La oposición ciudadana al MidCat se reactiva en Cataluña pese a las dudas sobre su construcción

La Plataforma en Respuesta al MidCat, creada en 2012, ha reactivado “la lucha” contra esta infraestructura gasística de interconexión entre España y Francia a través de Cataluña, en el momento en que el Gobierno de Pedro Sánchez, con el apoyo de la Generalitat, pretende impulsar este proyecto para poder reforzar la interconexión gasística con el resto de Europa. Los ecologistas ven esta infraestructura como “un modelo energético fósil y que va en contra de los objetivos climáticos” y piden que se entierre de forma “definitiva”. Consideran que hoy en día su realización es “una cuestión política” y no quieren tener que estar pendientes “de si el gobierno cambia o no de color”. Josep Nuart, del Observatorio de la Deuda en la Globalización (ODG), asegura que además “no sirve para garantizar la seguridad energética ya que sólo permitiría sustituir el 2 o el 3% del gas que se ha importado desde Rusia en 2021″.

Del proyecto de esta autopista del gas se llegaron a construir 88 kilómetros entre Martorell (Barcelona) y Hostalric (Girona) que nunca se utilizaron. Completar el tendido del gasoducto implicaría desplegar otros 106 kilómetros de tubo de Hostalric hasta la frontera de La Jonquera y otros 120 kilómetros desde El Pertús, ya en Francia, hasta la localidad de Barbaira, junto a Carcasona. Los altos costes de instalar una tubería de noventa centímetros de diámetro soterrada a más de medio metro de profundidad fueron el principal motivo para paralizar el desarrollo de la infraestructura.

A raíz de la invasión rusa de Ucrania, y frente a las puertas de lo que podría ser un invierno crudo para muchos países en el plano energético, se ha reavivado “el fantasma del MidCat”, tal como lo llaman los ecologistas. Esto ha puesto en pie de guerra, entre otras, a la plataforma Respuesta al Midcat, Ecologistas en Acción, Observatorio de la Deuda en la Globalización y al Col·lectiu Nordcatalà No al Midcat.

Según Nuart, este gasoducto no permitiría dejar de depender de terceros países, algunos de los cuales “no cumplen con los derechos humanos fundamentales, como Argelia o Qatar”. Además de “seguir dependiendo de un combustible fósil que se está agotando, tampoco se garantizaría la seguridad de su suministro y menos a unos precios asequibles”. Por otra parte, ha recordado que “no es viable que este gaseoducto pueda transportar hidrogeno verde” y que “solo el 1% del que se produce a nivel mundial es verde”.

Desde Ecologistas en Acción, María García ha sostenido que “a pesar que se intente teñir de verde, el gas es un combustible fósil, tiene altas repercusiones medio ambientales y contribuye al cambio climático”. Apunta que “si la UE y el Estado Español quieren cumplir el Acuerdo de París, no superar el aumento de temperatura global en más de 1,5 grados, deben dejar atrás el uso del gas antes de 2035″. “No tiene sentido construir el Midcat cuando lo que se debe plantear es la reducción del consumo de gas de forma urgente”, afirma. García también destaca que los que más consumen son los más responsables de la crisis climática y los que deben hacer las mayores reducciones. “Alemania es el sexto país que más ha contribuido históricamente al cambio climático y debe hacer grandes cambios en su modelo de producción y consumo y dejar de imponer medidas al resto de países de la UE”, ha afirmado.

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