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La oposición obliga a ERC a retrasar los Presupuestos

El PSC aprieta en la negociación con la ampliación del aeropuerto de El Prat

El president Pere Aragonès, y el líder del PSC, Salvador Illa, tras un debate en el Parlament este mes de noviembre.
El president Pere Aragonès, y el líder del PSC, Salvador Illa, tras un debate en el Parlament este mes de noviembre.Alejandro Garcia (EFE)

Una semana más de suspense en la tramitación de los Presupuestos catalanes para 2023. Los tres grupos con quien negocia el Govern monocolor de ERC han tirado por la borda el calendario fijado por el president Pere Aragonès, que pasaba por llevar el proyecto esta semana a la reunión del Ejecutivo. La decisión de PSC, Junts y En Comú Podem (el grupo con más sintonía hasta ahora) busca enmendarle la plana a unos republicanos que inicialmente dilataron la negociación y ahora buscan cerrarla con prisas.

La salida de Junts del Ejecutivo, el pasado octubre, modificó el calendario usual de trámite, dejando como opción la prórroga técnica. La de Economía fue una de las carteras que quedó vacía con la ruptura de la coalición y aunque su extitular, Jaume Giró, había dejado listo el borrador de los Presupuestos, ERC quiso darle su toque propio. El nuevo plan de aprobación pasaba hasta ahora por encarrilar todo antes de Navidad y tener la aprobación definitiva a finales de enero, contando con que nadie pediría al Consell de Garantías Estatutarias el dictamen sobre el texto.

Republicanos y comunes suman solo 41 escaños (la mayoría son 65) y para que las cuentas prosperen tienen que avenirse el PSC (33) y los exsocios en el Govern (31). Con solo la abstención de ambos podrían prosperar. El voto en contra de ambos mataría el proyecto. El debate está viciado por la proximidad de las elecciones municipales, donde los republicanos pugnan con el PSC por ser la formación ganadora. Un acuerdo entre ambos ahora daría elementos a Junts para apalancar su relato de la supuesta claudicación independentista de Aragonès ante Pedro Sánchez. Junts vive su propia encrucijada: esbozar un camino entre el perfil propio pero sin instalarse en el “no a todo” que ha marcado su vida post Govern.

El Govern aspiraba a encarrilar el trámite antes de Navidad

Tras años sin mantener en el Parlament trato alguno (a diferencia de lo que ocurre en el Congreso y en el Ayuntamiento de Barcelona), la relación entre republicanos y socialistas tiende ahora a normalizarse. Pero los recelos son aún profundos —Oriol Junqueras acusó a los socialistas tras la ruptura de la coalición de ser cómplices de la “represión”— y el PSC no piensa ofrecer un paseo triunfal a Aragonès, permitiéndole a su Govern ganar margen de maniobra ejecutiva.

Pero la voluntad de los socialistas es pactar las cuentas, una idea que su líder, Salvador Illa, repite en cada pleno del Parlament desde agosto. Eso no supone que no deban tomar “precauciones”, dijo, para que no se lea como una carta blanca. “Es el principio del principio”, dijo Illa el pasado jueves en una entrevista en TV3, donde lanzó la idea de “los presupuestos de reencuentro”. El PSC, eso sí, no quiere correr para aprobar las cuentas en Navidad —Illa siempre dice que a la política catalana le falta seriedad y orden—, y señala febrero.

Socialistas y Junts también coinciden en la defensa del Hard Rock

Algunas de las peticiones del PSC para dar el sí son conocidas (como desencallar el megaproyecto turístico del Hard Rock en Tarragona, que Junts también quiere) pero este fin de semana la portavoz del partido, Alícia Romero, también rescató la ampliación del aeropuerto de El Prat. En el verano de 2021, el rechazo de ERC al plan de AENA desató una crisis con los entonces socios de Junts, y en la actual negociación el asunto tensa de nuevo las cuerdas con los comunes.

Junts comparte con los socialistas no solo la apuesta por ampliar El Prat (reivindicada también por los sectores económicos) y el megaproyecto de Tarragona, sino también la crítica por las prisas que ahora muestra el Govern. Hace una semana, ambos se quejaban de que no tenían toda la documentación necesaria para poder hacer sus propuestas. Los exsocios de ERC presentaron su decálogo el jueves. Sus peticiones muestran que están dispuestos a negociar aunque la propuesta estrella (deflactar el IRPF para amortiguar el incremento del coste de la vida) sea rechazada de plano por los republicanos.

Incluso la urgencia sobrevenida sentó mal también en los comunes, cuya líder Jéssica Albiach, lleva días pregonando los compromisos arrancados, como 180 millones de euros para renovables y descuentos en el abono de transporte.


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