Seis años de cárcel por violar y amenazar con deportar a una mujer migrante
Tras la agresión en El Prat de Llobregat, el acusado le dijo que no contara nada a nadie porque no la creerían, dada su condición de irregular

La Audiencia de Barcelona ha condenado a seis años de cárcel a un hombre por violar en 2021 en El Prat de Llobregat (Barcelona) a una mujer sin papeles, con la que contactó con el pretexto de que cuidara a su madre y a la que luego amenazó con hacer que la deportaran si contaba lo ocurrido. La sección segunda ha condenado al procesado a cinco años por el delito de agresión sexual, a otro más por trato degradante y a 270 euros de multa por un tercero leve de amenazas, así como a indemnizar a la víctima con 6.000 euros, según la sentencia publicada este miércoles.
El hombre ha recibido una pena inferior a las peticiones iniciales de la Fiscalía y la acusación particular, representada por la abogada Carolina Gallego -que se hizo cargo de ella con un precio más económico del habitual después de que le fuera denegado a la víctima el derecho a la justicia gratuita-, de 12 años de cárcel. La abogada ha explicado que el condenado tiene al menos otra causa abierta por hechos similares contra otra mujer de perfil parecido al de su representada.
La sentencia da por probado que E. D. G., mediante un número oculto y cambiándose el nombre por el de Javier, contactó en abril de 2021 con la víctima, a la que vio en la página web Mil anuncios, donde ofrecía sus servicios como cuidadora de ancianos, de niños y de limpieza. El escrito, que puede ser recurrido en apelación ante el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC), sostiene que el acusado, que en todo momento quiso dar imagen de ser un hombre solvente, la contrató con el pretexto de que cuidara a su madre. En un momento dado, el acusado citó a la víctima para una entrevista el 7 de abril de 2021 en una parada de la línea 9 del metro de L’Hospitalet de Llobregat (Barcelona), donde la mujer se presentó, y desde donde la llevó en coche hasta El Prat. Cuando llegaron, el acusado recogió una nota que supuestamente había escrito su hermana, donde decía que la madre de ambos estaba en el médico, y cuando la mujer sin papeles se disponía a marcharse la empujó y la forzó a entrar en el piso.
Una vez en el interior del domicilio, en un momento donde el acusado se fue a hablar por teléfono, ella envió la ubicación del piso a su pareja a través del móvil, dispositivo del que el hombre se apoderó para impedirle que se lo llevara al baño. La sala destaca que la mujer se acercó a la ventana del comedor para ver si podía pedir ayudar, cuando el procesado “la cogió del cabello y la tiró contra el sofá y, con ánimo de satisfacer sus deseos sexuales, se sentó encima de ella”, la desnudó y comenzó a violarla.
El condenado profirió contra ella mensajes degradantes de forma constante, en los que vinculaba su origen latinoamericano con la prostitución, mostraba su repulsa por el cuerpo de la víctima, la golpeaba e incluso la escupía, tras la violación. Tras la agresión, el acusado le dijo que no contara nada a nadie porque no la creerían, dada su condición de irregular y, mientras la llevaba de vuelta a la parada de metro de L’Hospitalet donde la recogió, le reiteró “durante todo el trayecto que haría que la deportasen si explicaba lo ocurrido”.
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