engloba casos como los baldíos y prados (215.965 hectáreas).

Desde un sitio muy cercano al Parque Natural de Paüls, donde el pasado mes de junio un incendio arrasó con más de 3.000 hectáreas, el también líder de los socialistas catalanes explicó que una parte del nuevo enfoque pasa por dinamizar económicamente entornos boscosos. “Si hay actividad económica en el territorio, habrá gestión de la masa forestal, que deberemos complementar desde el sector público. Este cambio no será fácil, no será inmediato, pero debemos imponerlo”, ha explicado.

El Govern le quiere dar tanta importancia al tema que ocupará una sesión monográfica durante la mañana del sábado. Cataluña estuvo a salvo de episodios de fuegos agresivos como los que se han vivido en Galicia o en Extremadura, pero el president ha dejado claro que igualmente quiere ser parte activa del pacto de Estado sobre el cambio climático que el Ejecutivo de Pedro Sánchez quiere promover en respuesta a la crisis de los incendios y que el PP desdeña.

“Las competencias tienen zonas grises, pero tienen zonas muy claras. Como Govern, debemos dejar muy claro que nosotros queremos ejercer nuestras competencias, y que cuando tenemos una competencia claramente asignada a nosotros, la ejercemos con plenitud y con responsabilidad”, ha ahondado el líder catalán. Con su propuesta, Illa intenta escenificar no solo lealtad institucional sino que mientras que los Ejecutivos autonómicos del PP culpabilizan a Sánchez de la crisis, su Gobierno opta por la gestión efectiva de sus competencias.

Illa ha hecho un llamamiento a su equipo para que no se alejen de “la ponderación y la moderación” pese al ambiente de crispación política, que ha asegurado que le preocupa mucho. “Es una agresividad que no se aplica donde se debería aplicar, que es en la defensa de los principios, no en las formas”, ha explicado. Ante casi la totalidad de sus consejeros -se han ausentado por motivos de salud las titulares de Economía e Interior, Alícia Romero y Núria Parlon, respectivamente- Illa ha asegurado que es básico “reconocer que todos tenemos derechos pero también obligaciones”.

“De la misma manera que nosotros respetamos el poder judicial, el poder judicial tiene que respetar las decisiones del poder legislativo. Me gustaría que el curso político que iniciamos ahora vea la aplicación efectiva y completa de la Ley de Amnistía, una decisión tomada por quien le corresponde, que es el poder legislativo”, ha dicho el president.

El Tribunal Constitucional aún ha de responder los recursos de varios de los líderes del procés, como Carles Puigdemont u Oriol Junqueras, a los que el Supremo excluye de la medida. La previsión es que el Constitucional resuelva todo antes de fin de año y la pregunta es si eso no hará que el Alto Tribunal opte por agotar la vía de la justicia europea en la defensa de su criterio sobre el delito de malversación.

Ha llamado la atención que el jefe del Govern no haya hecho ninguna referencia ni a la financiación singular ni a a la negociación de los Presupuestos para el próximo año, tal vez la carpeta más espinosa sobre la mesa. En cambio, si ha apelado a sus consejeros y delegados territoriales -con ellos habrá una sesión especial este sábado- a que no se baje el ritmo de ejecución de las actuales cuestas en los cuatro meses que quedan de año. Estar muy pendientes de bajar al detalle de la gestión, ha agregado Illa, deviene clave en el momento de alta polarización política. “A algunos les interesa transmitir idea de impotencia de las administraciones para gestionar bien y ayudar a que así se genere una sensación de descredito de las instituciones”, ha lamentado.