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TELEVISIÓN
Crónica
Texto informativo con interpretación

La eufórica persistencia de la televisión de Cardedeu

No admite publicidad y la sostienen voluntarios y socios: “Somos una de las pocas televisiones comunitarias que hay en el país”

Maria Lopez Rovira, directora de RTVC, junto a Manel Calbet, presidente de la junta de la asociación de RTVC.  ALBERT GARCIA
Maria Lopez Rovira, directora de RTVC, junto a Manel Calbet, presidente de la junta de la asociación de RTVC. ALBERT GARCIAAlbert Garcia
Tomàs Delclós

Antes de que en TV-3 triunfara Eufòria, una televisión local, la de Cardedeu, vivía el inesperado éxito de Objectiu Paki (OP), un talent show musical con un formato idéntico al del concurso de TV-3. Eso sí, más humilde y entrañable. Una concursante del programa de Cardedeu TV, Jimena de Granollers, lo es ahora de esta segunda edición de Eufòria. Pero los parecidos se acaban aquí. OP nace con unas ambiciones que van más allá de engordar un audímetro. Lo recuerda Maria López, la directora de RTVC. “El programa se plantea durante la pandemia desde el Casal Paki, que agrupa a juventud del pueblo. Se piensa en un talent show confinado como remedio emocional. Se empieza a trabajar, se levanta el confinamiento y el proyecto se va haciendo más grande. Todo el mundo se anima. El casting final ya es presencial y las votaciones hacen estallar la web. Las cuatro galas de la primera temporada se emitían por el canal de Cardedeu y se podían ver en Youtube. Ante el éxito, La Xarxa de televisiones locales pide emitirlo en diferido y se empieza a hablar de una coproducción. Se introduce la convivencia de los concursantes el fin de semana que no hay gala. Las candidaturas llegan de todas partes y más de 20 televisiones locales conectan en directo o lo emiten en diferido”. ¿Qué quiere ser OP? “Quiere ayudar a la gente que le importa la música a descubrir qué puede ser la música en su vida. Por eso damos tanta importancia al acompañamiento emocional. Nosotros no hacemos ninguna promesa. Lo que pase a los concursantes con la música dependerá de la suerte y de su vida”. El programa limita la participación a jóvenes de entre 13 y 20 años. No quieren músicos con una carrera hecha. Se trata de dar una oportunidad a gente con ilusión, explica López, a quien muchos concursantes llaman tieta. “No son productos de un show televisivo. Nos une una experiencia”. Sin pretenderlo, OP es muy femenino. En tres ediciones solamente han concursado dos chicos.

“Pero”, y esto es importante, “RTVC no es únicamente OP”, subraya Manel Calbet, presidente de la Junta de l’Associació d’Amics de RTVC. La televisión de Cardedeu fue la primera emisora local de España. “Se empezó haciendo radio. El año 1980, se elaboró un único programa de televisión con la ayuda de un técnico italiano. La primera emisión con voluntad de vestir una parrilla, de continuidad, no llegó hasta un año más tarde”. La Guardia Civil precintó el equipamiento, pero RTVC siguió emitiendo “sin hacer ruido”. En todos estos años hasta ahora, RTVC ha tenido que superar crisis económicas, problemas técnicos que en 1999 la dejaron seis meses a oscuras…Pero siguen ahí. “La inauguración del año 1981 se pudo hacer con una suscripción popular. 400 personas aportaron 5.000 pesetas cada una”. Es este apoyo vecinal el que define RTVC. No es una televisión municipal ni, obviamente, privada. “Somos una de las pocas televisiones comunitarias que hay en el país”. No aceptan publicidad. Sus ingresos vienen de participar en determinados proyectos subvencionados (por ejemplo, un programa televisivo ministerial sobre desarrollo sostenible), de patrocinios y de la cuota de los socios (230 que pagan una mensualidad de seis euros). Ahora bien, si algo explica la supervivencia de RTVC es el trabajo generoso de los voluntarios. Sin ellos no existiría. “Estuvimos muchos años en que todo el trabajo descansaba en los voluntarios, pero hacía falta, sobre todo para mantener la coordinación y los informativos, profesionalizar un responsable”, explica Calbet. El año 2013, se decide costear el trabajo de una persona. Ahora son ocho las que perciben una retribución. Pero es que, un caso, para que salga OP se necesitan 80 voluntarios. El gasto de este año puede llegar a los 130.000 euros, una ejemplar miseria.

Su objetivo no es la audiencia, nunca han querido que la señal traspase las fronteras de Cardedeu, a pesar de que gracias a internet tienen telespectadores en Argentina “Nuestro principal objetivo es formativo. Dar la oportunidad a la juventud de conocer la máquina audiovisual. Procuramos que nuestros voluntarios hagan de todo, que pasen por todos los departamentos, desde redacción a edición o cámara. Y son ellos los que toman muchas decisiones. RTVC no es únicamente OP. Este programa durará mientras quiera la gente que lo hace. Cuando no haya ganas… desaparecerá. Así de sencillo. Sin renovación no hay continuidad”, explica López.

Mientras, después de tantos años, RTVC no tiene formalmente adjudicada una frecuencia. Calbet repasa un vía crucis legislativo. El año 2010, una ley reconoció las emisoras comunitarias, pero la repartición de licencias quedó pendiente de un reglamento que nunca llegó. El año pasado, otra ley definió las emisoras comunitarias y en el texto se dice que en seis meses se procederá a su legalización a partir de un mapa de frecuencias que tiene que elaborar el Estado y una concesión de frecuencias que tiene que hacer el Gobieno catalán. “Estamos a la espera”. “En todo caso, somos una emisora que no estorba. Nuestra frecuencia, debido a la cobertura local, se puede replicar en otros muchos pueblos”.

No estorban y son un ejemplo de muchas cosas. De un proyecto persistente con más de 40 años. No son un juguete audiovisual. Son capaces de mantener un informativo semanal, un espacio literario, un magazine matinal de radio, especiales sobre acontecimientos locales, participación en programas de La Xarxa de televisiones locales y una parrilla que emite, con programas propios y de otras emisoras, las 24 horas del día. En una estantería conservan unas 30 cintas con su historia audiovisual de todos estos años. “Nuestro objetivo principal no es la audiencia. Los voluntarios encuentran un espacio de formación”, subrayan López y Calbet. Unos voluntarios que, con la vida profesional resuelta en otro lugar, todavía ahora, vuelven de vez en cuando —por ejemplo, un fin de semana atareado—, para ayudar a la RTVC, la suya.

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