Libertad para la acusada de fingir estar de parto para forzar un aterrizaje en Barcelona en el que escaparon 28 personas
Marruecos guarda silencio sobre la supuesta existencia de mafias que coordinen acciones de entrada ilegal en España y sobre los controles de seguridad en el aeropuerto de Casablanca
El Juzgado de Instrucción Número 5 de El Prat de Llobregat (Barcelona) ha dejado este jueves en libertad a la mujer acusada de forzar un aterrizaje de emergencia en el aeropuerto de Barcelona fingiendo que estaba de parto. En total, 28 pasajeros aprovecharon el momento que la atendían para escapar del avión que cubría un trayecto entre Casablanca (Marruecos) y Estambul (Turquía) y salir corriendo por las instalaciones. Los agentes aún buscan a 12 personas de entre los huidos. La mujer se ha acogido a su derecho a no declarar, y el juzgado le ha retirado el pasaporte, con la obligación de presentarse diariamente ante la autoridad judicial, y la prohibición de salir del país. La causa está abierta por los delitos de desórdenes públicos y favorecimiento de la inmigración ilegal. El ministerio del Interior marroquí guarda silencio ante las preguntas de EL PAÍS sobre la supuesta existencia de mafias que coordinen acciones de entrada ilegal en España y sobre los controles de seguridad en el aeropuerto de Casablanca.
El episodio tuvo lugar la madrugada del miércoles. A las 4.30, un vuelo de la compañía comercial Pegasus, que había salido de Casablanca con 228 pasajeros a bordo, dio el aviso de que necesitaba aterrizar en el aeropuerto de El Prat (Barcelona) porque una mujer embarazada de cinco meses se había puesto de parto. Tras estacionar en uno de los aparcamientos internos de las instalaciones, y colocar una doble salida: una para un vehículo elevador (”ambulift”) por el que se evacua la camilla con el paciente, y otra normal, con la escalerilla, por donde acceden los efectivos médicos y policiales, una treintena de personas escaparon de la aeronave a la carrera.
Tanto Aena como el Ministerio del Interior están analizando los posibles fallos que permitieron por segunda vez desde noviembre del año pasado que decenas de inmigrantes utilizasen una infraestructura crítica como es un aeropuerto para acceder ilegalmente a España. Fuentes policiales critican que Aena mantuviese la escalerilla colocada del avión, e insisten que ese es el mismo problema que se detectó en el episodio casi idéntico que se vivió en el aeropuerto de Palma de Mallorca en 2021, cuando escaparon 23 personas de una aeronave después de que un hombre fingiese una emergencia médica. Aena, sin embargo, sostiene que la escalerilla no se puede retirar hasta que no se finaliza toda la operativa del desembarco del paciente.
El Juzgado de Instrucción Número 4 de El Prat será el responsable de investigar la causa, por la fecha en cuando se produjeron los hechos y deberá evaluar de nuevo la situación de la mujer, que fue asistida en el hospital de Sant Joan de Déu (Barcelona), donde los médicos descartaron que estuviese de parto. Por unos hechos similares, el juzgado de Palma decretó prisión provisional para los implicados en el aterrizaje en la isla por un delito de sedición.
El Ministerio del Interior de Marruecos mantiene silencio ante la consulta de este periódico sobre la supuesta existencia de mafias que coordinen acciones de entrada ilegal en España como las registradas en el aeropuerto de Barcelona en la madrugada del miércoles o hace un año en el de Palma de Mallorca, que han contado con un mismo modus operandi. El portavoz oficial del Departamento mantuvo esta misma posición al ser preguntado sobre los controles de seguridad en el aeropuerto de Casablanca, origen del vuelo de la compañía turca Pegasus con destino a Estambul. A pesar de la estrecha colaboración entre las fuerzas de seguridad marroquíes y españolas, patente en particular en la lucha antiterrorista y contra la inmigración irregular, la opacidad ante la prensa sigue siendo la norma en cuestiones de seguridad en el país magrebí.
Investigadores españoles se plantearon en 2021 la hipótesis de trabajo de una eventual coordinada a través de Facebook. Como ya informó EL PAÍS entonces, la Policía Nacional investigó una publicación en redes sociales en la que se buscaba a 40 personas para participar en un “plan” para simular una falsa emergencia médica en un avión, forzar su aterrizaje en España y aprovechar la ocasión para quedarse en suelo nacional. Los agentes tampoco descartaron que se pudiera haber tratado de una acción improvisada. O de una mezcla de ambas. Hasta el momento, la prensa marroquí no parece haber prestado especial interés por estos hechos que se han producido en España, más allá del eco que ha tenido en algunos portales digitales mediante la reproducción de la noticia difundida por agencias españolas. Los nacionales de Marruecos no necesitan visado para entrar en Turquía por una estancia inferior a 90 días —al contrario de lo que ocurre para acceder a la zona Schengen, como en el caso de España—, por lo que las compañías aéreas no lo exigen. El Gobierno de Ankara ha firmado acuerdos con países del norte de África que eximen a sus ciudadanos de la necesidad de solicitar un visado. Con el empuje que ha gozado el turismo en Turquía en las últimas décadas, las aerolíneas de bajo coste con destino a Estambul han incrementado su capacidad. Según publicó EL PAÍS al iniciarse la infiltración de combatientes yihadistas hacia el califato islámico establecido a caballo entre Irak y Siria entre 2014 y 2019, las conexiones aéreas desde Europa y el Magreb fueron aprovechadas por yihadistas marroquíes y españoles para enrolarse en las filas del Estado Islámico (ISIS, por sus siglas en inglés) por fronteras terrestres desde Anatolia.
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