Barcelona transforma y amplía Sants, su gran estación de tren
Adif pone al día un edificio que tiene casi 50 años: crecerá y se abrirá al entorno, que verá cambios radicales en su urbanización y movilidad
“Nos quedan años de trabajo, en esta obra me jubilo”, sentencia un veterano operario de Adif, el gestor de las infraestructuras inmobiliarias. Muestra 20 metros de pavimento donde la empresa está trabajando para sellar juntas de dilatación de la estación de Sants de Barcelona. Un trabajo pesado y de nunca acabar que busca evitar goteras en las vías y los andenes: hay que levantar el asfalto, repicar para llegar a las juntas, limpiarlas, aplicar un producto y volver a cerrar. Metros y metros y metros de juntas. Y es solo una de las tareas en un calendario de obras para poner al día y ampliar la gran estación de Barcelona, donde confluyen todas las líneas de cercanías de la ciudad, las de media distancia y la alta velocidad. Por citar tres ejemplos de la complejidad: la estación crecerá dos plantas, la calle donde ahora hay la estación de autobuses será peatonal, y el tráfico se desviará por un nuevo vial de cinco carriles del lado mar de la estación.
El proyecto de la futura estación se presentó hace un año y medio; el acondicionamiento del entorno por parte del Ayuntamiento comenzó hace seis meses; y ahora va en serio: el Gobierno acaba de autorizar al Ministerio de Transportes a sacar a concurso la primera fase de las obras de transformación y ampliación, que costarán 176 millones de euros, comenzarán a finales de este año y se alargarán hasta finales de 2027 o comienzos de 2028. La actual estación es de los años setenta, está a punto de rozar los 50 millones de viajeros y, con el aumento de pasajeros fruto de la liberalización de la alta velocidad, se ha quedado pequeña.
De hecho, antes de que empiecen las obras definitivas, Adif ha ampliado considerablemente la zona de espera de los pasajeros de alta velocidad. El espacio para los viajeros de alta velocidad pasará de 3.700 a 10.220 metros cuadrados; y el de cercanías de 2.600 a 4.400 metros cuadrados, con una demanda estimada que saltará en 2030 hasta 74,7 millones de viajeros. Habrá nuevas áreas de estancia, tiendas y restauración, y nuevos recorridos para facilitar los flujos de usuarios entre trenes, metro y autobuses.
El primer paquete de obras que ya tiene dotación, los 176 millones de euros, se divide en tres. Uno, la ampliación del actual edificio de la estación, que crecerá un 30% sobre su actual superficie hacia la plaza de los Països Catalans, y tres plantas en altura. Dos, la reurbanización de esta plaza, que inauguró la denominación de “plaza dura” —extensa superficie de granito u hormigón, sin vegetación y con escaso mobiliario urbano— en Barcelona, donde se rehabilitarán los elementos originales que quedan y se reconstruirán los que ya no están del proyecto original de Viaplana-Piñón.
El tercer paquete de obras se centrará en el entorno de la estación: en el lado mar (hacia el parque de la Espanya Industrial) y montaña (donde ahora hay la estación de buses, que todavía no tienen ubicación definitiva). En el lado montaña, la calle de Viriat se convertirá en un eje peatonal y para bicicletas. Además de la ampliación y actualización del edifico de la estación, un proyecto que firma el prestigioso despacho RCR (Premio Pritzker en 2017), una de las grandes novedades es que tendrá acceso por los cuatro costados. Ahora solo hay puertas en dos.
En las últimas semanas el jaleo es considerable en el entorno de la estación. “¿Ves esos 40 metros, de la parada al giro, lo ves? Pues tardamos más de 15 minutos”, exclamaba el jueves uno de los conductores de la línea 27 del bus. Se llama José María y la causa de la tardanza son los trabajos de asfaltado del paseo de Sant Antoni, sumados al corte de carriles en la avenida de Roma. Se crea un cuello de botella de buses: taxis que acaban de recoger pasaje y coches que han dejado o han recogido familiares en la estación. “Veinte minutos, ¡veinte!, para salir desde la parada hasta la calle de Tarragona. Los clientes, de todo menos contentos”, confirmaba Dioni Violdo, taxista. Harto, opta por probar suerte en la parada de taxis de detrás de la estación, en la plaza de Joan Peiró. El nuevo vial estará operativo, informa el Ayuntamiento, a mediados de julio, cuando los coches que bajan por Numancia quieran doblar a la derecha ya no podrán pasar por Viriat y tendrán que pasar por el lado mar de la estación.
Otro cambio que habrá con las obras: la actual campa y parada de taxis de Joan Peiró se convertirán en un parque. Y los taxis estacionarán en el subsuelo de la estación y tendrán parada en la fachada que mirará al parque de la Espanya Industrial. En este lado de la estación, lado mar, recogerá todo el tráfico de entrada y salida de la estación y su aparcamiento subterráneo.
Casi 40 semáforos y desvío en verano
Y habrá una última plaza, también nueva: justo donde ahora se termina la avenida de Roma, un punto crítico donde confluye un festival de asfalto junto al tráfico que soporta. A saber: calle de Numancia, cuatro carriles. Avenida Josep Tarradellas, cuatro más. Calle de Tarragona, cuatro para coches y tres para buses y taxis. Y avenida de Roma, dos por sentido. “Son unos 17 o 18 semáforos por allá y veintipico por allá”, señala uno de los responsables de las obras de asfaltado.
En los próximos meses, las afectaciones persistirán en la zona. Si esta semana se ha reparado la junta estructural de la cubierta de la estación que cruza la avenida de Roma (obligando a mover la parada de siete líneas de bus) cortando los carriles más próximos a los parterres, en las próximas semanas se reabrirán y se cerrarán el resto. Entre otros trabajos previstos de forma inmediata figura el derribo de las isletas de la avenida (que comportará cerrar la calle por la que los buses giran desde la calle de Tarragona) y cierres temporales de los accesos en los aparcamientos por la plaza de Joan Peiró. Una información que se puede seguir al día en el portal de obras del Ayuntamiento. Fuentes municipales explican que el presupuesto de la actuación ahora en curso es de 3,1 millones de euros.
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