El Ayuntamiento de Barcelona confía en sus impuestos y el fondo de contingencia para salvar el año 2025 sin presupuestos

Barcelona afronta un ejercicio en el que el Ayuntamiento deberá funcionar con los presupuestos del año pasado prorrogados. Para ello necesitará 178 millones de euros, la diferencia entre el proyecto de cuentas previsto para 2025 y el que se prorrogará de 2024. Un dinero que el gobierno de Jaume Collboni confía que recibirá a lo largo de este año por los incrementos de impuestos municipales o aportaciones de la Generalitat o el Estado. El teniente de alcalde de Economía, Jordi Valls, ha señalado este viernes que “el escenario óptimo es tener presupuestos cada año”, pero ha asegurado que se realizarán las inversiones previstas, tranvía incluido. Dicho esto, ha recordado que los técnicos municipales tienen amplia experiencia en funcionar con presupuestos prorrogados: ha ocurrido ocho veces en los últimos 15 años.

Valls ha explicado que los 178 millones saldrán de recaudar más impuestos (porque las ordenanzas prevén incrementos al sector turístico, al menos 60 millones), eventuales subidas de las aportaciones del Estado o la Generalitat, de la tesorería (donde hay 700 millones) o del fondo de contingencia (que en 2024 ascendía a 90 millones). Para materializar los cambios de partidas, el consistorio tiene dos fórmulas. O bien aprobarlos en la comisión de Gobierno si son solo cambios de partidas. O llevarlos a votación si hay que incorporar ingresos no previstos o tirar de la caja. Si el Gobierno municipal necesita aval político, Valls ha apelado a la responsabilidad del resto de grupos políticos. En cualquier caso ha destacado: “No prevemos parar ninguna obra”.

No estamos tan mal, es el mensaje que Valls ha querido lanzar este viernes, porque hay de dónde tirar y porque hay experiencia en prorrogar presupuestos: “El escenario no es nuevo”. Los 178 millones aparecerán, pero habrá que incorporarlos a medida que lleguen. La cifra de 178 es la suma de lo que incrementará el gasto corriente (95 millones de euros) más las inversiones (83 millones).

El responsable de Economía ha citado el fondo de contingencia de 90 millones de euros que figuraba en las cuentas de 2024, “una ventaja que nos dará flexibilidad para afrontar imprevistos”. Y para materializar los cambios de partidas se recurrirá a las modificaciones de crédito. Valls ha citado dos años recientes en los que se recurrió a esta fórmula, con importes notablemente mayores a los que ahora afronta la Casa Gran de la ciudad: fue en 2013 (223 millones de euros) y en 2016 (372 millones). El teniente ha celebrado, además, que a diferencia del Parlament o el Congreso, el Ayuntamiento puede aprobar cambios en la comisión de Gobierno. Pese a que el Ayuntamiento de Barcelona mantienen la deuda en menos del 30% de sus ingresos, la opción de recurrir a crédito no está contemplada porque actualmente la legislación no lo permite, ha añadido Valls.

En el caso del tranvía, uno de los proyectos estrella de las cuentas de 2025 que no verán la luz, Valls ha explicado que la fórmula para salvar la licitación del tramo entre Verdaguer y Francesc Macià y el inicio de las obras hasta paseo de Gràcia consiste en llevar al pleno una modificación de crédito para reasignar fondos al proyecto. El proyecto de cuentas para este año contemplaba 10 millones, que ahora necesitarán aval político (a priori no será difícil, con ERC y los comunes, que criticar culminar la unión por la Diagonal en dos fases)