Educación recibe 3.500 recursos de profesores tras la polémica adjudicación de plazas de nuevos funcionarios en Cataluña

Alba ha sido profesora interina durante años en Lleida. El año pasado aprobó las oposiciones light que se convocaron dentro del macroproceso para dar estabilidad a los interinos con exceso de temporalidad. En septiembre debe empezar el periodo de prácticas ya como funcionaria. Los nervios por conocer su destino se convirtieron en angustia cuando se publicaron las listas: Figueres. “Hasta ahora hacía una hora de viaje para ir a la escuela, ya estoy acostumbrada, pero 300 kilómetros es inviable. Tengo una niña de tres años y mi pareja un bebé de semanas”, dice. Esta maestra —con un máster en psicopedagogía, la competencia digital y el C2 de catalán, asegura— se queja de que profesores con peor nota en las oposiciones han logrado plaza más cerca. “Revisé las listas y conté unas 30 personas. No puede ser que personas sin experiencia hayan logrado plaza a 10 minutos de casa”. Con este panorama, Alba se plantea si aceptar —”cosa que implica estar fuera de casa toda la semana”— o renunciar y hasta cambiar de profesión. “Después se quejan de que no hay profesores, es que no te lo ponen fácil”, remata.

Esta docente presentó una reclamación al Departamento de Educación y espera que se estudie su caso. Es uno de los 3.516 recursos presentados —el 7,5% de las 47.000 adjudicaciones—, según datos de Educación, contra la resolución de distribución de plazas realizadas esta semana. En este proceso, el departamento debía resolver peticiones de 62.354 personas, tanto de interinos como funcionarios. De este último colectivo se estrenaban hasta 31.153 docentes que han aprobado las oposiciones durante los dos últimos años y que ahora deben iniciar el periodo de prácticas. En cambio, unas 15.000 personas, básicamente interinos, no han logrado ninguna adjudicación y pasarán a la bolsa de sustituciones.

Pero previamente a la publicación de las listas, el proceso también sufrió incidencias, ya que el departamento decidió, por sorpresa, cambiar el criterio de adjudicación de plazas, de modo que a un docente se le podía asignar una especialidad en la que tuviera formación, aunque no la hubiera solicitado, o un destino en un centro de máxima complejidad (que hasta ahora debía pedirse explícitamente). Asimismo, el gran volumen de adjudicaciones sobrepasó la capacidad del sistema y se tuvo que retrasar la publicación de las listas dos semanas por problemas técnicos.

Por su parte, la consejera de Educación, Anna Simó, aseguró el jueves en un acto en Sabadell que el departamento está concentrado ahora en resolver las reclamaciones. “Hay que analizar caso por caso”, añadió, aunque defiende que en el 97% de los casos, los profesores han obtenido plaza en una de las tres primeras comarcas elegidas. La consejera recordó que no ha sido fácil reducir, en tres años, del 30 a un 8% la temporalidad en los interinos. “Si se hubieran convocado oposiciones cada dos años no nos encontraríamos en esta situación”, apuntó Simó, al mismo tiempo que admitió que hay una “situación de mucha tensión porque la excepcionalidad es absoluta”.

Otro de los casos que el departamento deberá analizar es el de Anna, que vive en Castelló, pero se presentó, y aprobó las oposiciones del pasado abril, con la intención de trasladarse a Valls, el municipio de su marido. Anna es profesora de secundaria de música en una escuela privada, pero sin experiencia en la pública, admite. Le han adjudicado la plaza de un aula de acogida en Gavà. “Estoy a dos horas combinando coche, tren y andando. Mi coche es muy viejo y no aguantaría este trayecto cada día. Además, no tengo experiencia ni formación en aulas de acogida. ¿Cómo me van a valorar las prácticas? ¿Me puede perjudicar?”, se pregunta preocupada. Con el añadido de tener un bebé de dos años, la docente se plantea reducir la jornada o incluso renunciar a la plaza. “He puesto una reclamación, pero compañeros y sindicatos dicen que el departamento no tiene en cuenta los temas familiares o de conciliación. Estoy muy nerviosa. No se dan cuenta que somos personas y que todo esto está afectando nuestras vidas”, deplora.

La respuesta de Educación deja entrever pocas esperanzas de cambio para estos casos. “Un interino se puede quedar sin plaza asignada si no hay vacantes donde ha solicitado, pero a un funcionario hay que adjudicarle una plaza donde sea”, ha terciado Simó, quien también ha recordado que es normal que cuanto más reciente sea la oposición aprobada y menos puntuación tenga el docente, más probabilidades tiene de que la plaza sea lejana a su domicilio. Con todo, Simó ha apuntado que la situación es provisional, ya que hay que esperar a la resolución con las destinaciones definitivas. “Además, el año que viene debe convocarse el concurso de traslado y se pueden presentar para lograr un destino más cercano”, remató.

Por su parte, los sindicatos han tachado de “desaguisado” todo el proceso y consideran “muy grave” la modificación de los criterios de adjudicación cuando los profesores ya habían presentado sus solicitudes. Además, consideran que el hecho que hayan unas 9.000 plazas reservadas —son las que otorgan las direcciones bajo el paraguas del decreto de plantillas— ha dificultado la adjudicación de este julio y piden la derogación de esta normativa

831 interinos de larga duración, sin plaza

Tras el concurso de méritos y dos convocatorias de oposiciones, no todos los interinos que acumulaban años de temporalidad han logrado plaza. En total, 831 de estos docentes, con más de seis años de experiencia, no han conseguido estabilizarse como funcionarios, según datos de la Generalitat facilitados a los sindicatos. De estos, 247 tienen 55 años o más. Educación aseguró que hasta septiembre no facilitaría la cifra, ni tampoco qué pasaría con ellos, aunque avanzó que se les compensaría económicamente. Sindicatos como Ustec han pedido que pasen directamente a funcionarios, mientras CC OO propone un plan de continuidad, de manera que a los interinos con más de 10 años de antigüedad y 55 años de edad se les garantice plaza de todo el curso hasta que se jubilen.

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