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Polémica por el traslado de una escuela de música privada al interior de un colegio público de Terrassa

Las familias del conservatorio municipal se quejan de que el Ayuntamiento favorece a un centro privado

Guitarras en una escuela del área de Barcelona, en una imagen de archivo.
Guitarras en una escuela del área de Barcelona, en una imagen de archivo.MASSIMILIANO MINOCRI

El traslado de una escuela de música privada a las instalaciones de un colegio público de Terrassa, a cambio de desarrollar un proyecto educativo, está generando tensiones entre el Ayuntamiento y la asociación de padres (APA) del conservatorio municipal. Esta última considera que el gobierno municipal está favoreciendo a una entidad privada, y que no escucha otras reivindicaciones de las familias de la pública, que denuncian unas cuotas excesivas. El consistorio defiende que la operación se ha llevado a cabo para que la escuela privada implante un proyecto singular de educación musical que ayude a rescatar un colegio muy segregado.

La historia se remonta a hace un par de años, cuando el Centro de Educación Musical (CEM) de Terrassa, que tiene 40 años de historia y es un centro privado de enseñanza musical y también conservatorio, veía que el contrato de alquiler del espacio donde estaba iba a finalizar. “Ya nos dijeron que nos subirían el precio a un importe que no podríamos pagar, hubiéramos tenido que cerrar”, explica su director, Ramon Rius. Cuando hace un año y medio recibieron un burofax del propietario, acudieron a hablar con el Ayuntamiento. “Les planteamos la situación y se nos ocurrió la solución de aprovechar el espacio de un colegio para llevar a cabo un proyecto social”, añade. De esta forma, el Ayuntamiento eligió la escuela Auró, altamente segregada, en el barrio de Can Palet, para que el CEM se pudiera instalar dentro -en espacios que tenía vacíos tras la pérdida de alumnos de los últimos años- sin pagar alquiler, a cambio de desarrollar un proyecto singular de educación musical. Fuera del horario lectivo, el centro musical sigue impartiendo clases, en horario extraescolar, con alumnos de cualquier escuela, pero de carácter privado.

Pilar Castellar, directora de la escuela Auró, detalla que con la instalación del CEM se ha creado una orquesta de cuerda con los alumnos de 3º de primaria, pero los de cursos anteriores también reciben enseñanzas de lenguaje musical, y los alumnos de infantil, de ritmo y movimiento. La directora considera que este proyecto está dando un vuelco al centro, que tiene un 90% de alumnado vulnerable. “Hace dos años no venía nadie a las puertas abiertas; este año han venido 25. Antes las familias ni cruzaban la puerta del colegio, ahora al menos se interesan por nuestro proyecto”. El concejal de Educación, Joan Salvador, considera que “es un win-win”, en que todas las partes ganan “porque al Ayuntamiento no le cuesta un euro”, el CEM salva su problema de ubicación y la escuela gana un proyecto singular.

Pero desde el conservatorio municipal miran con recelo la operación. Desde la APA consideran que se está haciendo “un trato de favor” a una escuela privada y que el proyecto se tenía que haber licitado. Además, el conservatorio realizaba unos talleres en el Auró, que ahora ha perdido, aunque a cambio de iniciarlos en otro colegio. “El Ayuntamiento no apuesta por la escuela pública, sino que favorece a la privada”, lamentan las familias. El concejal admite que este proyecto no podría hacerse con personal del conservatorio, “porque tendría un coste que el Ayuntamiento no podría asumir”. El director del CEM ve el proyecto del Auró como “una prueba piloto” y ha planteado extenderlo a otras escuelas, un extremo que el concejal por ahora descarta por el coste que supondría para el consistorio.

Contratación controvertida

Otro elemento que despertó las suspicacias en el conservatorio fue que, coincidiendo con la firma del convenio entre el Ayuntamiento y la escuela privada (el pasado de septiembre), el hijo del director del CEM fuera nombrado, como cargo de confianza, asesor del alcalde a finales del pasado agosto. El consistorio defiende que los dos hechos -convenio y contratación- son “casuales” y que en el nombramiento se tuvo en cuenta el perfil profesional del candidato, que había sido jefe de comunicación de la patronal egarense Cecot.

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La batalla de las tarifas

Familias y Ayuntamiento mantienen otro litigio abierto por las cuotas del conservatorio municipal. El APA denuncia unos importes “abusivos” que perjudican a la clase media y que convierten el de Terrassa en “el conservatorio más caro de Cataluña”. Desde hace dos años, este centro cuenta con una tarificación social, de manera que las familias pagan según el nivel de renta. El sistema se divide en 10 tramos: el más elevado llega hasta los 94.000 euros de renta (familias de cuatro miembros), mientras que en centros de municipios vecinos como Sabadell o Sant Cugat el tope se queda en menos de la mitad. De esta forma, una familia egarense con dos hijos e ingresos de 50.000 euros anuales paga por unos estudios básicos o profesionales entre 120 a 180 euros mensuales, lo que supone entre 300 y 500 euros más por curso que en las citadas ciudades colindantes.

El APA considera “discriminatorio” este sistema y denuncian que “se está expulsando alumnos de clase media porque no pueden pagar las cuotas”, cuando los alumnos vulnerables siempre han estado protegidos porque ya contaban anteriormente con bonificaciones. El Ayuntamiento, por su parte, argumenta que la intención era “aumentar las cuotas a las rentas más altas para compensar las más bajas”, y de esta forma “quitar elitismo al conservatorio y dar la oportunidad a que entren familias más vulnerables”.

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