La niña ‘castellera’ accidentada en Vilafranca del Penedès evoluciona favorablemente tras ser operada

La niña de la Colla Vella Xiquets de Valls accidentada el viernes durante la Diada castellera de Sant Fèlix de Vilafranca del Penedès (Barcelona) evoluciona favorablemente tras ser operada de urgencia en el hospital Sant Joan de Déu de Barcelona, según han comunicado este sábado la familia y la colla castellera. La menor sufrió un traumatismo craneoencefálico grave con una rotura craneal y fractura orbitaria.

Tras la intervención de urgencia, las primeras previsiones fueron “optimistas”, aunque el equipo médico recomendó dejar pasar un tiempo prudencial para ver la evolución de la niña. Los sanitarios han despertado este sábado a la menor, que está consciente y ha podido hablar con la familia. “Se encuentra estable y se espera que su evolución sea favorable”, resume Sant Joan de Déu en otra comunicación.

La menor cayó sobre las 13:30 horas al desmoronarse el 4 de 9 sense folre que había levantado la Colla Vella Xiquets de Valls, una de las cuatro agrupaciones participantes en esta jornada, junto con Castellers de Vilafranca, Joves Xiquets de Valls y Jove Xiquets de Tarragona. El SEM movilizó hasta el lugar dos unidades terrestres y un helicóptero medicalizado en el que evacuó a la menor. “Aprovechamos para agradecer a los servicios sanitarios la impecable atención en todo momento. La familia y la Colla Vella queremos agradecer todas las muestras de apoyo que hemos ido recibiendo”, remarca la agrupación.

Joan Ibarra, miembro de la junta de la Colla, insiste en remarcar que a pesar de la vistosidad de las imágenes, los castells son “extremadamente seguros”. “Los accidentes son muy pequeños en número y en gravedad”, subraya para EL PAÍS. Según sus datos, en Cataluña se levantan anualmente unos 11.000 castells, de los que caen un 3%. “Es mucho más seguro [en cuestión de lesiones] un castell que el futbol, o el hockey; pero lo aparatoso de una caída tiene más repercusión mediática, más en un escenario como la Diada de Sant Felix”, expresa.

Los cascos son obligatorios para los niños desde hace 16 años, y la propia estructura de los castells, insiste Ibarra, magnifican la seguridad. “La piña [la estructura base formada por muchas miembros de la colla] es el elemento de protección número uno. Es el colchón que absorbe la energía del impacto”, explica. Para garantizar una buena absorción, los miembros que componen la piña levantan los brazos y cogen los del compañero de delante para cubrir su cabeza y a los compañeros de una posible caída. “Fíjate que en una piña no se lleva casco porque ya te estás protegiendo y para evitar que el impacto contra una estructura dura sea mucho más dañino”, ilustra.

Según Ibarra, la peor caída es la que un miembro del castell cae lateralmente al vacío y “descolgado”. “No fue el caso del viernes”, recuerda. Este tipo de caídas, menos habituales, pueden ser más dolorosas porque el impacto llega a más velocidad. Cuando un castell se deshace, en cambio, los miembros de la estructura chocan contra otros compañeros antes de llegar a la piña. “Eso es lo habitual y casi nunca existen lesiones. Lo del viernes fue excepcional”, cierra Iborra.

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