La 080 Barcelona Fashion regresa a la pasarela con una mejorada estrategia digital
Escorpion y LR3 inauguran la semana de la moda catalana en su regreso al Recinto Modernista de Sant Pau
Después de cuatro ediciones apoyando la moda en el plano digital, la 080 Barcelona Fashion ha vuelto a pisar la pasarela en un entorno confortable, el Recinto Modernista de Sant Pau, que ha resultado ser el lugar más bonito y práctico para la semana de la moda catalana, y parece que es el escogido para poner fin al rumbo itinerante que caracterizó el evento. Verse, tocarse, encontrarse y, sobre todo, fotografiar el momento han resultado finalmente verbos vencedores, a juzgar por el ritmo de acreditaciones de prensa y la presencia de influencers internacionales, según contaba la directora de la pasarela, Marta Coca, en la inauguración este martes. De la experiencia digital queda “una estrategia de contenidos híbrida”, que ha permitido a la 080 crecer en seguidores y alcance. “Nos quedamos con lo mejor de lo físico y de lo digital”, ha resumido Coca sobre esta edición, la número 30.
La vuelta al calor de la pasarela ha sido más real de lo imaginable. La temperatura de este otoño ha envuelto el primer día de la 080, que se alargará hasta el viernes, en un ambiente más parecido al que se vive en la edición veraniega. Había ganas de moda y se notaba en la cola del primer desfile, que a mediodía era casi tan larga como las vespertinas. El regreso no ha defraudado, con una explosión de color y euforia a cargo de Escorpion, firma catalana que lleva años moldeando cuerpos con el punto como tejido estrella. Para la colección de primavera-verano 2023 lo mezcla con lentejuelas, plumas y viscosas brillantes, creando conjuntos de fantasía, donde se combinan fucsias, naranjas, verdes y amarillos. El diseñador Carles Gràcia contaba entre bastidores que era una colección “optimista y lúdica” que les da “fuerza para continuar”. Aunque ya no tienen tiendas propias, siguen presentes en 20 países a través de multimarcas y córners en El Corte Inglés.
Con un pie en la pasarela para recuperar la normalidad pero con el otro en la esfera virtual, insistiendo en la proyección de la moda en este otro mundo que cada día parece más real, donde mandan las experiencias inmersivas y de realidad aumentada. Así es la instalación que Louis Rubi ha creado junto a un equipo para presentar su marca, LR3, que no se encorseta a tendencias ni temporadas ni géneros. Entusiasmado estaba el diseñador con la respuesta del público horas después de la apertura. Su colección, permanente como él mismo la llama, se revela en tres salas: una primera de realidad virtual, donde el espectador se pone unas gafas para entrar en el relato de la firma, que sugiere volver a lo esencial; una segunda de experiencia inmersiva, donde los modelos, con cuerpos reales como los de la calle envuelven al visitante; y una tercera donde las prendas, además de forma, tienen materia, y el visitante descubre que son de verdad pero mantiene esa sensación de flotabilidad que siente des del principio. “Nuestra ropa tiene un elemento emocional super fuerte, que surge cuando la gente se la pone, se desvinculan de la visión de su cuerpo”, enfatiza.
La instalación une “inteligencia artificial, tecnología y gamificación” con moda, donde “el espectador se sitúa entre el mundo físico y la realidad virtual”, comentaba Coca. Estará abierta cada día de 14:00 h a 21:00 h y es una prueba piloto que podría repetirse con otras marcas. Louis Rubi la ideó para “sumergir a la gente en el mundo de la marca, que va más allá de la ropa para difundir unos valores”, que resumen en la idea de que la belleza está en todos los cuerpos. Y queda claro que las prendas que diseña, de talla única, confirman esta creencia. Patrones únicos y grandes volúmenes revisten prendas clásicas como túnicas, vestidos camiseros, monos o abrigos que favorecen a personas de diferentes tallas. “Queremos que la gente se divierta con la ropa en lugar de verla como un problema”, resume sobre su filosofía. ¿Por qué los bajos no pueden llevar prendas largas? ¿O por qué cuando envejeces no queda bien ponerte una bomber?, se pregunta Louis Rubi. Y su respuesta es tajante: “Todas estas restricciones hay que borrarlas”.
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