El juez prohíbe que el vigilante denunciado por acoso en Renfe se acerque a menos de 200 metros de la joven

El juzgado en funciones de guardia de Arenys de Mar (Barcelona) ha decretado este sábado una orden de alejamiento de 200 metros para el vigilante de seguridad de Renfe que presuntamente ha acosado durante un mes y medio a una joven de 18 años que se subía al tren para viajar hasta Barcelona. El magistrado considera que existe una “situación objetiva de riesgo” para la joven, dado la reiteración del acoso que denuncia, y también los antecedentes del vigilante por maltrato que “evidencia un posible patrón de comportamiento violento” con el “consiguiente riesgo para la víctima”, según el auto al que ha tenido acceso EL PAÍS.

La joven denunció el jueves que desde hacía un mes y medio, cada vez que subía al tren de Rodalies, la red de cercanías de Renfe en Cataluña, a las ocho de la mañana, un vigilante “correctamente uniformado y acompañado de otro” se paraba “delante de ella, sonriéndole, sacándole la lengua y haciendo como si le tirase besos”. La situación es “totalmente anómala e intimidante”, ya que la “persigue a todos los vagones a los que ella se dirija, no para hasta que la encuentra para repetir una y otra vez” lo mismo, denunció la joven ante los Mossos d’Esquadra.

También relató que en alguna ocasión se lo había encontrado por la noche, lo que aún la hizo sentir más vulnerable. “Al ser de noche y bajarse sola, le provoca angustia”, describió en su denuncia. Hasta el punto de que le costaba conciliar el sueño sabiendo que al día siguiente se volvería a repetir la misma situación. Por todo ello, ya en su denuncia policial solicitó que se tomasen medidas de alejamiento del hombre hacia ella, ya que conoce sus rutinas, la acosa y la persigue delante de todo el mundo y añadió que en sus conversaciones en público, el vigilante había manifestado que iba “armado con cuchillos”.

En la vistilla que se ha celebrado este sábado, el vigilante ha negado los hechos y ha asegurado que en las imágenes tomadas por la joven de lo ocurrido, en la realidad no la miraba a ella. Pero el juez ha otorgado credibilidad a la versión de la víctima y ha decretado la medida de alejamiento que pedía tanto la joven como la Fiscalía. En su razonamiento, el juzgado estipula que los 200 metros es la medida menos gravosa y la mínima recomendada por los protocolos policiales para no limitar los derechos de libre circulación del investigador.

Renfe apartó al vigilante de seguridad, que trabaja para la compañía Grupo Control, cuando la joven denunció a través de las redes sociales la situación que vivía a diario en los trenes. “Como veo que Rodalies no va a hacer nada, me tendré que quejar aquí de este tío día [sí] y día también, porque se sube a la misma hora que yo y coincidimos, se pone cerca de mí para intimidarme. Se pasa así todo el rato hasta que se baja”, escribió X. Y lo acompañó de dos vídeos del hombre parado delante de ella, mirándola y sonriendo. La compañía contestó a la joven lamentando lo ocurrido y poco después confirmó a través de un portavoz que había pedido a la empresa de seguridad que el vigilante dejase de prestar servicio en Renfe.

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