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Los pactos propulsan el poder municipal del PSC a costa del independentismo

Los socialistas controlarán 12 capitales de comarca más que las que logró en 2019

La cabeza de lista del PSC en las elecciones por Girona, Sílvia Paneque, ante el primer secretario del PSC, Salvador Illa, en un acto de la pasa campaña.
La cabeza de lista del PSC en las elecciones por Girona, Sílvia Paneque, ante el primer secretario del PSC, Salvador Illa, en un acto de la pasa campaña.David Borrat (EFE)

El PSC dará este sábado un paso de gigante en su expansión territorial al prever, en la jornada de constitución de los ayuntamientos, amarrar 17 de las 41 capitales de comarca en juego, muy por delante de Junts (12 a la espera de cerrar más pactos) o ERC (siete). Tras vencer en las elecciones municipales, los socialistas lograron en 2019 solo cinco capitales de comarca y ahora empiezan a maximizar sus resultados con los pactos. Los datos revelan que empiezan a dejar atrás la factura que pagaron por su defensa de la aplicación del artículo 155.

La principal conquista de los socialistas ha sido la recuperación de las alcaldías de Tarragona y Lleida, pero han sufrido dos dolorosas derrotas certificadas las últimas horas: el independentismo ha pactado que Guanyem (CUP) logre la vara desbancando a los socialistas, la fuerza más votada. Y, mientras tanto, salvo sorpresa mayúscula de última hora, el PSC no logrará la Alcaldía de Barcelona, la joya de la corona, que se les resiste desde hace 12 años.

El independentismo ha encajado conservar Girona como un enorme balón de oxígeno después de que la batalla fratricida se haya enconado en la negociación de los pactos municipales. La fractura crónica ha dejado en evidencia la casi irreconciliable relación entre las cúpulas de Junts y ERC, que no siempre se traduce en las bases. La disputa afloró en Roses (Girona), donde ganó ERC pero se impuso la sociovergencia, que ha beneficiado sin duda a los socialistas. Su salto en estas elecciones es enorme de punta a punta de Cataluña. Además de las dos capitales de provincia, ha logrado que una coalición de izquierdas, gracias a ERC, haya roto el feudo convergente en Tortosa y de su alcaldesa Meritxell Roigé, del PDeCAT. Reus también será controlada por el PSC. Su incuestionable dominio metropolitano, salvo en Badalona, donde se impone la marca de Xavier García Albiol, lo ha extendido a Sant Feliu de Llobregat y en Montcada i Reixac, donde han desbancado los comunes. En Vilafranca volverán a tener un alcalde del PSC igual que Vilanova. No lo tenía desde 2007.

Pero a los pactos sociovergentes se le han añadido la alianza entre PSC y Esquerra, que se ha extendido a las diputaciones de Tarragona y Lleida. Queda por dilucidar qué ocurre en la de Barcelona, donde hace cuatro años, en pleno procés, se selló el gobierno entre PSC y Junts. Salvador Illa, ahora primer secretario del PSC, fue el artífice de ese acuerdo. El también líder de la oposición siempre defiende que su voluntad es pactar con todo el mundo y lo ha cumplido al pie de la letra.

El acuerdo en las diputaciones no oculta que el PSC ha jugado a dos bandas exprimiendo en parte la depresión y desconfianza del independentismo, Dos ejemplos en l’Empordà: Esquerra tuvo la opción de revalidar la alcaldía al registrarse una holgada mayoría independentista. Pero la vara será al final para el diputado del PSC Oscar Aparicio, que ha pactado con Junts. El partido de Puigdemont ha perdido Lloret y se puso a disposición del PSC para allanar la alcaldía. En La Garriga, también cambia de manos: pasa de ERC a Junts. Meritxell Budó, exportavoz del Govern, se quedó a un edil de la mayoría absoluta y el voto que le falta se lo dan los socialistas.

Esquerra, que ha perdido una decena de alcaldías, ha preferido romper el acuerdo con Junts y pactar directamente con los socialistas para asegurar la vara de Manresa. De las 16 que tenía, ERC se tendrá que contentar en principio con siete y salvo sorpresas en principio con siete (Amposta, Falset, Moià, Tàrrega, Solsona y Sort). A la espera de lo que suceda en Barcelona y Ripoll, Junts conservará al menos una docena de alcaldías respecto a las 17 que tenía. En Montblanc, el histórico alcalde Josep Andreu, que dejó ERC para estar en la órbita de Junts, ha sido desplazado por PDeCAT, ERC e independientes. En Terrassa, en cambio, Tot per Terrassa gobernará junto a ERC y Junts en un gobierno tripartito. La CUP revalidará, con un pacto con ERC y la bendición de Junts, la alcaldía de Berga por segunda vez.

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La incógnita de Ripoll

Ripoll llega al pleno de investidura con la incertidumbre de saber si quedará en manos de la ultraderecha. El holgado triunfo de Aliança Catalana en las urnas, con seis ediles, el doble de los que suman Junts y ERC, pone el gobierno del Consistorio en bandeja a Sílvia Orriols. Más aún cuando ha trastabillado el intento de articular un frente común que aparte a los ultras del poder. La mayoría en Ripoll está fijada en los nueve votos, pero Aliança Catalana tomará la vara de mando si no hay un acuerdo de última hora que aúne a los demás partidos del pleno. ERC, el PSC y la CUP anunciaron un frente común para desplazar a Orriols, pero estaban pendientes de que Junts se uniera al cordón sanitario y aportara los votos para sumar la mayoría. Junts condicionó su presencia en ese grupo para ejercer la alcaldía y la negociación enrocó, informa Marc Rovira.

Cambrils aplazó ayer la constitución del pleno al 7 de julio tras el recurso contenciso electoral ante el TSJC presentado por Nou Moviment Ciutadà (NMC), el partido más votado y el del actual alcalde al sostener que se produjeron irregularidades en el escrutinio. NMC tiene seis ediles pero ERC, PSC, Junts y comunes han sellado un acuerdo. Si el recurso prospera, ERC perdería un edil y no llegarían a los 11 de la mayoría absoluta.

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