Josep Lluís Trapero, a los ‘mossos’: “Hay mucho margen de mejora”

El nuevo director general de los Mossos d’Esquadra, Josep Lluís Trapero, ha asegurado que le ha costado “dejar el uniforme policial” para asumir el cargo de director general de la policía, tras el nombramiento del Govern de Salvador Illa. “Sé que entendéis perfectamente que no ha sido fácil tomar esta decisión, por lo que implica dejar el uniforme policial y ejercicio de una profesión que, como a todos vosotros, me apasiona y que solo se entiende desde la vocación de servicio”, ha afirmado en una carta dirigida a los agentes del cuerpo. En la misiva afirma que en el cuerpo se han conseguido “metas importantes” pero que todavía hay “mucho margen de mejora”.

Trapero asegura que el nuevo cargo (político y no policial) implica nuevas responsabilidades que afronta con “energía renovada y muchas ganas” y explica sus motivos para dar el salto al ejecutivo. “La razón no es otra que la convicción de que es el lugar en el que hoy puedo ser más útil a la organización policial y al conjunto de la ciudadanía”. Su principal misión será ayudar a definir e implementar mejoras en las políticas de seguridad de Interior.

Mientras Trapero se despide de los agentes, los cambios se suceden en la estructura de los Mossos. Eduard Sallent, el comisario que hasta la llegada de Trapero como director general de la policía fue máximo responsable operativo de los Mossos d’Esquadra, ya conoce su destino. Tras ser destituido como jefe policial, Sallent pasará a encargarse de una de las regiones en las que la policía autonómica divide el mapa de Cataluña: la metropolitana sur. Hasta ahora estaba al frente de esa región el hombre que ha sido designado como nuevo jefe policial, Miquel Esquius, un mando sin demasiados enemigos pero de perfil bajo. La que fue número dos de Sallent en la cúpula, Rosa Bosch, ocupará el puesto que Trapero ha ostentado en los últimos dos años, muy alejado de cuestiones operativas: asume el mando de la comisaría general de inspección y evaluación.

La consejera de Interior, Núria Parlon, confirmó el lunes lo que el president Salvador Illa había anunciado en campaña electoral: nombró al major Trapero director general de la policía, un cargo político que le ha hecho sustituir el uniforme por el traje y desde el que diseñará las políticas públicas del departamento, centradas en reducir el número de delitos. El regreso de Trapero a la primera fila de la seguridad pública era incompatible con la continuidad de Sallent al frente de los Mossos, con el que mantiene un agrio enfrentamiento desde hace años, entre otras cosas, porque sus enfoques profesionales son distintos.

Parlon no solo anunció el nombramiento de Trapero, sino también los cambios en la cúpula policial tras una etapa que considera “agotada”. Sallent y Bosch fueron destituidos y sustituidos, respectivamente, por Esquius y por la comisaria Alícia Moriana, la nueva número dos del cuerpo. El objetivo de Interior es dotar de estabilidad al cuerpo después de las sucesivas crisis por el procés y tras el más reciente escándalo por el operativo fallido para detener al expresident Carles Puigdemont. El 8 de agosto, Puigdemont regresó a Barcelona con la supuesta intención de asistir al pleno de investidura de Illa en el Parlament; en lugar de eso, dio un breve mitin ante miles de personas y después escapó en un coche sin que los más de 600 agentes desplegados ese día pudieran detenerle.

Puedes seguir a EL PAÍS Catalunya en Facebook y X, o apuntarte aquí para recibir nuestra newsletter semanal