Armand Balsebre: “No se puede extirpar de la historia el papel pionero de Radio Barcelona”

En noviembre de 2024 se conmemorará el centenario de la radio en España. Armand Balsebre (68 años), catedrático de Comunicación Audiovisual y Publicidad de la Autónoma de Barcelona, es una voz reconocida para hablar de ello. Una historia en la que Radio Barcelona tiene el papel fundacional. Balsebre es autor de Historia de la radio en España (1874-1985) de mil páginas editada en 2001 por Cátedra. Su afabilidad con el entrevistador anula lo que podría tener de intimidatorio el hecho de que es coautor de un manual sobre este género del periodismo.

Pregunta. ¿Qué se conmemora en el centenario de la radio en España?

Respuesta. El inicio de las emisiones regulares de Radio Barcelona que se postuló candidata a las frecuencias que iba a adjudicar la dictadura de Primo de Rivera y obtuvo la primera (EAJ1). Un proyecto en el que se estaba trabajando desde hacía más de un año. De hecho, la propia Radio Barcelona y otras empresas ya habían realizado emisiones de prueba.

P. ¿Quién está detrás del proyecto?

R. Por un lado, está la Associació Nacional de Radiodifusió (ANR), que es la titular de la licencia y cobra una suscripción a los socios protectores de la emisora. Y, por otra, la Sociedad Cooperativa Radio Barcelona que aporta el local, los equipos técnicos, hace las contrataciones y cobra de la ANR. Los principales promotores de la ANR fueron Eduard Rifà (Ràdio-Lot y representante de la ATT en Cataluña), Pablo Llorens (representante de una marca de receptores norteamericana) y Royston St. Noble (relacionado con General Electric y tío abuelo segundo de Pasqual Maragall). Pero esta vinculación de los pioneros con el comercio de la electrónica, de la radiodifusión y las grandes multinacionales del sector no es un hecho singular. Se da en otros proyectos de radiofonía en España, como en Unión Radio. Algunos promotores de la ANR también estarán en el consejo de administración de Unión Radio. En 1921, en varias reuniones celebradas en París, las multinacionales pactan repartirse el incipiente negocio de la radio en Europa. De ahí nace, como radio privada, la británica BBC el 14 de noviembre de 1922. Y si la inauguración oficial de Radio Barcelona se celebra el 14 de noviembre de 1924 es porque se quiso que coincidiera con la fecha en que nació la BBC, un modelo a imitar. Hay constancia de una reunión de las multinacionales del sector en Madrid para que la dictadura hiciera una legislación favorable a la radio privada, como fue el reglamento de 1924. En estos momentos iniciales, algunos piensan que el gran negocio será la venta de receptores. Sin embargo, estará en conseguir emisoras con una buena audiencia que atraiga publicidad.

P. La radio nace en España en 1924, pero en 1922 ya había oyentes.

R. Quienes podían pagar el precio de los primeros buenos receptores podían captar las emisiones de la BBC o de una emisora militar francesa…

P. Primo de Rivera instaura dos llamativas normativas. El canon sobre los receptores y la prohibición de que dos radiodifusoras de una misma localidad coincidieran en los horarios de emisión.

R. El canon se aplicó, pero la falta de inspección y la existencia de receptores de galena de fabricación doméstica perjudican muy seriamente su recaudación. La norma que impedía que coincidieran dos emisiones de diferentes radios en una misma zona supongo que se hizo pensando en favorecer la competencia. No tenía sentido y la República, que mantuvo el canon, abolió la norma.

P. ¿Radio Barcelona equivocó su modelo de negocio?

R. Totalmente. Buscaba su sustento económico en la suscripción de los oyentes. Pero… ¿quién pagará por algo que puede escuchar gratis? Además, apostó por una programación destinada a la élite cultural y burguesa lo que limitaba su audiencia.

P. ¿Esta debilidad económica es lo que favorece la entrada de Unión Radio, el proyecto madrileño encabezado por Ricardo Urgoiti, y posterior compra de Radio Barcelona?

R. Unión Radio tenía un modelo de éxito basado en la publicidad, programas populares que iban de la música de jazz a los deportes... Y en 1926, después de que el Gobierno liberalizara la transmisión de licencias (abril), aprovecha la debilidad económica y técnica de Radio Barcelona para iniciar su expansión en la capital catalana con la fusión con Radio Barcelona, que en marzo ya había manifestado su interés en esta operación. El pacto suponía que la ANR pagaba una cuota fija a Unión Radio por los servicios. Su cuantía (Unión Radio reclama más dinero ante el aumento de suscriptores) y el abandono del modelo de programación fundacional de Radio Barcelona provocan tensiones entre ambas entidades que se resuelven en 1929 con la salida de la ANR de Radio Barcelona. Hay quien interpreta este final como el resultado de una política agresiva de la monarquía contra la emisora catalana, pero la dictadura de Primo de Rivera será la que otorgue a la ANR, ya fuera de Radio Barcelona, una licencia de onda corta. Y será la Dictablanda de Berenguer la que conceda la licencia que permitirá en 1930 el inicio de las emisiones de Ràdio Associació de Catalunya.

P. ¿La radio vive durante la República su primera gran etapa de expansión?

R. La radio empieza a ser un medio de comunicación de masas. Se confirmará con la guerra civil. La ciudadanía analfabeta tiene acceso a la palabra de los políticos. Y los políticos se dan cuenta de ello. Los radioclubes se convierten en ateneos populares donde se fomenta la audición colectiva.

P. ¿Radio Barcelona, en manos de Unión Radio, mantendrá la programación en catalán?

R. Principalmente a partir de 1932, salvo algunas conexiones para emisiones conjuntas. Adrià Gual es el asesor literario y dirigirá el radioteatro en catalán. Pompeu Fabra asesorará un programa sobre la lengua catalana de la entidad Palestra, que él presidía, así como una emisión deportiva… Un hecho que muestra la consideración de Radio Barcelona como radio catalana es que el presidente Macià autorizará exclusivamente a ella la conexión para retransmitir la primera sesión constituyente del Parlament. No se puede extirpar de la historia su papel pionero.

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