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La campaña difamatoria interna tensa a ERC en plena negociación de la investidura

El excandidato Ernest Maragall dice sentirse “horrorizado” con los carteles difundidos por su partido que le asociaban al Alzheimer

Una imagen de la secretaria general de ERC, Marta Rovira en conexión telemática en la reunión del Consell Nacional de ERC del pasado día 29.Foto: ERC | Vídeo: EPV

Esquerra está bordeando el colapso tras encadenar su enésima crisis desde su fiasco en las elecciones del 12-M. La dirección de ERC admitió este lunes que de sus propias filas surgió una campaña difamatoria contra Ernest Maragall, su candidato por Barcelona en las elecciones de 2023, asociándolo con el Alzheimer, la enfermedad que sufre su hermano Pasqual Maragall, expresidente de la Generalitat. El propio político afirmó este martes sentir “vergüenza” y “horror” y señaló a Tolo Moya, exdirector de comunicación de ERC, como el autor de esa campaña. El aludido ha pedido una investigación para aclarar realmente quien está detrás. Todas las miradas apuntan a Sergi Sabrià, viceconsejero de estrategia en funciones. Miembros de ERC inscriben el episodio en la profunda fractura del partido que ha estallado en plena negociación con el PSC sobre la investidura.

El episodio ha encendido a las bases que no dan crédito a que fuera el propio partido el que impulsara una acción de ese calibre. Miembros relevantes de la formación, como Joan Tardà, han exigido responsabilidades y que la dirección diga la verdad. “No merecemos esta vergüenza”, dijo. Otros, como exalcaldes, han pedido dimisiones. De momento, no ha habido ninguna. El propio Govern pidió ayer llegar hasta el final en la investigación interna abierta por ERC y no quiso entrar en futuribles sobre Sabrià, que ya anunció el pasado mayo que dejará la política institucional cuando se forme el nuevo Govern.

La información, revelada por el diario Ara, apuntó a que los carteles contra los Maragall no son algo aislado y que ERC cuenta con una empresa paralela a través de la cual podría vehicular encargos de ese cariz. Por ahora ha trascendido que ERC envió unos mariachis en 2022 a cantar La cucaracha a la sede de Junts cuando la ejecutiva de ese partido abordaba su futuro en el Govern tras la destitución del entonces vicepresidente Jordi Puigneró. Un sector del partido atribuye a ese grupo la autoría del video que circula en las redes basado en la serie Succession y el magnate de la comunicación Logan Roy con subtítulos en catalán sobre la crisis de ERC asociándolo a Junqueras. “Es un intento deliberado de destruir el Junquerismo”. “Es mi puto partido y tu no eres nadie”, se lee en las imágenes.

De izquierda a derecha, Pere Aragonès; Oriol Junqueras, Ernest Maragall y Gabriel Rufián, en un acto de la campaña de las municipales de 2023.
De izquierda a derecha, Pere Aragonès; Oriol Junqueras, Ernest Maragall y Gabriel Rufián, en un acto de la campaña de las municipales de 2023.Lorena Sopêna (Europa Press)

ERC siempre ha alardeado de ser una formación sin casos de corrupción y que defiende los valores republicanos y prácticas como las de los carteles contra Maragall son una línea de flotación contra su propio cuerpo ideológico. En una carta abierta en su perfil social de X, el político compartió su “vergüenza y horror” “por pertenecer, de alguna forma, a un pedazo de sociedad capaz de llevar a cabo actuaciones tan indecentes”. Los carteles, en los que se veían imágenes de los dos hermanos con la frase “Fuera el Alzhéimer de Barcelona”, aparecieron el 8 de marzo de 2023, dos meses antes de los comicios. El republicano, ya retirado de la vida política, denunció los hechos a los Mossos, que detuvieron a tres personas. Tras conocer que la campaña surgió de las filas de ERC, Maragall pidió archivar el caso para “evitar sufrimientos” inútiles a él y a su familia, aunque dice que eso no exonera a ERC de sus responsabilidades. Moya, dice, le presentó excusas formales.

La dirección de ERC, que no denunció los hechos, pidió perdón y ha abierto ahora una investigación y asegura que apartó de sus funciones a una persona, a la que no identificó, por ser la impulsara de la campaña. Su hipótesis es que actúo solo. Moya no ha querido hacer declaraciones, pero envío ayer un mensaje a Rac1 en la que cuestiona la versión de la ejecutiva: dice que nadie le ha apartado de cargo alguno porque sigue haciendo las mismas funciones, pero ahora como asesor de la Diputación de Barcelona y que está muy tranquilo. Y reclama algo más: que se abra una investigación para “demostrar quién es ideólogo de todo este grupo, de cómo funcionaba y hasta dónde llegaba el conocimiento de todo esto”. “Esto va de quien montó esta trama y cómo actúa cuando se enteran”, dijo.

La campaña difamatoria ha evidenciado la gravísima división en ERC simbolizada en que más de 800 militantes, muchos de ellos diputados y cargos, que han pedido la marcha de Junqueras. El partido dijo que el expresidente, que está de gira por Cataluña hablando con la militancia, estaba al corriente de la contra campaña. Él lo negó y asegura que lo supo el 10 de junio. En medio del colapso, el Govern y el ERC difundieron mensajes contradictorios sobre la aplicación de la amnistía a los policías que cargaron el 1-O: El Ejecutivo lo asumió a regañadientes justo a la misma hora que el partido lo condenaba. Mientras, el PSC guarda silencio y observa con congoja el desmoronamiento de su teórico aliado para investir a Salvador Illa. La última palabra la tendrán las bases.

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