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El público del Liceo vive una noche de pasión y ritos paganos con ‘Sacre’ de la coreógrafa alemana Sasha Waltz

La danza contemporánea se entronca con el gesto salvaje, arcaico y lascivo de la creadora berlinesa

Un instante de 'Sacre', una producción con dirección y coreografía de Sasha Waltz que estará del 6 al 10 de julio en el Liceu catalán.
Bernd-Uhlig

Intensa, hermosa y magníficamente interpretada resultó Sacre, una mirada de la creadora berlinesa, Sasha Waltz, sobre el icónico ballet de Stravinsky, La consagración de la primavera. La noche del sábado el público del Liceo de Barcelona vivió una velada mágica, intensa y de buen baile. Completaban el programa: Prélude à l’aprés-midi d’un faune con música de Claude Debusssy y Scène d’un d’amour, con música de Hector Berlioz, ambas también de Waltz. La función tuvo otro magnifico ingrediente: la Orquestra Simfònica del Gran Teatre del Liceo, bajo la acertada batuta de Josep Pons. Este espectáculo se podrá ver hasta el próximo 10 de julio.

Igor Stravinski creó la consagración de la primavera para los ballets Rusos de Diaghilev y se estrenó en 1913 en el Théâtre des Champs-Éysées de París con coreografía de Vaslav Nijinski, escandalizando al público de la época. Numerosos coreógrafos han sentido la tentación de crear una obra sobre esta pieza: Massine, Graham y Béjart, por citar a tres. Ahora llega al Liceo la versión de la coreógrafa alemana, que interpreta su compañía, desde 1993, Sasha Waltz & Guest, y que ofrece la creación que la autora ideó por encargo del Teatro Mariinsky de San Petersburgo, en coproducción con La Monnaie de Bruselas en 2013. El resultado es una pieza, interpretada por 28 espléndidos bailarines, que realizan un trabajo coral impresionante, que dejó hipnotizado al espectador. La danza contemporánea se entronca con el gesto salvaje, arcaico y lascivo. El diálogo cuerpo a cuerpo es combativo. Elementos que transportan al espectador a conectar a la humanidad con sus orígenes. El sacrificio humano como un bien para la comunidad. Soberbia la bailarina coreana, Hwanhee Hwang, en el papel de la elegida. Al final de la pieza, el público aplaudió calurosamente puesto en pie.

A la salida del Teatro sectores del público comentaban, que lo mejor que se ha visto en Barcelona hasta la fecha de Sasha Waltz es su inolvidable Dido & Aeneas, que se bailó en el Teatre Nacional de Catalunya (TNC) en 2008.

Un fauno tatuado

La función había comenzado con un interesante trabajo de Waltz sobre Prélude à l’après-midi d’un faune de Debussy, el ballet ofendió al público en 1912 cuando se estrenó en París en la temporada a de los Ballet Rusos de Diáguilev. La razón es que su intérprete y creador, Nijinski, vestía unas insinuantes mallas. En versión de la Waltz la pieza está interpretada por seis mujeres y un hombre, todos completamente desnudos. El trinar de los pájaros, el ruido del agua y el sonido de los árboles al viento acompañan la partitura de Debussy. Los cuerpos de los bailarines realizan, al comienzo de la pieza, un interesante trabajo de suelo, para luego ir incorporándose y realizar un expresivo baile en el que la danza contemporánea se alea con el gesto rudo. Las frases coreografías, en que el fauno se entrelaza con los cuerpos de estas ninfas intemporales, son seductoras y expresivas por la riqueza del movimiento. El fauno estuvo magistralmente interpretado por Margaux Marielle-Tréhoüart. El video que proyecta las imágenes del baile y enfatiza en los tatuajes del fauno es un buen aliado de esta coreografía, para algunos espectadores la más interesante de la noche.

A continuación se realizó un solo de flauta, Syrinx, de Claude Debussy a cargo del solista de la Orquestra Simfònica del Gran Teatre del Liceu, Alberta Mora.

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La tercera coreografía que completaba el programa es el poético y tierno paso a dos, Scène d’amour, un extracto de la película Romeo y Julieta de Sasha Waltz con música de Hector Berlioz. De corte neoclásico fue una interpretación impecable y nítida de Joshua Legge y Karolina Urbaniak.

Como es habitual en los montajes de Watz ha contado con unos magníficos colaboradores: Pia Mier Schriever (Escenografía). Bernd Skodzig (Vestuario). Thilo Reuter, David Finn y Olaf Danilsen, (Iluminación). Y Tapio Snellman, (video de L’Après-midi d’un faune).

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