Junqueras abandona la protesta independentista en Barcelona entre gritos y abucheos
Unas 6.500 personas, según la Guardia Urbana, se concentran en Barcelona con motivo de la cumbre hispano-francesa que encabezan Pedro Sánchez y Emmanuel Macron
Los abucheos a Oriol Junqueras, presidente de ERC y el líder independentista con la mayor condena por el procés, se han convertido este jueves en unas de las imágenes más potentes de la manifestación convocada por entidades y partidos secesionistas coincidiendo con la cumbre hispano-francesa de Barcelona. El republicano acabó abandonando la convocatoria una hora y media después de su llegada y después de ser objeto de silbidos y de gritos como “traidor” y “botifler” -apelativo utilizado para los contrarios al independentismo- entre algunas de las 6.500 personas, según fuentes de la Guardia Urbana, que asistieron a la convocatoria. ERC asegura que no abandonó la convocatoria por las críticas sufridas, sino que estaba prevista a esa hora de antemano.
La cita estaba organizada por la Assemblea Nacional Catalana (ANC), Òmnium Cultural y el Consell per la República, y con el apoyo de ERC, Junts y la CUP, bajo el lema Aquí no s’ha acabat res (aquí no ha acabado nada). El independentismo se movilizaba así para responder al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, que el procés no ha culminado y que el objetivo de la independencia sigue vivo. Se trataba de escenificar un rearme de la voceada unidad del independentismo, erosionada por unas divisiones internas que llevaron a Esquerra a apartarse de la manifestación de la última Diada. La protesta, que según los organizadores reunió a 30.000 personas, se celebró a los pies de la montaña de Montjuïc, donde tenía lugar la cumbre hispano-francesa. A media mañana centenares de personas llevaron la protesta hasta el consulado francés con algunos episodios de tensión con los Mossos d’Esquadra.
La movilización arrancó a las 9.00 de la mañana, pero ya a las 8.15 Junqueras quiso justificar la presencia de ERC en la protesta. Rodeado de un enjambre de cámaras, Junqueras afirmó que quería dejar “bien claro” al Gobierno, y en especial a Sánchez, que el independentismo está “bien vivo” y que el conflicto político que enfrenta a una parte de la sociedad catalana con el Estado no ha acabado. “Aquí no se ha acabado nada porque la represión sigue. O en forma de inhabilitación, persecución económica y de juicios pendientes. Este conflicto no se acabará hasta que no se ejerza la autodeterminación”, afirmó.
En contra del criterio de varios partidos de la oposición, el líder de ERC no vio contradicción alguna en el hecho de que el president Pere Aragonès haya ejercido de anfitrión en la cumbre —“Mientras Cataluña no sea independiente, la representaré con la máxima dignidad institucional”, dijo este miércoles—, y que su partido proteste en la calle. Con todo, Junqueras no se libró de ser abucheado durante la protesta —un manifestante puso junto a él con una fotografía de Carles Puigdemont acompañada de la frase No surrender— y la abandonó hacia las 9.40, después de que los participantes cantasen Els segadors. Según fuentes de su partido, estaba previsto que Junqueras abandonase el acto en ese momento. La seguridad de Junqueras era una de las preocupaciones policiales del dispositivo. Tras la protesta, Aragonès subrayó que la manifestación fue mayoritariamente de carácter positivo y de reafirmación, y calificó los abucheos a Junqueras de “expresiones muy minoritarias de un grupo muy pequeño de manifestantes”.
La protesta de carácter unitario ha culminado con un fuerte abucheo con silbatos cuando Sánchez y Emmanuel Macron han llegado a las puertas del MNAC. La ANC, de hecho, repartía silbatos y banderas con la frase Ni França ni Espanya antes de iniciar la concentración. Se trata de la primera convocatoria conjunta que realiza el independentismo desde la Diada de 2021. El movimiento está muy fracturado desde hace año y medio y, de hecho, ERC ya se desmarcó de la manifestación del 11-S del año pasado. La asistencia de Junqueras tenía, por tanto, un valor simbólico. Junts y la CUP no han tardado en criticar a los republicanos. Laura Borràs, presidenta de Junts, saludó la decisión de ERC. “Bienvenidas las rectificaciones”, dijo, señalando que algunos “nunca han faltado”. Carles Riera, diputado de la CUP, sostuvo que si la cumbre franco-española se celebra en Barcelona es porque Aragonès “ha puesto una pista de aterrizaje con la mesa de diálogo que no ha servido para la autodeterminación y la amnistía, sino para facilitar una desactivación del conflicto”.
Gritos a la salida de @junqueras de la manifestación contra la cumbre hispanofrancesa #Barcelona pic.twitter.com/4FDoJpDlIp
— Alfonso Congostrina (@alfcongostrina) January 19, 2023
Marcha hacia el Parlament
Tras la llegada al MNAC de Sánchez y Macron, una columna de manifestantes -unos 2.500, según la Guardia Urbana- ha abandonado la plaza Espanya y ha iniciado una marcha hasta el consulado francés, situado en la ronda de Universitat. La manifestación ha transcurrido por la Gran Via, donde los manifestantes han tirado algunos petardos y han lanzado proclamas como Els carrers seran sempre nostres (Las calles serán siempre nuestras) y 1-O ni oblit ni perdó (1-O, ni olvido ni perdón). Tras una hora, la marcha ha llegado al consulado francés, donde cuatro furgones policiales y varias vallas custodiaban la entrada. Los manifestantes han decidido proseguir con la protesta hasta el Parlament. En el trayecto, a la altura de la plaza Catalunya, se ha producido algún momento de tensión con la policía. Jordi Pessarrodona, payaso profesional y vicepresidente de la ANC, ha acusado a los Mossos de agresión en la ronda de Sant Pere. Un agente le ha golpeado en la pierna cuando estaba intentando avanzar hacia la plaza de Urquinaona, donde los policías han impedido el paso de los manifestantes.
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