La Monumental de Barcelona abre la puerta a los taurinos en un acto sin toros
El Pacma protesta ante la plaza, en la que no se celebra una corrida desde hace 13 años, pidiendo la abolición total de la fiesta
La plaza de toros Monumental de Barcelona ha vuelto a abrir las puertas a los aficionados taurinos después de la última corrida celebrada el 25 de septiembre de 2011. Casi 13 años más tarde, este jueves el albero se encontraba objetivamente muy estropeado y lejos de las supuestas tardes de gloria que algunos recordaban en voz alta. De hecho, dentro de la arena había de todo menos toros. Para empezar, como en cualquier espectáculo taurino, no han faltado la docena de activistas del PACMA – que el pasado domingo obtuvieron 34.026 votos en Cataluña y, aunque no entraron en el Parlament, quedaron por delante de Ciudadanos (22.481)- protestando en la puerta del coso taurino. También había aficionados a la llamada Fiesta Nacional aunque no superaban los dos centenares.
Ambos grupos, aunque pequeños, se han silbado e insultado. De hecho, los Mossos d’Esquadra han tenido que separarlos. Dentro de la plaza había capotes y capas, aficionados y concejales del PP (Daniel Sirera) y de Vox (Liberto Senderos). A parte de los regidores, la formación ultra han considerado que el acto taurino era relevante y también han acudido a la cita los diputados Joan Garriga y Alberto Tarradas.
Tras el encontronazo de la entrada y una vez que los aficionados han accedido al coso, quién más quien menos ha jugado a dar pases con capas y capotes junto a niños de nueve años convertidos en expertos en toreo de salón. Menores que disfrutaban mostrando las habilidades adquiridas tras largas horas de actividades, supuestamente, extraescolares en la Escuela Taurina de Cataluña.
¿Por qué los propietarios de la plaza, el grupo Balaña, ha abierto el coso sin toros 13 años después de la última corrida? La presidenta de la Federación de Entidades Taurinas, Lorena Paricio, ha dado pistas de ello. Paricio informaba que este acto “íntimo, sin toros ni toreros” se debe a que este año -justo cuando el ministro de Cultura, Ernest Urtasun, ha anunciado la supresión del Premio Nacional de Tauromaquia- la Fundación Toro de Lidia ha marcado el 16 de mayo como el Día Internacional de la Tauromaquia.
A esta nueva onomástica solo han prestado atención taurinos y el Pacma, pero ha servido para que unos y otros reivindicasen su espacio. Por un lado, los aficionados a la fiesta han recordado los palcos que utilizaban en la Monumental, los abonos de temporadas, los toros y toreros que veían al sol o la sombra. Han criticado a los políticos que acabaron con la fiesta de Cataluña mediante una votación en el Parlament que posteriormente fue anulada por el Tribunal Constitucional. Sea como sea, la fiesta de los toros no ha vuelto a Cataluña. El extorero Enrique Guillem fumaba orgulloso mostrando los nueve “chavales” a los que enseña a torear en un antiguo campo de fútbol del barrio del Gornal en l’Hospitalet de Llobregat.
En el coso los teléfonos móviles echaban humo mientras los amantes del mundo taurino demostraban -con la valentía que da saber que no aparecerá ningún animal en la arena- sus habilidades con la capa. De hecho, el concejal del PP, Daniel Sirera, es de los que le ha cogido cierto cariño al toreo de salón y ha pedido indicaciones rápidas a algún profesor voluntario de los tantos que había. En una parte del tendido se podía entrever algún cartel, pocos, reivindicando que la tauromaquia “es cultura” o incluso una pancarta que reivindicaba, a modo de resumen, el artículo 20 de la Constitución (“Libertad de Expresión”).
Bienvenido López toreó “un par de becerradas” cuando era más joven y no le ha dado ningún reparo mostrar su estilo. “Que hoy se abra la plaza es un pequeño paso. Muy pequeño pero es un primer paso. No sé si volveremos a disfrutar de alguna tarde más en Barcelona pero por algún lugar se empieza”, ha manifestado. “Además, aquí nos quitaron los toros con política; quizás se pongan de nuevo de igual manera”, reivindica.
Paricio ha reconocido que los taurinos “pecaron de ingenuos” confiando en los políticos pero ahora saben lo que realmente quieren. Los organizadores han intentado contradecir a Urtasun y hacer todo lo posible por equiparar sus reivindicaciones a cualquier expresión cultural. Por ese motivo, se han leído poesías, se ha escuchado música y se ha repetido en diferentes ocasiones demostraciones de niños toreando a otros menores que corrían sujetando unos cuernos entre las manos.
Al acabar, los 200 asistentes han salido por una puerta lateral ya que los animalistas del Pacma -con su líder, Iván Guijarro, a la cabeza- no han dudado en gritarles “asesinos” y en amenazar que continuarán las reivindicaciones hasta conseguir la abolición de los toros en España. Algunos taurinos han vuelto a entrar al trapo y ha sido necesaria la presencia de los Mossos para que los insultos no fueran a mayores. La Monumental ha abierto la plaza a los taurinos, 13 años después de la última corrida, en un acto en que ha habido de todo menos toros.
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