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Los ‘castellers’ se ponen collarín

Las ‘Colles’ ultiman un prototipo de protector cervical para evitar lesiones La preocupación por la seguridad crece tras dos accidentes en dos días

Jordi Quixano
Momento de la caída del ‘castell’ de Vila de Gràcia.
Momento de la caída del ‘castell’ de Vila de Gràcia.Carlos Torres

Desde hace dos meses se suceden los experimentos y se reformulan los estudios en los laboratorios del centro tecnológico de la empresa Leitat. Se prueba con tejidos inteligentes, se busca una fibra textil especial… “Queremos un protector cervical que reduzca las lesiones graves”, señala Daniel Castillo, director científico y médico de la Coordinadora de Colles Castelleras. Una medida que no hubiera evitado el batacazo de esta semana en las fiestas de Gràcia del cinc de vuit (cinco de ocho) de la colla de la Vila de Gràcia, pero quizá sí las consecuencias, toda vez que uno de sus miembros, un hombre de 40 años, está ingresado en hospital por una lesión medular y no se sabe si podrá volver a caminar. “Ni se sabrá hasta dentro de un mes”, explican en su entorno. “Pero los castillos se caen y ese es parte de su atractivo. El objetivo es anular en lo posible las lesiones graves, que son las craneoencefálicas y las medulares”, subraya Castillo. “Los castellers se hacen daño como en todos los deportes”, abundan desde la colla Xiquets del Serrallo, que también sufrió una caída esta semana y que se llevó un susto de arrea porque la hija del presidente, de cinco años, tuvo que ser ingresada en observación durante 48 horas. Y añaden: “Si la niña quiere volver, volverá”. Interviene el presidente de la Coordinadora, Alfons González: “El riesgo cero no existe en ninguna actividad física. Pero estos dos accidentes seguidos son casualidad”.

En 1996 el porcentaje de caídas se situó en el 7,19%; en 2000, el en 5,30% y en 2007 se quedó en el 3,08%, récord histórico y próximo al año pasado. “Hay que destacar que la reducción convive con un fuerte crecimiento de la actividad”, remarca González. Resulta que se ha dado un boom de collas. Ya hay 65 asociadas y otras 12 en formación. Guarismos que se traducen: en 2008 se alzaron 5.605 castillos y el año anterior se contabilizaron 9.357.

Dos muertes en 20 años

“En los 200 años de historia de los castells se han documentado cuatro muertes; dos en los últimos 20”, reivindica el presidente de la Cooperativa. Lo que no se rebate es que sí se producen lesiones de gravedad. “Por eso hacemos especial incidencia en la prevención activa y pasiva”, apunta Castillo; “la primera es todo lo relacionado con la formación; la segunda, son los elementos externos que se incorporan al casteller”.

El costalazo de un castell de nueve pisos (unos 10 metros de altura) puede ser tremendo. “Pero los riesgos de lesión son más altos en los quarts y quints”, indica el Manual de supervivencia del casteller, de Jaume Rosset i Llobet, exdirector del área científica de la Coordinadora. También explica que en los niños (anxaneta y acotxador) las lesiones más frecuentes se producen en la cabeza (25,5%) [cifra similar a los adultos con las lesiones cervicales]. “Por eso es obligatorio que lleven el casco”, recuerdan desde la Coordinadora. La medida se empezó a instaurar en 2004, pero que se precipitó dos años después por el fallecimiento de una niña de los Capgrossos de Mataró. Además del casco, la única obligación a las collas es que las actuaciones tengan una ambulancia y un dispositivo de traslado urgente.

Las collas buscan un collarín que no reste movilidad y se active con el golpe

Otras medidas, aunque de carácter recomendatorio, son la instalación de los suelos de caucho reciclado —similar a los que se utilizan en los parques infantiles— con un grosor de seis centímetros y una red en los locales de ensayos. “Esto corre por cuenta propia, por lo que no todos nos lo podemos permitir”, explican con resignación desde el gremio. Como los Nens del Vendrell, que acaban de comprar una nueva red por 5.000 euros. El suelo absorbente cuesta aproximadamente 1.000 euros. Y queda por ver, sin embargo, si será obligatorio el protector cervical.

En 1996 ya se probaron unos protectores que eran una especie de collarines. “Daban buen resultado a nivel de protección, pero no eran nada funcionales ergonómicamente. Ahora, con la nueva tecnología, esperamos encontrar algún dispositivo que permita la movilidad completa, que no exista un impacto visual y que en el momento del impacto se solidifique y quede inmóvil para proteger los movimientos bruscos de la columna vertical”, desvela Castillo; “suponemos que será un collarín o un cuello alzado, pero depende de la empresa Leitat”. González se suma al debate: “Esperamos tener el primer prototipo en seis meses y el acuerdo es que en un año, allá por junio, esté el definitivo”. A lo que Castillo amplía: “Confío en que en la próxima jornada de prevención de lesiones, en Barcelona y en mayo de 2014, podamos presentar algo”.

No son extrañas estas jornadas, que se repiten desde hace 11 años. En el último curso, en Molins de Rei, acudieron 350 participantes y se informó sobre primeros auxilios, prevención de lesiones musculares y momentos de ansiedad, métodos fisioterapeutas, detección de trastornos alimentarios… También se recordó la conveniencia de tener un equipo propio sanitario y entrenar dos días a la semana durante nueve meses al año. “Pero no estudiamos la posibilidad de crear una escuela con profesores de castells, sino que se aprende a través de la práctica y la colaboración y solidaridad entre peñas”, esgrimen desde la Cooperativa. Sí que se estudia, además del proyecto del protector cervical, el dimensionamiento de las piñas para reforzar el tronco de los castellers y para que, en caso de caída, ser un colchón. Toda una ciencia contra los batacazos.

El precio del protector estará entre 75 y 100 euros

El presupuesto anual de la Coordinadora de Collas de Catalunya supera de poco el medio millón y 450.000 euros se invierten en seguridad. Un 60% corresponde a los seguros de los castellers, y lo demás, entre otras muchas partidas, es para la adquisición de stock de cascos, para el asesoramiento en temas de seguridad, organización de cursos y prevención o dirección de proyectos en materia de seguridad. El resto del presupuesto se destina al mantenimiento, gasto de personal (hay tres personas asalariadas, además de Castillo), página web y local. "Por eso buscamos más patrocinadores, alguien que nos pueda ayudar con la subvención del proyecto del protector cervical", señalan desde la Coordinadora. No alcanza con las ayudas de la Generalitat y el patrocinio de Damm (algo menos de 200.000 euros anuales), que dura hasta 2016.

El proyecto cervical tiene un coste de 72.500 euros y una duración prevista de un año. A continuación, se iniciará una fase de ensayo en laboratorio y en entornos reales, para finalizar con la producción e implantación de las protecciones. “Estas fases de ensayo y producción no han sido presupuestadas, aunque para la fase de fabricación estamos trabajando con la hipótesis de protecciones reutilizables de entre 75 a 100 euros por unidad”, desvelan desde la Coordinadora. Lo que cuestan los cascos.

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