Claves del éxito del Reus Deportiu: presupuesto ajustado, instalaciones, cantera y un equipo muy familiar
La ciudad está volcada con el histórico club de hockey patines, campeón de la Copa y ahora en cuartos de la Champions


Uno a uno, van apareciendo jóvenes con trolleys y sticks en las manos, desfile a las 15.00 de la tarde hacia el interior de las instalaciones del Reus Deportiu, donde se ha cocido a fuego lento una generación de jóvenes capaces de conquistar la Copa del Rey -tras 19 años sin saborearla- y batir (y de paso eliminar) al Barça en la Champions, ahora en cuartos ante el totémico Benfica con el duelo de ida el 27 de marzo. No pueden competir en presupuesto, pero sí en trabajo e ilusión sobre los patines, también en historia.

Club con heráldica. Fundado en 1909, el hockey siempre estuvo presente en la entidad, aunque tuvo su época dorada con el Reus de las Seis Copas de Joan Sabater. “Es el mejor equipo en la historia del deporte y eso identificó y enganchó mucho a la ciudad con el hockey. Ir a ver los partidos se convirtió en algo cultural y ahora lo estamos recuperando”, se enorgullece el técnico Jordi García. “De 1967 a 1972, el Reus logró seis Copas de Europa y eso influyó muchísimo en la sociedad, al punto que desde entonces aquí el hockey es el deporte rey”, resuelve Mònica Balsells, presidenta del Reus desde 2011, baluarte también para mantener la apuesta por el stick porque varios grupos solicitaban que se extinguiera el deporte, el único deficitario en la entidad en lo económico, que no en lo sentimental y social; “antes de la pandemia éramos 6.300 socios, después bajamos a 3.800 y ahora volvemos a estar en 5.300″.
El hockey es la seña de identidad de Reus. “Siempre fue el deporte para todos, uno que se transmite de padres a hijos. Y ver que es el único que está en la categoría más alta de la ciudad, impulsa a los niños a querer practicarlo”, se suma Ramon Margalef, gerente de la entidad. “Mi abuelo jugaba, mi padre y mi tío también… Es lo que he vivido siempre. Aquí el hockey le gana al fútbol”, agrega Joan Salvat, capitán del equipo.

Un presupuesto resultón. Hace dos años, el Consejo Superior de Deportes realizó una subvención para arreglar la pista donde juega el equipo. “Fue muy importante”, concede Balsells; “pero no tenemos muchas ayudas. El Ayuntamiento y la Diputación aportan poco porque dicen que las subvenciones son para el deporte base. Así que vivimos de los patrocinadores y de los abonados”. Sucede, en cualquier caso, que el presupuesto del club es de cuatro millones y medio millón se destina para el hockey patines -cuenta con 20 equipos entre todas las categorías-, lejos de los números de los grandes equipos portugueses o el Barça, que en algunos casos llegan a quintuplicarlo. No ocurre lo mismo con las instalaciones, toda vez que el Reus tiene 11 secciones dispone de seis piscinas, dos jacuzzis, dos saunas, dos baños de vapor, un gimnasio de 400 m2, tres salas para actividades, otra de ciclismo, pabellón de baloncesto, cinco pistas de tenis y cuatro de pádel… “Son instalaciones tops. Somos unos privilegiados como también a nivel de estructura del cuerpo técnico porque tenemos una persona que nos limpia la ropa, un utilero, dos fisios, un segundo entrenador, un preparador físico, un entrenador de porteros…”, enumera García.
“Tenemos un club que es la envidia por las instalaciones”, agrega Margalef, que amplía: “un jugador del Reus puede vivir de esto. Les damos las condiciones para que, mientras estén en el club, puedan dedicarse solo al hockey”. Diferencia, claro, a los jóvenes -muchos todavía estudian- de los veteranos. “Aunque no podemos fichar a los jugadores del Benfica o del Barça, sí de muchos otros equipos porque por presupuesto estamos en el segundo escalón, compitiendo con el Liceo y por debajo del Barça”, apostilla. Otra cosa es que quieran ficharlos, que no es el caso.

La cantera al poder. Este año el Reus ha virado de modelo, ya que en el curso anterior tenían una gran plantilla con jugadores más veteranos y reconocidos, y se dispararon las expectativas, varapalo porque al final no se consiguió nada. “Queremos una fórmula como el Dream Team de Cruyff, que tenía a tres extranjeros que marcaban la diferencia y el resto de la casa. La cantera es lo primordial en Reus”, esgrime García. “Tenemos jugadores con un nivel altísimo y no hace falta ir a fichar a todo el equipo de fuera. Nuestra primera opción siempre es mirar hacia abajo y ver qué tenemos”, remarca Margalef. “Y con este camino, hemos ganado la Copa 19 años después. Estamos en un momento muy dulce”, ensalza Balsells. Aunque no es raro que tengan una continua fuga de talento. “Es ley de vida. Solo podemos hacer una buena planificación, ofrecer contratos de más de un año con cláusulas de rescisión y aceptar si vienen de fuera y las pagan”, conviene Margalef. “Es algo que nos ha pasado toda la vida. Aquí los jugadores crecen bien, somos un paso intermedio. Desde que estoy, nos hemos tenido que reinventar todos los años”, desliza García, el arquitecto del equipo.
Equipo de laboratorio y familiar. No es raro que los jugadores se vean para comer o cenar, para el vermut o para pasar la tarde juntos. “Hemos hecho un equipo que es más de Reus que nunca. El vestuario es una familia”, concibe Balsells. Salvat explica la mezcla del camerino; “el secreto de este equipo es que nadie se cree mejor que otro porque somos muy humildes, sabemos nuestro rol dentro del equipo. Y aunque los jóvenes crecen un poco distinto por las redes sociales, no son menos trabajadores. Además, cuando te pones serio, dan un paso atrás y te respetan”. Juventud que, en un principio, chocó al míster. “Descubrí que alguno era incapaz de mirarme a la cara, de mantener una conversación. Pero si a las nueve de la noche les hablaba por WhatsApp, todo era más fácil”. Cosa que también consigue porque lleva ocho años en el club con su método: “Cuando les hablo, entienden mi idioma”. Uno que García define: “Somos un equipo muy vertical al que le gusta atacar. Muy táctico, veloz, con calidad y con la estructura definida, trabajados táctica y defensivamente. Eso los ha llevado a la Copa y medirse con el Benfica en cuartos de la Champions.

Una eliminatoria para soñar. No hay rival más fuerte que el Benfica, que defiende el laurel de campeón de Europa. “En 100 minutos puede pasar cualquier cosa. No somos los favoritos, pero le vamos a poner las cosas muy difíciles”, sugiere Margalef. “Si lo pienso fríamente, no podemos ganar. Pero la gente aquí está muy entregada y en nuestra casa podemos hacer un gran partido”, resuelve Balsells. “Ya les he dicho que en casa, no sé si ganar, perder o empatar, pero debemos ser lo que somos. Así se decidirá la eliminatoria en Portugal”, indica García. “Con humildad, trabajo y nuestra gente, podemos soñar con ganar”, reflexiona Salvat. Él será el que dé el visto bueno a escuchar La Morocha antes del partido como habitúan, el que gritará “¡Un, dos, tres, Sang del Prim!, en honor al General Prim -”desde pequeños siempre nos han dicho que aquí en Reus, los que son de sangre caliente es que tienen sangre de Prim”, explica-, y el que capitaneará al Reus, el equipo que define a la ciudad.
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