La oposición censura a Colau por la gestión en Ciutat Vella y la suciedad en Barcelona
Comunes y ERC se enzarzan en un duro enfrentamiento en un ambiente marcado por las elecciones municipales de mayo
Si hay dos temas sensibles para cualquier gobierno municipal en Barcelona son Ciutat Vella y la suciedad. También la inseguridad, pero este viernes en el pleno del Ayuntamiento le han dado tregua a este tercer asunto. La combinación entre la compleja situación de barrios como el Raval, los problemas de limpieza en la ciudad y la proximidad con las elecciones han dado aire a la reprobación de la oposición en pleno a la gestión que el equipo de la alcaldesa Ada Colau está haciendo al respecto.
El debate, duro, ha sido especialmente agrio entre los comunes y ERC cuando los primeros han acusado a los republicanos de aliarse con los partidos de la derecha para sacar adelante una proposición que constata “el fracaso de la gestión de la concejalía de Ciutat Vella”. El enfrentamiento se ha producido entre el jefe de filas de ERC, Ernest Maragall y el teniente de alcalde Jordi Martí, que una vez más ha dado la cara por el gobierno ante el silencio del concejal del distrito, Jordi Rabassa. La proposición constatando “que la ciudad está sucia y la gestión de la limpieza es un fracaso” la ha presentado Junts. Las dos votaciones se han saldado con los votos favorables de ERC, Junts, Ciutadans, el PP y Valents; y los negativos del gobierno, en el que no se ha escuchado la voz del PSC.
Maragall ha reprochado a los comunes que Ciutat Vella, con los narcopisos y la inseguridad como principales problemas, sigue siendo fuente de conflicto tras dos mandatos: “Y aquí seguimos”, después de un plan de choque que la oposición ya forzó en 2018. “Ciutat Vella no es como ustedes decidieron que tenía que ser, no se resuelve con ideología y buenas intenciones, su gobierno se estrella una y otra vez con la realidad”, ha espetado el republicano a Jordi Martí, que le ha acusado de “embarrar”. “No dé lecciones, nosotros sí que arreglaremos Ciutat Vella”, ha cerrado el duro debate.
En un toma y daca que a veces parece rozar lo personal, Jordi Martí ha enumerado actuaciones de mejora o refuerzo tomadas por el ejecutivo, y ha lanzado reproches al republicano: “Me sabe mal cuando se acercan elecciones y un partido de izquierdas y republicano utiliza la estrategia de la derecha de embarrar”. También ha señalado que Maragall haya omitido que su partido lidera la consejería de Interior en la Generalitat.
Desde Junts Joan Rodríguez ha constatado “el fracaso de Colau en dos mandatos” y ha echado en cara que en el primer mandato no tuvo concejal de Seguridad o la gestión de la entonces concejal Gala Pin. Paco Sierra, de Ciutadans, ha alertado de que “Ciutat Vella es el distrito de Barcelona donde todo lo que ocurre impregna y se expande por el resto de la ciudad” y ha pedido que sea una prioridad. Josep Bou, del PP, ha lamentado que “el deterioro viene de lejos y el gobierno ha sido incapaz de frenar la deriva”.
En la proposición de Junts sobre la limpieza, la edil Francina Vila ha denunciado que “se ha llegado a este punto por su falta de rigor y porque la limpieza no es una de sus prioridades”, unos argumentos a los que se han sumado el resto de grupos, que no han perdido la ocasión para recordar que hay un plan de choque en marcha y opinar que no se está notando.
Rebaja a las terrazas de bares y restaurantes
El pleno de este viernes también ha aprobado inicialmente las ordenanzas fiscales de 2022, que congelan los impuestos y tasas municipales a los ciudadanos de Barcelona, pero mantienen el descuento del 75% a la tasa que los restauradores pagan por las terrazas de bares y restaurantes. Para la aprobación ha sido clave la abstención de ERC, que ha acusado al ejecutivo municipal de haberles presentado los números con solo 48 horas de antelación. Jordi Castellana, ha metido el dedo en la llaga de las discrepancias de los socios que gobiernan la ciudad: “A los comunes no les gusta [la rebaja a los restauradores] pero acaban acatando lo que dicen los socialistas”. Junts también se ha abstenido. El resto de los partidos de derechas han criticado las ordenanzas por no bajar impuestos a los vecinos y empresas en un momento de crisis económica. Con argumentos como “sablazo fiscal” en boca de Ciutadans; de que hay muchas empresas en peligro, PP; o de que “lo que sería justo sería una rebaja general”, Valents.
Las diferencias entre los dos socios del gobierno, comunes y PSC se han visualizado en una proposición de los socialistas pidiendo reformas legislativas (como el desahucio exprés en 48 horas) e instrumentos policiales para actuar ante las ocupaciones de viviendas con objetivos delincuenciales. Tras introducir en el texto cuestiones como la necesidad de que los grandes tenedores cedan viviendas vacías a las administraciones, Barcelona en comú se ha abstenido.
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