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Cataluña frena el plan para prohibir el tabaco en las terrazas por la presión de los restauradores

El Gremi de Restauradors se muestra “rotundamente” contrario al veto a pesar de que más de la mitad de la población está a favor de eliminar el humo en bares y restaurantes, según una encuesta del Govern

Fumar Terrazas Tabaco
Una mujer fuma en una terraza de Barcelona.Alejandro Garcia (EFE)
Bernat Coll

El Departamento de Salud ha dado un paso atrás en su voluntad de eliminar el humo de las terrazas de los bares. Si tras asumir la cartera sanitaria, en octubre del 2022, el consejero Manel Balcells aseguró que 2023 sería el plazo para prohibir fumar en estos espacios, ahora sus palabras son menos contundentes. La comunidad sanitaria advierte que la lentitud en el desarrollo de la nueva ley de adicciones (donde se incluye la cuestión del tabaco), prevista inicialmente para este año según dijo Balcells en el Parlament, enquista un problema de salud pública. La administración trabaja desde 2019 para regular los espacios de consumo de tabaco, lo que irrita al sector de la restauración.

Salud defiende que la solución en bares y restaurantes debe ser “disuasoria” para proteger la salud, pero “sin alterar” el trabajo de los restauradores, como ya aseguró Balcells la semana pasada en Rac-1. Este cambio se explica por la dificultad de encontrar un “equilibrio”, dijo, entre sanitarios y restauradores. El sector privado teme que una limitación impacte en la facturación, a pesar que este jueves el Govern publicó una encuesta en el que más de la mitad de la población aprueba eliminar el humo de bares y restaurantes.

Los expertos que han colaborado con el Departamento proponen prohibir el tabaco en diferentes espacios en la nueva ley de adicciones que prepara el Departamento: recintos deportivos, universidades, terrazas de los bares, interior de los coches y playas principalmente por la molestia y los efectos perjudiciales indirectos que sufren el resto de usuarios. Según Joan Lozano, médico de familia y coordinador del grupo de tabaco de la Societat Catalana de Medicina Familiar i Comunitària (Camfic), existen más razones: la “desnormalización del tabaco, la facilitación para que los fumadores lo dejen y reducir el daño a los camareros que inhalan humo” durante buena parte de su jornada laboral. “Sacar el tabaco de las terrazas significa avanzar porque el tabaco debe de estar lejos de las personas y las futuras generaciones deben crecer sin tenerlo normalizado”, entiende. Otra fuente que colaboró directamente con Salud para realizar parte de un borrador asegura que el Departamento “está por la labor de restringir el tabaco, pero parece que no acaba de atreverse a ejecutarlo”

La posición antagónica de la restauración dificulta cualquier acuerdo en un momento de debilidad parlamentaria. “Somos rotundamente contrarios a quitar el tabaco de las terrazas”, admiten fuentes del Gremi de Restauració de Barcelona. La entidad defiende que la prohibición dejaría fuera a un grupo de clientes que no tendrían dónde consumir. “Todos sabemos que el tabaco es malo, pero no podemos decir a la gente si debe o no fumar”, remarcan las mismas fuentes, que aseguran que “no existe una demanda social”. Este mismo jueves, sin embargo, el Ejecutivo publicó una encuesta donde asegura que el 56% de la población estaría a favor de prohibirlo en las terrazas: las respuesta favorables varían según si son fumadores (26%), exfumadores (60%) o no fumadores (69%). Al preguntar a la población si reduciría sus visitas a las terrazas en caso de prohibición, solo un 14% responde afirmativamente.

El Gremi se reunió a finales de 2022 con la secretaria de salud pública, Carmen Cabezas, para mostrar su contrariedad después de que Balcells asegurara en Ara en su primera entrevista como consejero que “en 2023 no se podrá fumar en las terrazas”. El sector considera que la proliferación de las terrazas llegó precisamente tras la prohibición de 2005 en los interiores. “Ahora estos clientes no tendrán un espacio para ellos”, señalan. Las reuniones se sucedieron posteriormente y actualmente Salud solo responde que “se está trabajando en la elaboración de la ley”, sin dar más detalles de los plazos. Balcells anunció antes de 2022 en sede parlamentaria que su intención era que la ley estuviera aprobada en 2023, pero ni siquiera se ha tramitado legislativamente.

Los científicos discrepan del temor de los restauradores. Entienden que la sociedad había alcanzado hábitos más saludables tras la pandemia y que debe aprovecharse. “Se prohibió fumar a dos metros de una persona por el riesgo de infección por covid y todo el mundo lo entendía”, señala Esteve Fernández, jefe del programa del programa de control y el cáncer del Institut Català d’Oncologia. “Los fumadores se levantaban para fumar más lejos y cuando acababan, volvían. ¿Por qué hay que volver a dar un paso atrás?”, se pregunta.

El debate viene de lejos y también afecta a los coches. Salud entiende que la presencia de menores o personas de riesgo es un motivo suficiente para eliminarlo, pero fuentes de Salud admiten que esta cuestión reside en la voluntad de la Dirección General de Tráfico. “Limitó el uso del teléfono móvil porque distraía siendo un espacio privado”, introduce Fernández, “pero no dicen nada del tabaco cuando también afecta a la conducción”.

Fernández y Lozano coinciden en que la Generalitat debe velar por el cumplimiento de la futura ley y de las normativas vigentes, como la de algunas ciudades que limitan el consumo en las playas. “La gente se pone el cinturón en el coche porque hubo un día que se empezó a multar. Está bien hablar de educación, pero al final ves que los humanos no responden hasta que no los sancionan”.

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Sobre la firma

Bernat Coll
Periodista centrado actualmente en la información sanitaria. Trabaja en la delegación de Catalunya, donde inició su carrera en la sección de Deportes. Colabora en las transmisiones deportivas de Catalunya Ràdio y es profesor del Máster de Periodismo Deportivo de la Universitat Pompeu Fabra de Barcelona.

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