Lleida finiquita el albergue para temporeros pese a contar con cuatro millones de subvención
La Generalitat exige al alcalde, Félix Larrosa, que presente un nuevo proyecto antes de septiembre si quiere mantener la ayuda económica
Lleida es la capital agraria de Cataluña. En la provincia se producen el 70% de las manzanas que se cultivan en España, el 65% de las peras y el 40% de los melocotones y nectarinas. Cada año –en junio, julio y agosto- se desplazan hasta los campos leridanos más de 30.000 temporeros que acaban durmiendo en albergues de municipios o en las calles de la capital de provincia. El anterior equipo de gobierno en el Ayuntamiento de Lleida, formado por ERC y Junts, proyectó la construcción de un albergue en el barrio de Pardinyes para acoger a 120 personas y la Generalitat se comprometió a aportar cuatro millones de euros para el proyecto. Los vecinos del barrio se manifestaron en contra de la construcción y el PSC les apoyó. Los socialistas ganaron las elecciones el pasado mayo y el actual alcalde, Fèlix Larrosa, ya ha anunciado que no construirá el albergue. Ahora, el gobierno municipal diseña un modelo alternativo para que la administración catalana no retire aquella subvención millonaria. Mientras, la solución para los temporeros sigue en el aire.
Jordina Freixanet es la portavoz de ERC en el Ayuntamiento de Lleida y fue la segunda tenienta de alcalde en el mandato pasado. “Hace 30 años eran los estudiantes los que recogían la fruta, pero hace años que se acumulan en las calles los temporeros. Es un problema de gente sin hogar de forma fija discontinua”, argumenta Freixanet. A finales del pasado siglo, la Generalitat abrió una línea de ayudas para construir albergues municipales. Así se construyeron los de Alcarràs o Torres de Segre. La capital de provincia no lo solicitó. “El febrero de 2021 hablamos con el consejero de asuntos sociales, Chakir El Homrani, y conseguimos un compromiso para que nos subvencionaran con cuatro millones la construcción de un albergue. El Ayuntamiento debía localizar el lugar y empezar a hacerlo”, recuerda la republicana. El equipo de gobierno eligió un solar situado en la calle Josep Pallach. “El sitio era perfecto pero los anteriores gobiernos habían proyectado allí una residencia de ancianos”, lamenta Freixanet.
La Organización de Vecinos de Pardinyes se opuso a que en ese lugar se construyera un albergue y crearon una plataforma para defender la instalación de una residencia. Paco Castillo estaba dentro de esa plataforma: “En Pardinyes vivimos 15.000 vecinos y nadie nos consultó, por eso empezamos a exigir estudios urbanísticos, ambientales…”. La oposición fue tan frontal que el equipo de gobierno trasladó el proyecto a los antiguos silos del Senpa. Unos silos en desuso situados a una calle de donde se proyectaba el albergue, también en el barrio de Pardinyes. “Era un lugar perfecto”, mantiene Freixanet. La titularidad del espacio era de la Generalitat y se la cedió al Ayuntamiento. Pero, las protestas vecinales continuaron. “Los silos los reivindicamos como patrimonio vecinal. Además, había una colonia de cigüeñas y por eso no nos pareció correcto”, lamenta Castillo. Hicieron movilizaciones pero el Ayuntamiento acabó derribando los silos y preparando la zona para la construcción del albergue. El Ayuntamiento de ERC y Junts aseguraba que la futura construcción no solo albergaría a temporeros si no, también, a personas sin hogar o a víctimas de situaciones de emergencias o desahucios. “Construir allí el macroalbergue implicaba, crear guetos y más habiendo espacios en desuso en la ciudad como el antiguo convento de las Josefinas y el Hotel Condes”, mantiene el líder vecinal.
ERC y Junts , pese a las protestas, siguieron con el proyecto. Licitaron la obra y adjudicaron a una empresa la construcción. Esa empresa desistió el pasado febrero y tuvo que volverse a licitar el proyecto. ERC y Junts dejaron el expediente preparado, en mayo, pendiente de que lo firmara aquel que ganara las elecciones.
El PSC y el PP habían anunciado que se oponían a la construcción del albergue y las elecciones municipales pasaron factura a ERC y Junts que perdieron el mando de la ciudad. En Pardinyes, el PSC y el PP arrasaron. Los socialistas fueron la lista más votada en el barrio con 1.715 votos (324 votos más que en 2019), la segunda fuerza fue el PP con 808 votos (532 más que en 2019). En tercera posición quedó ERC con 528 votos (775 votos menos que en 2019) y Junts fue la cuarta fuerza con 424 votos (301 menos que en 2019). También subió Vox que consiguió 380 votos (281 más que en los anteriores comicios) y el Comú –que también apoyaba el albergue- bajo quedándose en 274 (369 votos menos que en 2019).
El alcalde nuevo alcalde socialista, Félix Larrosa, se reunió el pasado 25 de julio con el consejero de derechos sociales, Carles Campuzano, y le anunció que “no se construiría el albergue”. Campuzano pidió a Larrosa que presentará un modelo alternativo para no retirar los cuatro millones que la Generalitat iba a aportar. Se suspendió la licitación de obras y todo apunta a que el espacio que ocupaban los silos del Senpa, y que fueron derruidos, volverán a ser propiedad de la Generalitat después del desistimiento del Ayuntamiento. Campuzano anunció a Larrosa que esperaba en septiembre la propuesta alternativa al proyecto si quería conservar la subvención.
Freixanet admite que ERC y Junts no acabaron de “hacerlo bien” en el mandato pasado. “Ahora pediremos al PSC que nos revele cuál es su proyecto porque no podemos perder cuatro millones”, amenaza.
Violant Cervera es la actual portavoz de Junts en el Ayuntamiento de Lleida pero, además, en mayo de 2021 sucedió a El Homrani al frente de la consejería de derechos sociales. “La subvención de cuatro millones era un compromiso de los departamentos de Salud, Agricultura, Derechos Sociales y Trabajo. Era un albergue que atendía a varias necesidades y las ciudades como Lleida deben tener estos equipamientos porque cada verano hay el mismo problema”, lamenta. Cervera confiesa estar intrigada en saber cuál será la solución que aporte el PSC pero cree que no se debe descartar modificar normativa para que los agricultores de la Horta de Lleida puedan realizar construcciones para albergar temporeros.
El teniente de alcalde socialista de Servicios Sociales, Carlos Enjuanes es uno de los encargados de diseñar el nuevo proyecto. “En el macroalbergue se unían personas sin hogar que, a veces, arrastran problemas de toxicomanía o salud mental; temporeros que son transeúntes durante la campaña agrícola, personas sin papeles y emergencias sociales fruto de un desahucio o –por ejemplo- el incendio de un edificio. Es un sistema injusto el mezclar y tratar por igual todos los perfiles”, critica. “Nosotros apostamos por no mezclar perfiles, diversificar recursos y barrios, tenemos también un modelo de pisos y podemos diseñar un modelo idóneo para la ciudad”, anunció EL PAÍS sin dar detalles. Con toda probabilidad se redistribuirán por barrios los equipamientos para no crear un único centro. Mientras, se ha vuelto a perder otro año más y la situación de los temporeros sigue siendo idéntica a la de los últimos años.
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