A los que no volvieron

“El año que trabajé en el aeropuerto me leí todos los libros de los supervivientes. Y después les escribí un mail a todos, me contestaron dos, Coche Inciarte y Roy Harley. Yo quiero conocer a los supervivientes, quiero volar a Montevideo. Soy una apasionada de la historia, lo he visto y leído todo. Estaban muertos y gracias a sus amigos sobrevivieron”. La cita con Laura Pérez es en el paraninfo del edificio histórico de la Universidad de Barcelona, a las 18 de la tarde de un lunes. Llega cargada de toda la energía para saber más de un tema que le ocupa y le preocupa: la historia del accidente aéreo en los Andes en 1972. J. A. Bayona es el director elegido para la lección inaugural del curso académico 2023-2024, director de la nueva película La sociedad de la nieve que, como el propio autor cuenta, pretende honrar la memoria de los 16 supervivientes y “sobre todo, de los 29 que no pudieron regresar de vuelta”.

Laura, barcelonesa de 49 años, acude feliz para escuchar al director. Ya ha visto un pase de la película gracias a una amiga de una amiga de una amiga que le consiguió una entrada, pero tras el pase no pudo colgar nada en las redes por expresa petición del director. Aguantó. Laura tiene una cosa clara: la película es un gran homenaje a los que no volvieron. El equipo de rugby Old Christians se dirigía en un vuelo a Santiago de Chile cuando el avión se estrelló en un risco de la cordillera de los Andes, en la provincia de Mendoza, Argentina. Pasaron 72 días hasta que encontraron a los 16 supervivientes. “Encontraron” no es el verbo. Fueron Roberto (Canessa) y Nando (Parrado) los que salieron a caminar hasta que encontraron al arriero. Vivieron esos 72 días aislados en uno de los lugares más inhóspitos de la Tierra, alimentándose primero de los pocos víveres que iban en las maletas y, después, de los cuerpos de los fallecidos.

Arranca la lección. Bayona toma la palabra desde el púlpito. “Yo creo que puedo volar, yo creo que puedo levantar un coche”. Lo repite varias veces. El primer recuerdo de Bayona es un plano de película, en concreto de Superman cruzando la pantalla volando. Y desde entonces, no ha desistido. Bayona les cuenta a los alumnos que hacer una película es ponerse a prueba, salir del área de confort: “no hay inteligencia artificial que pueda replicar nuestra alma”. Asegura que la clave es la intuición, “una chispa, una pasión y sin ella jamás llegas al final con éxito”.

Laura lo mira entusiasmada. Y al acabar la charla se muestra decidida a esperar lo necesario para hablar con él. Netflix todavía no ha dado a conocer la fecha de estreno de La sociedad de la nieve, pero se espera que llegue a finales de este 2023. El próximo 13 de octubre se cumplirán 51 años del accidente. “Lo bueno que tiene esta película es la importancia que otorga a los que no volvieron. El último libro que leí fue el de la sobrina de uno de los que fallecieron en el accidente, María del Carmen Perrier Pérez del Castillo”. Del otro lado de la montaña es la historia de las familias que perdieron a un ser querido en el accidente. “Es la primera publicación literaria sobre el accidente, escrita por una mujer, desde el punto de vista de los familiares de los que no volvieron. Se hizo 45 años después y representa todo ese tiempo de duelo. Fue el momento justo. Era necesario ese tiempo para que hablaran así”, explica la escritora uruguaya desde el otro lado del teléfono. “Para mí, significó tener a mi tío de nuevo. Ahora me doy cuenta de que el libro es un pasito humilde para poder encarar todo lo que se ve en la película de una manera más terrenal”. María del Carmen Perrier no conoció a su tío, pero a través de sus familiares empezó a enlazar historias. La escritora siente que se cierra un círculo con la familia: “Bayona y su equipo nos visitaron casa por casa, presentaron el proyecto en la Biblioteca Nuestros Hijos, intentaron ser fieles al recuerdo que tenían de sus familiares. Estamos muy agradecidos”.

Y precisamente es a este proyecto a quien Bayona dedicó la dotación económica del Premio del Público Ciudad de Donostia / San Sebastián. La biblioteca, ubicada en Montevideo, incluye múltiples actividades para niños y adolescentes en situación de vulnerabilidad, pero también para los mayores, una escuela informática gratuita, talleres de acercamiento a la lectura, biblioteca comunitaria para escuelas que no tienen, apoyo a la educación rural y una gran oferta de concursos literarios. “Es sobre todo una obra donde se recibe a cualquiera que lo visite en nombre de aquellos que no volvieron de la montaña y también para recordar a esas mamás que en el momento más difícil de su vida tomaron cartas en el asunto, se unieron y crearon una obra en memoria de sus hijos, pero para los demás. Como nieta de una madre fundadora, como sobrina de Marcelo, la biblioteca es un monumento para entender que se puede vivir el dolor ayudando a los demás”.

Puedes seguir a EL PAÍS Catalunya en Facebook y X, o apuntarte aquí para recibir nuestra newsletter semanal