La Diada con menos participación de la última década: de los 1,8 millones de 2014 a los 60.000 de 2024, según la Guardia Urbana
La disgregación de la protesta convocada por Ómnium y ANC en cinco ciudades reduce la cifra de participantes en Barcelona
La celebración de la Diada ha sumado este año 60.000 participantes en Barcelona, que suele capitalizar la protesta. La cifra oficial es la más baja de la última década, con su punto álgido en 2014, cuando la policía local determinó que se habían manifestado 1,8 millones de personas. En esta ocasión, la convocatoria de Òmnium y ANC ha disgregado las protestas en cinco ciudades, lo que ha reducido el número de concentrados en la capital catalana. Bajo el lema vivienda digna, independencia, los convocantes han pedido unión a los partidos independentistas. La convocatoria se ha celebrado en un clima de división entre Junts y ERC, y críticas a los republicanos por su apoyo al PSC.
Por la mañana, la tradicional ofrenda al monumento de Rafael Casanova, líder de la resistencia de la Barcelona al asedio borbónico durante la Guerra de Sucesión, suele ser un buen termómetro de cómo será el día de la Diada en términos de movilización ciudadana. Y si este año no se equivoca, muy posiblemente el adjetivo más benévolo para describirla será discreta. Un centenar de personas se ha acercado la mañana de este miércoles para ver el desfile de partidos e instituciones, en una de las asistencias más bajas en muchos años. Pocas banderas estelades y senyeras, así como también algún grito contra la delegación de Esquerra. Y la del Espanyol.
El cambio de rasante político ha quedado retratado en el acento de los discursos en la ofrenda. El del Govern, en manos del PSC tras un paréntesis de 14 años, ha puesto el énfasis en avanzar “a través del diálogo entre diferentes”. La portavoz Sílvia Paneque ha asegurado que Cataluña es “un lugar de esperanza, futuro y oportunidades”, donde “cada uno desde sus ideas, proyectos y aspiraciones” ha de trabajar para no dejar escapar “ninguna oportunidad” de progreso”. Ninguna mención, por ejemplo, a la aplicación de la ley de amnistía o de la implementación del sistema de financiación singular, como tampoco lo hizo ayer en su discurso institucional el presidente de la Generalitat, Salvador Illa.
En otros tiempos, la delegación del PSC también era objeto de muestras de rechazo por parte de los asistentes a la ofrenda, usualmente más próximos a las tesis independentistas más unilaterales. Esta vez, silencio. La número dos de los socialistas, Lluïsa Moret, ha asegurado en su discurso que el Govern de Illa “quiere centrar su acción política desde la perspectiva de ser constructivo, propositivo, positivo y activo, tomando decisiones que hagan avanzar a Cataluña y que generen un país con futuro y oportunidades”.
El resto de formaciones sí incluyeron en sus discursos referencias a la amnistía y a la financiación singular. También lo han hecho los secretarios generales de CC OO de Cataluña y de UGT, Javier Pacheco y Camil Ros, respectivamente. La líder de los comunes, Jéssica Albiach, ha reivindicado una “Cataluña solidaria y de acogida, que es garantía de derechos y libertades”, frente a discursos que buscan “atizar el odio”. Y ahí también ha incluido una referencia a la necesidad de mejorar la financiación. “Que la Generalitat tenga lo que le toca no es una amenaza para nadie, sino una oportunidad para el resto”, ha añadido.
Los independentistas han tenido de nuevo su duelo personal. ERC, junto al Espanyol, se ha llevado algunos gritos de un puñado de asistentes que vestían barretina -el tradicional sombrero catalán- y llevaban alguna bandera. Ni Oriol Junqueras ni la secretaria general del partido, Marta Rovira, participaron en la ofrenda. Después de vociferar expresiones como “traidores” o “españoles”, desaparecieron de las calles ya de por sí muy vacías. El secretario de la Mesa del Parlament, el republicano Juli Fernández, ha defendido en su intervención que “las instituciones son una pieza clave para la independencia” y ha reivindicado que su formación use la fuerza en cualquier espacio de poder político. “Nos sentimos herederos de esas personas que hace tres siglos luchaban por sus derechos y libertades”, ha remachado.
Junts per Catalunya, por su parte, ha cargado contra ese mismo pacto con los socialistas que el republicano había defendido con la boca pequeña. “La solución a los problemas de Cataluña no vendrá por el PSC o por el PSOE, vendrá por la independencia”, ha asegurado Laura Borràs, presidenta de la formación. Y ha cargado contra el discurso del presidente Salvador Illa, en el que enarboló a Cataluña como tierra de acogida aunque no mencionó ni la amnistía ni la financiación autonómica “Es elocuente más por lo que no dice que por lo que dice”, ha asegurado.
Los actos de la Diada seguirán, esta tarde, con las cinco manifestaciones organizadas por la ANC y Òmnium Cultural en cinco ciudades catalanas. La de Barcelona comenzará a las 4 de la tarde y su recorrido, de poco más de un kilómetro, será entre la Estación de Francia y el Arco del Triunfo.
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